Una moci¨®n de censura de PSOE y Vox divide a Villabr¨¢gima
Un pacto entre concejales de partidos opuestos echa a la alcaldesa del PP e indigna a los vecinos
En el Congreso de los Diputados se llaman ¡°fascistas¡±, ¡°socialcomunistas¡±, ¡°filoetarras¡± o ¡°franquistas¡± pero en Villabr¨¢gima (Valladolid) se dan la mano. Una alianza entre concejales del PSOE y de Vox ha supuesto una moci¨®n de censura contra la alcaldesa, Noelia Garc¨ªa (PP), quien rond¨® la mayor¨ªa absoluta en mayo. El pacto ha provocado la expulsi¨®n de los ediles por parte de sus partidos y ha sumido este municipio de algo m¨¢s de 1.000 habitantes en enfado por el movimiento entre fuerzas ideol¨®gicamente opuestas pero con sus representantes unidos, seg¨²n los cr¨ªticos, por la sed de poder. Este mi¨¦rcoles se ha votado la moci¨®n para dar el mando a V¨ªctor Arce, ahora con Vox tras ser alcalde socialista entre 2007 y 2015. El jaleo junto al Ayuntamiento no ha impedido la consumaci¨®n del cambio y ha consolidado una nueva era en el pueblo: la de los silencios tensos y discusiones en los bares.
Los ritmos cotidianos de localidades como esta muestran uniformidad: ajetreo por la ma?ana, cierta relajaci¨®n a la hora del verm¨² y calma chicha desde la hora de comer hasta ya entrada la tarde, que la sobremesa es sagrada. Dif¨ªcil romper estos ¨¢nimos incluso cuando se resquebraja la paz social del municipio por un giro pol¨ªtico. Sacar el tema en los bares conlleva unos primeros recelos y, a medida que se calienta la cuesti¨®n, brotan las posiciones firmes y los reproches, entre alg¨²n exabrupto, al acuerdo entre los ex del PSOE y los ex de Vox. ¡°Yo ni pincho ni corto, tampoco me interesa, que tengo un negocio y no quiero enemistarme¡±, comienza un trabajador de un bar que pide no identificar ni nombre ni establecimiento. La conversaci¨®n fluye y pronto llegan las explicaciones: en estos pueblos todos conocen las afinidades pol¨ªticas del pr¨®jimo y nadie quiere identificarse demasiado por si esos recelos implican perder clientes. El hombre va tomando carrerilla y del ¡°ajo y agua, que se dice¡± pasa a un ¡°el nuevo alcalde es camale¨®nico, tiene 12 chaquetas en el armario¡±. Los parroquianos se unen al debate y uno confiesa que vot¨® a Vox, pero no esperaba tal actuaci¨®n: ¡°Es el mundo al rev¨¦s¡±.
Poco ha importado el dictamen de las urnas el pasado mayo. El 79,29% del censo electoral de Villabr¨¢gima vot¨® entonces y el 47,69%, casi mayor¨ªa absoluta, respald¨® a Noelia Garc¨ªa rumbo a su tercer mandato, con m¨¢s sufragios que en 2019 y cuatro concejales. El PSOE acumul¨® tres gracias a 204 papeletas (30,31%, menos que en la cita anterior) y Vox logr¨® 138, lejos de la alcaldesa y con dos ediles. En cambio, el acuerdo con los socialistas implica repartirse la legislatura y que V¨ªctor Arce comience antes de ceder el bast¨®n a su inesperado socio.
La regidora responde con un sucinto ¡°bueno, estamos¡± cuando se le pregunta por el panorama. ¡°Percibo un ambiente bastante tenso, el pueblo est¨¢ muy cabreado. No hay ning¨²n motivo fuerte, han hablado de discrepancias, pero es absurdo, no es justo, no he hecho nada ilegal ni robado¡±, arguye Garc¨ªa, frente a Villabr¨¢gima desde 2015 y bien valorada tanto en las elecciones como al preguntar por la calle. ¡°El ansia de poder, el ego¨ªsmo, la ambici¨®n y la avaricia lo pueden todo¡±, lamenta quien desde el primer d¨ªa se oli¨® las argucias de la oposici¨®n. Ya aquel 28 de mayo sospech¨® que podr¨ªan intentar algo, aunque ¡°gente de dentro¡± impidi¨® la uni¨®n de PSOE y Vox.
