La Administraci¨®n espa?ola desconf¨ªa de los pasaportes de menores de Gambia
Un informe policial siembra dudas generalizadas sobre decenas de migrantes adolescentes que emprenden una odisea para que los crean. Tratados como adultos, acaban en la calle
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Los casos se acumulan y son muy parecidos. Un joven llega en cayuco a Canarias, es de Gambia y dice que es menor. Antes o despu¨¦s presentar¨¢ su pasaporte y puede que hasta la propia embajada emita un certificado de autenticidad, pero el veredicto ser¨¢ casi siempre el mismo: su documento es falso. Los menores de Gambia que est¨¢n desembarcando en las islas se est¨¢n encontrando con una dificultad a?adida: nadie les cree. Un informe t¨¦cnico de la Polic¨ªa Cient¨ªfica ha sembrado dudas sobre la veracidad de los pasaportes gambianos y, aunque estos requerir¨ªan un an¨¢lisis individual, en la pr¨¢ctica se aplica la sospecha generalizada. El resultado es que agentes y fiscales dudan de forma recurrente de la identidad de los j¨®venes del pa¨ªs africano, lo que los obliga a emprender una odisea para demostrar que son menores. Y eso, si tienen la suerte de toparse con un abogado que les defienda; en la mayor¨ªa de los casos, se asume que son adultos y corren el riesgo de acabar en la calle.
¡°El pasaporte puede ser real, pero los datos no siempre lo son, porque han pagado para tenerlo¡±, advierte una fuente policial. ¡°No siempre acertamos, pero hay abusos y pagan el pato los pocos que dicen la verdad¡±, sentencia. Fuentes jur¨ªdicas consultadas no dudan de que pueda haber irregularidades con los pasaportes de Gambia, pero tambi¨¦n advierten de la indefensi¨®n de los chavales ante una sospecha generalizada. ¡°Si se quiere cuestionar la validez de un pasaporte oficial expedido por un pa¨ªs al que Espa?a reconoce como Estado soberano, la ¨²nica manera de hacerlo es impugnar de manera individual aquellos documentos sobre los que pesen indicios de falsedad¡±, explica una fuente familiarizada con estos casos. Coincide con la jurisprudencia ya marcada por el Tribunal Supremo.
Uno de los que parece haber pagado el pato es Ibrahim, nombre ficticio de un gambiano cuyo pasaporte dice que tiene 14 a?os. Su caso se hizo p¨²blico la semana pasada despu¨¦s de que Fundaci¨®n Ra¨ªces denunciara su situaci¨®n ante el Comit¨¦ de Derechos del Ni?o de las Naciones Unidas. La Fiscal¨ªa de Menores de Madrid hab¨ªa estudiado el expediente de Ibrahim, en el que constaba un pasaporte que obtuvo en Gambia antes de emigrar, un certificado de autenticidad de su embajada y un informe de la polic¨ªa que manifestaba que no ve¨ªa signos de falsedad en ¨¦l. Ante la negativa del chico y su abogada a someterse a las pruebas de determinaci¨®n de la edad, muy cuestionadas por su fiabilidad, el fiscal decret¨® que era un adulto. Inmediatamente despu¨¦s, Ibrahim tuvo que salir del centro de menores y se qued¨® en la calle. El Comit¨¦ de la ONU solicit¨® a las autoridades espa?olas que aplicasen una medida cautelar para devolverle al centro.
Ibrahim fue el primero en salir a la luz, aunque hay muchos m¨¢s como ¨¦l. El caso de Lamin, que acaba de cumplir 17 a?os, seg¨²n su pasaporte, es paradigm¨¢tico: para las autoridades espa?olas es un adulto y no le permiten estar en un centro de menores, pero cuando ha acudido a los servicios sociales que atienden a los sin techo no le han admitido porque en su documentaci¨®n pone que es menor de edad. Adem¨¢s, a pesar de que ni la Fiscal¨ªa ni la polic¨ªa dan credibilidad a su documento, no lo han denunciado a los ¨®rganos judiciales por falsedad documental. Lamin estar¨ªa durmiendo en la calle si no fuese porque le ha acogido una familia en Almer¨ªa. Le gustar¨ªa continuar sus estudios. ¡°No entiendo por qu¨¦ no me creen¡±, cuenta por videollamada. ¡°Nunca se me pas¨® por la cabeza tener un pasaporte falso, ?para qu¨¦?¡±, cuestiona.
Considerados adultos desde que pisan tierra
La historia de este joven se complica nada m¨¢s poner en octubre el pie en la isla de El Hierro. Lleg¨® traumatizado despu¨¦s de una semana de traves¨ªa por el Atl¨¢ntico durante la cual uno de los ocupantes de su cayuco muri¨® tras lanzarse al mar, probablemente enajenado por las alucinaciones. Lamin asegura que desde el primer momento insisti¨® en que era menor de edad, pero que la int¨¦rprete que tradujo su declaraci¨®n a la polic¨ªa le acus¨® de mentir. ¡°Pasamos una semana en mitad del Atl¨¢ntico, sin dormir, sin comer bien, ?qu¨¦ aspecto esperas que tenga cuando me bajo del cayuco? ?C¨®mo debo parecerte para que creas que soy menor?¡±, cuestiona el chico.
