La expulsi¨®n del Reino Unido de una ciudadana espa?ola resucita las tensiones del Brexit

La expulsi¨®n del Reino Unido de una ciudadana espa?ola el pasado 26 de diciembre, al intentar regresar al pa¨ªs donde reside despu¨¦s de una breve visita familiar a M¨¢laga, ha vuelto a poner sobre la mesa la inseguridad jur¨ªdica que sufren muchos ciudadanos comunitarios en territorio brit¨¢nico en la era pos-Brexit. El ministro de Asuntos Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, ha reclamado una explicaci¨®n a Londres, ¡°por la expulsi¨®n de una ciudadana espa?ola, pese a que contaba con la documentaci¨®n para entrar al pa¨ªs en el que resid¨ªa junto a su marido¡±.

Albares conf¨ªa en que se trate de un ¡°hecho puntual¡±, y no ha querido echar m¨¢s le?a al fuego, pero lo sucedido ha resucitado la permanente tensi¨®n que ha dejado tras de s¨ª el divorcio entre el Reino Unido y la UE. Fuentes de Exteriores han se?alado que la Embajada de Espa?a en Londres est¨¢ realizando gestiones ante el Foreign Office y el Home Office (ministerios de Exteriores e Interior) para aclarar la situaci¨®n de la ciudadana espa?ola.

Mar¨ªa (nombre ficticio, porque la espa?ola no ha querido revelar su verdadera identidad) fue detenida en el aeropuerto londinense de Luton, donde pas¨® la noche, antes de ser devuelta a Espa?a por las autoridades brit¨¢nicas. Vive en el condado de Bedfordshire (al norte de Londres), junto a su marido y a su familia pol¨ªtica. Hab¨ªa viajado a M¨¢laga para una breve visita familiar. ¡°Fui a casa porque mi hermana acababa de tener una ni?a. Cuatro d¨ªas m¨¢s tarde, en el aeropuerto de Luton, me metieron en la sala de detenciones, confiscaron mi tel¨¦fono y me dijeron que esperara. Pas¨¦ all¨ª toda la noche hasta que me embarcaron en un avi¨®n de regreso¡±, ha contado en M¨¢laga al diario The Guardian.

La situaci¨®n de Mar¨ªa es peculiar, pero no ¨²nica. Tiene que ver con la flexibilidad mostrada por el Gobierno brit¨¢nico con aquellas personas que han intentado acogerse, fuera de plazo, al permiso de asentamiento ¡ª¡±EU settlement scheme¡±, en ingl¨¦s¨D que se puso en marcha antes de que entrara en vigor el Brexit, para que todos los ciudadanos comunitarios que resid¨ªan entonces en el Reino Unido (y pudieran demostrarlo) preservaran sus derechos de residencia, trabajo y acceso a servicios p¨²blicos como sanidad o ayudas sociales. 376.370 espa?oles tienen ya su permiso de asentamiento o preasentamiento (el primero se obtiene a los cinco a?os de iniciar el programa, o si el solicitante llevaba ya m¨¢s de cinco a?os viviendo en territorio brit¨¢nico cuando lo reclam¨®). En total, 5,7 millones de ciudadanos comunitarios se han acogido a este esquema.

El plazo para solicitar el permiso concluy¨® el 30 de junio de 2021, pero Londres sigue aceptando solicitudes que ¡°presenten bases razonables¡±, y responde a todas ellas. El problema de estos casos es que su situaci¨®n jur¨ªdica tiene algo de limbo y de incertidumbre. La espa?ola expulsada hab¨ªa vivido en el Reino Unido entre 2014 y 2018, y viaj¨® despu¨¦s a Sud¨¢frica para acompa?ar a su marido, que iba a finalizar su doctorado. Solo una vez finalizada la pandemia pudieron regresar a territorio brit¨¢nico. Una vez de vuelta, Mar¨ªa solicit¨® su permiso de asentamiento. Estaba fuera de plazo, pero convencida de poder demostrar que el tiempo pasado en Sud¨¢frica no hab¨ªa sido lo suficientemente largo como para invalidar los derechos de residencia que le otorgaba el Acuerdo de Retirada firmado entre Londres y Bruselas.

Present¨® los papeles en 2023, mientras se preparaba para dar un vuelco en su carrera profesional, abandonar el dise?o y comenzar a trabajar con animales. En junio recibi¨® la respuesta: fue denegada su solicitud, con el argumento de que no hab¨ªa sido capaz de presentar las pruebas necesarias para demostrar su tiempo de residencia en suelo brit¨¢nico. Solicit¨® una revisi¨®n del caso, y recibi¨® un Certificado de Tramitaci¨®n ¡ªCoA, Certificate of Application¡ª. Ese era el documento que le permit¨ªa respirar tranquila, porque preservaba su derecho de estancia, para trabajar, estudiar o recibir prestaciones sociales, mientras el expediente fuera resuelto definitivamente. Ese era el documento que present¨® en el aeropuerto, a su regreso a Londres, confiada en que su situaci¨®n estaba en regla.

¡°Me dijeron que estaba malgastando mi tiempo, que no era verdad que yo pudiera trabajar [en el Reino Unido]¡±, explica la espa?ola.

El Ministerio brit¨¢nico del Interior no comenta casos individuales, pero su portavoz ha explicado que ¡°la prioridad n¨²mero uno del Cuerpo de Fronteras es mantener nuestras fronteras seguras, y nunca haremos concesiones en este sentido¡±.

¡°Los agentes pueden detener a cualquier pasajero que llegue para realizar un examen m¨¢s detallado si no est¨¢n convencidos en primera instancia de que cumple los requisitos de entrada. Esta decisi¨®n se toma bas¨¢ndose en la informaci¨®n que proporciona el pasajero, no en su nacionalidad¡±, ha a?adido el portavoz.

Sin embargo, las autoridades brit¨¢nicas no consideran que el CoA sea un visado de entrada, y se reservan el derecho a exigir a la persona, durante el control fronterizo, que demuestre que resid¨ªa en el Reino Unido antes del 31 de diciembre de 2020, el d¨ªa antes de que el Brexit entrara en vigor. Es un modo de evitar posibles fraudes. Mar¨ªa permanece en M¨¢laga a la espera de que se resuelva su situaci¨®n.