Los meses avanzaban y crec¨ªan las presiones, pues la nueva coalici¨®n esgrimi¨® discrepancias con la construcci¨®n de una nueva residencia de ancianos para torpedear la acci¨®n consistorial. Primero hubo manifestaciones y luego dimisiones en las listas del PSOE, hasta que entr¨® el n¨²mero 9 del listado y se fragu¨® la moci¨®n: ¡°Hay gente del PSOE y de Vox que le dicen que han jugado con su voto y los est¨¢n defraudando, se sienten estafados¡±. Por los balcones hay pancartas de ¡°S¨ª a la residencia¡±, apoyo, por tanto, a Noelia Garc¨ªa como valedora de la iniciativa.
El nuevo flamante alcalde, V¨ªctor Arce, celebra que ¡°todo ha salido muy bien¡± y reniega de los ¡°20 fan¨¢ticos del PP¡± que han protestado contra ¨¦l. ¡°Han conseguido que los vecinos se enfrenten, nos llevan toreando un a?o siendo prepotentes, no se cre¨ªan lo de la moci¨®n¡±, agrega. Su socio, el exsocialista Eduardo Sahag¨²n asegura que ¡°hay muchas medias verdades¡± y afirma que su prop¨®sito es ¡°sumar y no restar¡±. ¡°Hace tres meses denunci¨¦ al marido de la alcaldesa por intentar agredirme en mi puesto de trabajo¡±, asegura Sahag¨²n, ¡°con la conciencia tranquila¡± y un matiz sobre tanto comentario reciente: ¡°Se oye al que habla, mucha gente en privado nos apoya¡±. La denuncia, sin embargo, alude simplemente a amenazas y no a agresiones.
La ahora exalcaldesa a?ade la clave econ¨®mica. Los crecientes parques e¨®licos en estos parajes de los Montes Torozos trajeron 1,3 millones de euros al Ayuntamiento y la inminente construcci¨®n de m¨¢s molinos acarrear¨¢ m¨¢s recursos, incentivo goloso para lanzarse a la aventura pol¨ªtica. Las calles acreditan el triunfo del PP, con mayor¨ªa absolut¨ªsima entre los dispuestos a hablar. Modesto Carde?osa, de 70 a?os, tilda de ¡°pacto raro¡± lo sucedido: ¡°Soy del PP, pero me parecer¨ªa mal con cualquier partido, es una injusticia¡±. Alberto, de 53, declina dar su apellido porque dirige un negocio y teme que las filias y fobias ideol¨®gicas repercutan al pasar por caja. ¡°El nuevo alcalde lo que quiere es venganza, estamos todos enfrentados y saltan chispas, en los bares se sabe qui¨¦n es qui¨¦n¡±, comenta el villabrigimense, molesto con el clima esparcido por un pueblo poco dado al enfrentamiento parlamentario.
Una mujer que pasea por la localidad se muestra muy enfadada con la moci¨®n, no en vano es la madre de la v¨ªctima pol¨ªtica. Mar¨ªa Jos¨¦ Gonz¨¢lez, de 69 a?os, reniega del exalcalde socialista, luego de Vox y hoy no adscrito: ¡°?Y ahora en qu¨¦ partido estar¨¢?¡±. El nuevo equipo de gobierno local lo compondr¨¢n cinco ediles independientes, todos repudiados por sus formaciones. La mujer asistir¨¢ a una concentraci¨®n convocada para renegar de la moci¨®n de censura: ¡°Est¨¢n los ¨¢nimos muy caldeados, yo ir¨¦ para parar un poco al marido¡±. Finalmente, salvo abucheos, todo se ha firmado. La votaci¨®n definitiva se ha celebrado en el centro cultural, pues el ayuntamiento se encuentra, literal y metaf¨®ricamente, en reformas.
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