No es el primer relato que se?ala c¨®mo esa misma int¨¦rprete acaba condicionando el destino de los j¨®venes que llegan a Canarias. El Defensor del Pueblo ya recogi¨®, en un informe de 2021, algunas quejas como esta: ¡°En uno de los centros de acogida humanitaria visitados en Tenerife, un numeroso grupo de presuntos menores coincidieron al relatar que la citada int¨¦rprete les hab¨ªa indicado que no deb¨ªan declararse menores de edad¡±. En octubre, EL PA?S recopil¨® los testimonios de una decena de chicos de Senegal que denunciaron la misma pr¨¢ctica. Contactada por EL PA?S, la traductora defiende su trabajo y asegura, sin ning¨²n dato que la respalde, que el 99% de los chicos que dicen ser menores de edad no lo son. ¡°Te mienten en la cara. Nadie conoce el perfil del negro como yo. Dicen lo que los organizadores les recomiendan y, cuando yo les explico lo que pasa si dicen que son menores y no lo son, se retractan¡±.
Tras su conversaci¨®n con la int¨¦rprete, Lamin fue retirado del grupo de los menores y pas¨® al de los adultos. Acab¨® en un centro de acogida de Barcelona. Cuando le obligaron a irse, durmi¨® a un parque. ¡°Pas¨¦ una semana en la calle, mendigando comida. Nadie me ayudaba porque pensaban que estaba loco¡±, recuerda muy afectado. Lamin decidi¨® marcharse a Almer¨ªa y all¨ª, casi por casualidad, dio con Francisco Morenilla, el abogado que lo representa y que ha llevado su caso hasta los tribunales. ¡°Me cabrearon las barbaridades que han hecho con ¨¦l, tanto la polic¨ªa como la Fiscal¨ªa¡±, explica. Ni la Fiscal¨ªa, ni la polic¨ªa han respondido oficialmente sobre esta problem¨¢tica.
Dos pasaportes que conviven
Gambia tiene dos tipos de pasaporte, uno biom¨¦trico con identificaci¨®n dactilar y que se emite con el interesado presente, y otro modelo de 2002, sin datos biom¨¦tricos y que puede obtenerse en la distancia. Ambos son legales y v¨¢lidos para las autoridades del pa¨ªs, aunque la polic¨ªa espa?ola manifiesta en su informe su desconcierto por la convivencia tan prolongada de los dos tipos de documento. Seg¨²n el informe t¨¦cnico policial al que ha tenido acceso EL PA?S, el pasaporte de Lamin es el considerado m¨¢s sospechoso porque no contiene datos biom¨¦tricos. Fueron sus padres, sus representantes legales, los que desde Gambia le gestionaron la emisi¨®n y el env¨ªo del documento basado en su acta de nacimiento. En otros casos, como el de Ibrahim, tambi¨¦n se desconf¨ªa de los pasaportes obtenidos con el interesado presente y con identificaci¨®n dactilar.
La Fiscal¨ªa, que es quien decreta la minor¨ªa de edad de los extranjeros que llegan solos en patera, puso en duda la credibilidad de los documentos de Lamin. Se bas¨® en el informe t¨¦cnico general sobre los pasaportes y las observaciones de los agentes. El letrado, que ha recurrido en el juzgado la baja de Lamin del centro de menores, rebate los argumentos de la fiscal: ¡°Insistimos en nuestras serias dudas acerca de las competencias en materia caligr¨¢fica de los agentes. Recordemos que el informe [de este caso concreto] no viene firmado por la unidad cient¨ªfica de la Comisar¨ªa Provincial de Polic¨ªa Nacional, sino por la Brigada de Extranjer¨ªa¡±.
La fiscal vio tambi¨¦n ¡°una discrepancia manifiesta¡± entre la apariencia f¨ªsica de Lamin y la edad que dice tener. EL PA?S ha conversado con el chico por videollamada durante m¨¢s de media hora y, aunque muestra bastante madurez al expresarse, podr¨ªa tener los 17 a?os que dicen sus documentos. En su decreto, la fiscal considera un indicio de su mayor¨ªa de edad que Lamin, por consejo de su abogado, se negase a someterse a las pruebas de determinaci¨®n de la edad, en este caso una radiograf¨ªa de la mu?eca. Sin embargo, la negativa de los letrados es recurrente por las dudas sobre un procedimiento cuestionado por organismos nacionales e internacionales. En estos casos, el Defensor del Pueblo defiende que cuando el migrante aporta documentaci¨®n identificativa (acta de nacimiento o pasaporte) no impugnada, ¡°no parece razonable someterles a pruebas para determinar la edad¡± porque podr¨ªa contravenir la Convecci¨®n de los Derechos del Ni?o y la jurisprudencia del Tribunal Supremo al respecto.
La embajada de Gambia emiti¨® un certificado para confirmar los datos que constan en el pasaporte y asegurar que es ¡°v¨¢lido¡± y ¡°aut¨¦ntico¡±, pero no sirvi¨® de nada. La Embajada de Gambia no ha respondido ni a las llamadas ni al correo electr¨®nico enviado por EL PA?S. La fiscal, que no se cree nada de lo que cuenta Lamin, decret¨® su mayor¨ªa de edad y el chico tuvo que salir del centro de menores donde hab¨ªa logrado que lo aceptasen.
Sobre la firma
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