Los papeles secretos de la diplomacia franquista sobre la revoluci¨®n portuguesa
Documentos de 1974 desclasificados ahora muestran la resistencia de Franco a reconocer al Gobierno salido de la insurrecci¨®n del 25 de abril y su preocupaci¨®n por el regreso de don Juan de su exilio en Estoril
El pasado 23 de abril, dos d¨ªas antes de cumplirse el 50? aniversario de la Revoluci¨®n Portuguesa, el Consejo de Ministros aprob¨® la desclasificaci¨®n de tres documentos secretos del Ministerio de Asuntos Exteriores que reflejan c¨®mo el franquismo encaj¨® la ca¨ªda de Marcelo Caetano, dictador del pa¨ªs vecino y sucesor de Oliveira Salazar, el creador del llamado Estado Novo 41 a?os antes. Al contrario que la mayor¨ªa de los pa¨ªses occidentales, Espa?a carece de una ley que desclasifique autom¨¢ticamente los documentos secretos cuando transcurren determinado n¨²mero de a?os y sigue rigi¨¦ndose por la legislaci¨®n franquista, que los mantiene ocultos para siempre, salvo que el Gobierno decida sacarlos a la luz.
Eso es lo que ha hecho el Ejecutivo con dos telegramas remitidos el 26 y el 28 de abril de 1974 por el Ministerio de Asuntos Exteriores a la Embajada de Espa?a en Lisboa; y con una nota enviada el 31 de mayo a dicho ministerio por la representaci¨®n diplom¨¢tica en Lisboa. Los papeles hasta ahora secretos, a los que ha tenido acceso EL PA?S, han sido ya entregados por el Gobierno espa?ol a su hom¨®logo portugu¨¦s como contribuci¨®n al conocimiento del contexto hist¨®rico en el que se desarroll¨® la llamada Revoluci¨®n de los Claveles. Su impacto fue profundo en Espa?a tanto por el temor que provoc¨® entre los responsables del r¨¦gimen franquista como por la esperanza que suscit¨® entre la oposici¨®n democr¨¢tica.
De hecho, la dictadura encarg¨® unos meses m¨¢s tarde al Instituto de la Opini¨®n P¨²blica, precedente del actual Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), que realizase un sondeo para ¡°conocer la opini¨®n de la poblaci¨®n sobre los cambios pol¨ªticos habidos en Portugal desde el 25 de abril de 1974¡å. La encuesta se realiz¨® en octubre de 1974 entre 1.100 personas de Madrid y Barcelona. ¡°La mayor¨ªa no tiene una actitud definida en un sentido o en otro; pero, de los que la tienen, el porcentaje que ve con simpat¨ªa [lo sucedido en el pa¨ªs vecino] es m¨¢s alto que el que lo ve con antipat¨ªa (20% frente a 13%)¡±, se?alaba el informe ¡°de uso reservado¡± que no sali¨® a la luz hasta el a?o pasado.
De los documentos desclasificados ahora, el primero es un telegrama, con la r¨²brica de secreto, fechado el 26 de abril, solo un d¨ªa despu¨¦s del levantamiento de los capitanes portugueses. En el mismo se instruye al encargado de Negocios espa?ol en Lisboa (m¨¢ximo responsable de la Embajada en ausencia del embajador) sobre la respuesta que deb¨ªa dar si ¡°de forma pertinente y por persona responsable¡± se le pregunta si Espa?a reconoce a la Junta de Salvaci¨®n Nacional, creada para tutelar la transici¨®n pol¨ªtica y presidida por el general Ant¨®nio de Spinola, que pas¨® a tener un papel protagonista tras recibir la rendici¨®n de Caetano la tarde del 25 de abril, pese a que no pertenec¨ªa al grupo de oficiales sublevados.
La contestaci¨®n deb¨ªa ser la siguiente: ¡°El Gobierno espa?ol no tiene necesidad de hacer declaraciones de reconocimiento porque resulta impl¨ªcito en la continuidad de las plenas relaciones diplom¨¢ticas entre pa¨ªses amigos¡±. Es decir, el Gobierno franquista no quer¨ªa reconocer expresamente a las nuevas autoridades revolucionarias, pero tampoco estaba dispuesto a mover un dedo en apoyo de la dictadura del pa¨ªs vecino, que se hab¨ªa derrumbado como un castillo de naipes ante la insurrecci¨®n militar y el masivo apoyo popular que recibi¨®. El plan operativo del Movimiento rebelde inclu¨ªa el cierre de la frontera con Espa?a durante el 25 de abril de 1974 para evitar un potencial env¨ªo de refuerzos de Franco a Salazar, apoyado en el Pacto Ib¨¦rico de No Agresi¨®n y Amistad que ambos dictadores hab¨ªan firmado en 1939. Pero los temores de los capitanes de abril resultaron infundados y el r¨¦gimen espa?ol opt¨® por la cautela.
Aunque el telegrama fue ¡°comunicado¡± al departamento de cifra del Ministerio de Asuntos Exteriores, encargado de encriptarlo y transmitirlo, por la Direcci¨®n General de Europa, al final del texto aparece la firma ¡°Cortina¡±. El ministro espa?ol de Asuntos Exteriores en ese momento era el diplom¨¢tico Pedro Cortina Mauri, padre de los conocidos empresarios Alfonso y Alberto Cortina y uno de los art¨ªfices del pacto tripartito por el que Espa?a cedi¨® en 1975 el Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania, precisamente para evitar una guerra colonial como la que hab¨ªa causado la ca¨ªda de la dictadura portuguesa, que durante 13 a?os combati¨® contra los independentistas de Mozambique, Angola y Guinea-Bissau.
