Utilidad de la niebla
¡°Al nuevo lehendakari le pedir¨ªa que no se conforme con llevar una buena gesti¨®n. Que sue?e, s¨ª, que proponga ideas, que se mueva, que escuche. Le pedir¨ªa que se rodee del mejor equipo, con gente experta en cada campo, un gobierno que busque la excelencia¡±
Quien visite la coqueta plaza de Mutriku (Gipuzkoa) encontrar¨¢ en ella una estatua de Cosme Damian Txurruka, cient¨ªfico y marino, oriundo de Mutriku y muerto en 1805 en la batalla de Trafalgar. Este modesto monumento en la plaza de un pueblo es el reverso de la grandiosa columna dedicada a Nelson en el Trafalgar Square del centro de Londres. Pensando en la escultura de Txurruka se me ocurre que es muy vasco eso de erigir una estatua no al flamante vencedor, sino al que perdi¨® la batalla. Los vascos siempre tendemos a ir del lado del underdog, aquel que no es favorito, el d¨¦bil, el David de turno.
Ver el mundo desde una posici¨®n de no dominante o no hegem¨®nica te ense?a a ser compasivo, a sentir el dolor de aquel que sufre. Euskadi es una sociedad progresista, una comunidad peque?a de gente que siempre se ha sentido y comportado como pa¨ªs. Muy solidaria, con una fuerte tradici¨®n sindical, comprometida con el medio ambiente, los derechos civiles y la igualdad. Una sociedad, hoy en d¨ªa, mucho m¨¢s diversa.
Zygmunt Bauman afirmaba que en las sociedades peque?as es m¨¢s f¨¢cil atisbar la equidad, porque son m¨¢s din¨¢micas e inclusivas. El hecho que nos conozcamos casi todos hace que podamos caminar juntos, aunque no compartamos las mismas ideas (menos mal). Ello, en cierta manera, se ha conseguido en los ¨²ltimos a?os. Aunque no siempre ha sido as¨ª.
Euskadi se parece a un ni?o inteligente al que le cuesta admitir errores. En Nueva York, donde vivo, existe una larga tradici¨®n para hablar desde la herida, son muy cr¨ªticos con su propia historia. Nosotros no tanto. Mi abuelo, perdedor de la Guerra Civil, nunca hablaba de lo ocurrido. Silencio. La generaci¨®n siguiente, la nacida en la posguerra, obvi¨® la anterior. Como si cada generaci¨®n quisiera vivir su propia guerra. Ahora, los mayores son los que sienten la herida del terrorismo mientras los j¨®venes prefieren mirar al futuro. La pregunta es: ?Podemos hacer como si nada hubiera ocurrido?
El cantautor Mikel Laboa puso m¨²sica a un bell¨ªsimo poema del escritor Jose Antonio Artze: ¡°Maite ditut / maite /geure bazterrak /lanbroak izkutatzen dizkidanean /zer izkutatzen duen /ez didanean ikusten uzten /orduan hasten bainaiz /izkutukoa... /nere barruan bizten diren /bazter miresgarriak /ikusten¡±. (Amo /nuestros rincones /cuando la niebla /me los esconde; /cuando no me deja ver /qu¨¦ es lo que oculta. /Pues entonces comienzo a desvelar /lo guardado /Aquellos rincones /que comienzan /a surgir dentro de m¨ª).
La niebla, poder abstraerse del d¨ªa a d¨ªa, le permite so?ar al poeta.
Tal vez, en estos ¨²ltimos a?os, hemos estado muy ocupados en solucionar problemas concretos e importantes, como salir de la pandemia y fortalecer la econom¨ªa. Tal vez nos hemos vuelto m¨¢s conformistas, m¨¢s cortoplacistas, tal vez hayamos perdido un punto de ese esp¨ªritu emprendedor que antes nos defin¨ªa.
Al nuevo Lehendakari le pedir¨ªa que, como el poeta Artze, sue?e. Le pedir¨ªa que no se conforme con llevar una buena gesti¨®n. Que sue?e, s¨ª, que proponga ideas, que se mueva, que escuche a cuidadoras, jubilados, parados, cient¨ªficos, limpiadoras, ingenieros, estudiantes, migrantes, labradores, fruteros, cooperantes, trans. A todos. Le pedir¨ªa que se rodee del mejor equipo, con gente experta en cada campo, un gobierno que busque la excelencia, como aquel primero de Jose Antonio Agirre, o el de Carlos Garaikoetxea, de ensue?o, que ten¨ªa en el gabinete intelectuales de la talla de Pedro Miguel Etxenike o Pedro Luis Uriarte, aunque por supuesto, paritario. Ilusi¨®n para mirar m¨¢s all¨¢ y transitar a un futuro mejor.
Y le pedir¨ªa que lea, que vaya a conciertos, que visite exposiciones y museos. Le pedir¨ªa que abogue por los derechos ling¨¹¨ªsticos, y que al mismo tiempo sea emp¨¢tico y generoso con aquellos que no hablan la lengua. Que no se olvide de las v¨ªctimas. Que piense que todos tenemos derecho a una segunda oportunidad, tambi¨¦n los que est¨¢n privados de libertad. Le pedir¨ªa al pr¨®ximo Lehendakari que medie con los sindicatos, que mejore la vida de los trabajadores de la sanidad, que aprenda de los maestros y tambi¨¦n de los ni?os. Que juegue con ellos.
Le pedir¨ªa que se acuerde de pasar tiempo con su propia familia.
Una familia plural, como la mayor¨ªa de las familias de nuestro pa¨ªs.
Kirmen Uribe es escritor y profesor de escritura creativa en La Universidad de Nueva York (NYU).
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