Portugal celebra los 50 a?os de la derrota de la dictadura en plena ola de crecimiento ultra
El 65% de los portugueses considera que la Revoluci¨®n de los Claveles es el hecho m¨¢s importante de la historia del pa¨ªs
Por cada a?o de democracia portuguesa hay un diputado de ultraderecha en la Asamblea de la Rep¨²blica. Cincuenta a?os y cincuenta diputados. Una coincidencia azarosa que, sin embargo, expone la contradicci¨®n que vive hoy la sociedad lusa, orgullosa de la democracia que conquist¨® en 1974 y sorprendida con el crecimiento de los desencantados que en las ¨²ltimas elecciones abrazaron el populismo de derechas. Este jueves se cumplen 50 a?os de la Revoluci¨®n de los Claveles, un hito feliz en la l¨²gubre historia del siglo XX en Europa. Todo el pa¨ªs se ha volcado en conmemorar el fin de la represi¨®n que hab¨ªa durado cerca de medio siglo, desde que unos militares dieron un golpe de Estado en 1926.
Los a?os de plomo duraron hasta que otros militares protagonizaron otro golpe para hacer lo contrario y democratizar el pa¨ªs, adem¨¢s de lapidar el nost¨¢lgico imperialismo portugu¨¦s, lo que explica que este jueves participen en los actos en Lisboa numerosos jefes de Estado de las antiguas colonias. El pacifismo desplegado por los capitanes de abril en 1974, sumado a la efervescencia popular que pronto se adue?¨® de la operaci¨®n militar para convertirla en una revoluci¨®n propia, desat¨® una oleada de admiraci¨®n y reconocimiento mundial. Al infinito programa de actos, que incluye charlas, exposiciones, rutas, recreaciones hist¨®ricas, conciertos, sesiones oficiales y un inusual desfile militar en el Terreiro do Pa?o, en Lisboa, se han sumado hasta algunas rotondas como la entrada a Montijo, donde se puede ver un luminoso clavel gigante.
Una quinta parte, con opini¨®n positiva del dictador
Por eso impresion¨® que, a las puertas del aniversario, el pasado 10 de marzo, el 18% de los portugueses que fueron a las urnas se decantaron por Chega, un partido de ideas reaccionarias que ha crecido a toda velocidad en apenas cinco a?os de vida. Puede que no sean los mismos portugueses que consideran que la dictadura que se derrot¨® el 25 de abril de 1974 deber¨ªa pasar a la historia como un r¨¦gimen con m¨¢s cosas positivas que negativas, pero lo cierto es que los porcentajes se asemejan. Una quinta parte de los encuestados en un reciente sondeo publicado en el semanario Expresso tiene una buena opini¨®n de los d¨ªas del dictador Salazar y su sucesor, Marcelo Caetano.
En una cena con corresponsales extranjeros en Lisboa, el presidente de la Rep¨²blica, Marcelo Rebelo de Sousa, prefiri¨® destacar la parte positiva del estudio. El 65% de los portugueses considera que la revoluci¨®n de 1974 es el hecho m¨¢s importante de la historia de Portugal, por delante de la entrada en la Uni¨®n Europea (antes Comunidad Econ¨®mica Europea) en 1985, la implantaci¨®n de la Rep¨²blica en 1910, la recuperaci¨®n de la independencia en 1640 tras unas d¨¦cadas con reyes espa?oles o la llegada de Vasco de Gama a la India en 1498. La apreciaci¨®n hacia el 25 de abril de 1974 ha crecido de forma constante en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
Tampoco ha dejado de crecer el porcentaje de portugueses que lamenta la benevolencia que rode¨® a los protagonistas de actividades represoras. El 59% cree hoy que deber¨ªan haber sido juzgados, frente al 51% que opinaba lo mismo hace 20 a?os. La valoraci¨®n de los cambios registrados en democracia es casi siempre positiva, en especial en la atenci¨®n sanitaria, el nivel de vida, la educaci¨®n o la seguridad social. Solo un 13% de los encuestados considera que el proceso pol¨ªtico hacia la democracia no es un motivo de orgullo.
La unanimidad que exist¨ªa entre la clase pol¨ªtica respecto al legado de abril se ha roto con la aparici¨®n de Chega. Sin atacar frontalmente la fecha ni mostrar una abierta nostalgia por el salazarismo, su l¨ªder, Andr¨¦ Ventura, ha optado por minusvalorar su simbolismo. ¡°?Qu¨¦ fall¨® de abril? Ese abril del que nos llenamos la boca para decir 50 a?os del 25 de abril. En las casas ya nadie quiere saber de eso, quieren saber de la pensi¨®n que no aumenta y de la corrupci¨®n que aumenta. En casa no quieren cumplir los claveles ni andar en blindados por la avenida de la Libertad. En casa quieren que sus hijos tengan una escuela segura donde no sean asaltados cuando se dirigen a ella. Quien est¨¢ en Odemira o Beja no quiere saber de abril, quiere saber de la invasi¨®n de inmigrantes¡±, solt¨® en la Asamblea de la Rep¨²blica, durante el pleno que debati¨® el programa del nuevo Gobierno.
El auge del populismo explica tambi¨¦n, a juicio del presidente de la Asociaci¨®n 25 de Abril, Vasco Louren?o, el inter¨¦s que ha despertado la conmemoraci¨®n en el exterior. ¡°De repente, tal vez porque las personas se sienten m¨¢s asustadas por la subida de la extrema derecha y tienen recelo de que la democracia se cuestione, se intensifica la voluntad de reafirmar abril. No solo en Portugal, tambi¨¦n en el extranjero. En el mundo occidental, tal vez por el aumento de la extrema derecha y los neofascistas, el 25 de Abril se ha convertido en una referencia democr¨¢tica¡±, se?alaba Louren?o en una reciente entrevista al diario P¨²blico.
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