El segundo telegrama, ¡°cursado por orden telef¨®nica del se?or director general de Europa¡±, tambi¨¦n est¨¢ firmado por ¡°Cortina¡± y , adem¨¢s de la palabra ¡°Secreto¡±, incluye en su encabezamiento el r¨®tulo de ¡°Muy urgente¡±. El texto contiene instrucciones al encargado de Negocios en Lisboa para que acuse recibo de una ¡°nota verbal¡± (comunicaci¨®n escrita de car¨¢cter diplom¨¢tico sin firma ni sello) de las nuevas autoridades portuguesas y, a primera hora de la ma?ana siguiente, entregue en el Ministerio luso de Negocios Extranjeros otra nota verbal con la respuesta del Gobierno franquista en los siguientes t¨¦rminos: ¡°Se toma nota de la constituci¨®n [de la] Junta [de] Salvaci¨®n Nacional presidida por Su Excelencia general Ant¨®nio Spinola, con la que el Gobierno espa?ol seguir¨¢ manteniendo la continuidad de las plenas relaciones diplom¨¢ticas felizmente existentes entre los dos pa¨ªses¡±.
Con cuatro d¨ªas de retraso, el r¨¦gimen franquista se decid¨ªa as¨ª a dar el paso de reconocer formalmente al nuevo poder Ejecutivo salido de la revoluci¨®n del 25 de abril. En el mismo telegrama, se instru¨ªa al encargado de Negocios espa?ol en Lisboa para que urgiera una ¡°pronta contestaci¨®n¡± de las autoridades portuguesas a una solicitud anterior del Ministerio de Exteriores espa?ol, pendiente del benepl¨¢cito de su hom¨®logo, cuyo alcance y car¨¢cter no revela el texto.
El tercer documento desclasificado es una extensa nota que la Embajada de Espa?a en Lisboa remite a Madrid dando cuenta de unas declaraciones del conde de Barcelona, padre del futuro rey Juan Carlos, exiliado entonces en Estoril, a unos 25 kil¨®metros de Lisboa. ¡°C¨®mo puedo yo abandonar Portugal, donde tantos a?os he vivido y tanto admiro, ahora que inici¨® el camino de la democracia que siempre propugn¨¦ para mi pa¨ªs¡±, son las palabras de Juan de Borb¨®n que recoge el cable diplom¨¢tico citando un art¨ªculo del Diario Popular, un vespertino lisboeta de la ¨¦poca.
Seg¨²n la nota, estas palabras se las dijo el abuelo de Felipe VI a Joaqu¨ªn Satr¨²stegui, un pol¨ªtico liberal y mon¨¢rquico espa?ol que milit¨® en la oposici¨®n antifranquista y ser¨ªa elegido senador en las primeras elecciones democr¨¢ticas. El documento, fechado el 31 de mayo de 1974, m¨¢s de un mes despu¨¦s del triunfo de la revoluci¨®n, califica a Satr¨²stegui de ¡°dem¨®crata muy unido al conde de Barcelona y persona de mucho prestigio en los medios pol¨ªticos del pa¨ªs vecino¡±, hasta el punto de que, durante su visita a Lisboa, habr¨ªa sido recibido por Adelino da Palma Carlos, primer ministro del Gobierno provisional, y el dirigente socialista Mario Soares, entonces ministro de Asuntos Exteriores.
Seg¨²n el documento desclasificado ahora, el conde de Barcelona hizo estas declaraciones ante Satr¨²stegui, quien inform¨® al periodista de Diario Popular, al que revel¨® tambi¨¦n ¡°la existencia de presiones por parte de algunos sectores pol¨ªticos de Espa?a para que el conde de Barcelona abandone Portugal y regrese a su pa¨ªs o vaya a otra naci¨®n. Esos sectores¡±, agrega la nota, ¡°invocan supuestos peligros para el conde de Barcelona en consecuencia de las transformaciones pol¨ªticas acaecidas en Portugal el 25 de abril¡±.
Es en el ¨²ltimo p¨¢rrafo del cable donde el encargado de Negocios hace su propia aportaci¨®n, m¨¢s all¨¢ de lo que cuenta el diario portugu¨¦s: ¡°Se sabe por el contrario que el conde de Barcelona mantiene su idea de no abandonar Portugal, ahora m¨¢s que nunca, habiendo enviado, dos d¨ªas despu¨¦s del alzamiento de las Fuerzas Armadas, un telegrama de felicitaci¨®n al general Ant¨®nio de Spinola¡±. Aunque Spinola cay¨® en septiembre de 1974 y la revoluci¨®n portuguesa se escor¨® hacia la izquierda, dejando de ser un modelo para los mon¨¢rquicos espa?oles que a¨²n so?aban con una restauraci¨®n en la persona de don Juan, el conde de Barcelona sigui¨® viviendo en Estoril y no regres¨® a Espa?a hasta despu¨¦s de ceder a su hijo Juan Carlos los derechos din¨¢sticos, en 1977.
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