As¨ª asfixia el centralismo a los ¡®nuevos partidos¡¯
La creciente concentraci¨®n de poder en la c¨²pula de las formaciones pol¨ªticas ha demostrado tener efectos letales
Cuando la direcci¨®n nacional de Vox decidi¨® romper cinco gobiernos auton¨®micos con el PP por la acogida de 110 inmigrantes entre todas esas comunidades, el polic¨ªa local de M¨¢laga Andr¨¦s Reche tuvo un ¡°d¨¦j¨¤ vu¡±. Militante de Ciudadanos (Cs) desde 2014 y dirigente andaluz entre 2019 y 2023, Reche usa la popular expresi¨®n francesa para ilustrar ...
Cuando la direcci¨®n nacional de Vox decidi¨® romper cinco gobiernos auton¨®micos con el PP por la acogida de 110 inmigrantes entre todas esas comunidades, el polic¨ªa local de M¨¢laga Andr¨¦s Reche tuvo un ¡°d¨¦j¨¤ vu¡±. Militante de Ciudadanos (Cs) desde 2014 y dirigente andaluz entre 2019 y 2023, Reche usa la popular expresi¨®n francesa para ilustrar que la maniobra de Santiago Abascal le pareci¨® ¡°un calco¡± de lo que hab¨ªa vivido antes en su partido. ¡°Es un fiel reflejo: decisiones centralizadas y desprecio por los contextos regionales¡±, explica Reche, que como dirigente auton¨®mico de Cs percibi¨® ¡°no un ninguneo, pero s¨ª un descr¨¦dito de lo que dicen los territorios¡±. ¡°Yo sub¨ªa mis opiniones [a Madrid] y no me hac¨ªan caso. Las decisiones las tomaban cuatro¡±, a?ade el ex secretario de Organizaci¨®n andaluz, que retom¨® el uniforme hace un a?o y ahora observa en Vox los dos errores que a su juicio condenaron a Ciudadanos: abuso del centralismo y exceso de confianza en el hiperliderazgo.
La implantaci¨®n auton¨®mica y el funcionamiento normalizado de las relaciones entre el poder central y el territorial han sido asignaturas pendientes de los que podr¨ªan llamarse nuevos partidos. No hay dos casos iguales. En Vox, el centralismo interno ha sido una decisi¨®n coherente con su visi¨®n de Espa?a, lo que no ha evitado conflictos entre la direcci¨®n nacional y los poderes territoriales. En Cs y en Podemos ha habido una mayor descentralizaci¨®n, pero ¡°nunca ha cristalizado un modelo estable de funcionamiento¡±, explica Ram¨®n Villaplana, investigador de la Universidad de Valencia especializado en partidos pol¨ªticos. ¡°Las relaciones [dentro de Podemos y Cs] han sido o de alineamiento o de imposici¨®n, rara vez de aceptaci¨®n de la discrepancia. El conflicto ha sido permanente¡±, a?ade.
El ¡°abuso del hiperliderazgo¡± ha provocado en los nuevos partidos ¡°una concentraci¨®n del poder en Madrid a¨²n mayor que en los tradicionales¡±, explica Villaplana. Ha sido un error, a juicio del investigador, que describe una din¨¢mica asfixiante para las propias organizaciones. ¡°No han logrado lo que pretend¨ªan, mayor orden y control, y han impedido que aflore la diversidad, con la l¨®gica p¨¦rdida de talento. Adem¨¢s, cuando ha ca¨ªdo el l¨ªder, el derrumbamiento ha sido inmediato, empezando por la parte m¨¢s d¨¦bil, la periferia del partido, por no haberla cuidado¡±, explica. Y concluye: ¡°Esto vale para [el ya desparecido partido] UPyD con Rosa D¨ªez, Cs con Albert Rivera, Podemos con Pablo Iglesias y puede valer en el futuro para Vox con Abascal¡±. La experta en estrategia pol¨ªtica Ana Salazar a?ade otro riesgo m¨¢s de la falta de m¨²sculo auton¨®mico: ¡°Al no haber una red, a la primera crisis, los partidos pueden ser v¨ªctimas del abrazo del oso, como le pas¨® a Cs con el PP¡±. De hecho, el exdirigente andaluz de Cs Andr¨¦s Reche deja este mensaje para la direcci¨®n de Vox: ¡°Que se preparen para un baile de tr¨¢nsfugas¡±.
De Vox a Cs
Vox, un caso extremo de falta de democracia interna, no recoge ¨®rganos regionales en sus estatutos. El partido est¨¢ controlado por el Comit¨¦ Ejecutivo Nacional (CEN), el ¨®rgano que decidi¨® la ruptura con el PP, desobedecida al menos por un consejero de Vox en Castilla y Le¨®n y otro en Extremadura. En las explicaciones de ambos ha aparecido la acusaci¨®n contra la direcci¨®n nacional de ignorar la realidad de las comunidades, ingrediente habitual en las crisis territoriales de Vox ¡ªalgunas de tal gravedad que han llegado a desintegrar su grupo parlamentario, como en el caso de Murcia en 2022¡ª.
¡°Todo lo decide y controla el CEN, desde los acuerdos hasta las cuentas, incluso con qu¨¦ medios se puede hablar. As¨ª no hay forma de trabajar por tu comunidad¡±, explica sobre su experiencia en Vox Alfonso Gald¨®n, que tras pasar por el PP se incorpor¨® a las filas de Abascal en Murcia en 2018 y lleg¨® a contar ¡ªasegura¡ª con el benepl¨¢cito de la direcci¨®n para ser candidato a la presidencia regional. ¡°En cuanto vieron que ten¨ªa ideas, que no era sumiso, me quitaron de en medio¡±, afirma Gald¨®n, que en 2020 mont¨® otro partido, Valores. ¡°La obsesi¨®n de Vox¡±, afirma, ¡°es que no surjan voces independientes ni barones¡±: ¡°Por eso fueron a por Macarena Olona. Creen que as¨ª evitan que se cuestione a la direcci¨®n, pero lo que impiden es que el partido coja fuerza¡±. Vox no respondi¨® a las preguntas de EL PA?S para este reportaje.
Aunque en Cs las estructuras regionales s¨ª han estado reconocidas, en la pr¨¢ctica el funcionamiento ha sido centralista. Los pactos auton¨®micos en 2015 y en 2019 vinieron determinados por la estrategia general, y la direcci¨®n nacional tumb¨® en 2020 una propuesta para descentralizar la elecci¨®n de los liderazgos territoriales. En Andaluc¨ªa, el que fuera l¨ªder del partido Juan Mar¨ªn ¡°no mov¨ªa un dedo sin el que ¨¦l llamaba su hermano¡±, Albert Rivera, cuenta Andr¨¦s Reche, que lleg¨® a ponerse al frente de la direcci¨®n regional tras dimitir Mar¨ªn en 2022. Reche sostiene que, ¡°para arraigar en un territorio, un partido necesita una autonom¨ªa que no ha existido en Cs¡±. Afirma que el partido lo apost¨® todo a ¡°un l¨ªder fuerte¡±, Rivera, ¡°y cuando desapareci¨® el l¨ªder, desapareci¨® el proyecto¡±. ¡°Ese es el riesgo que corrimos y el precio que pagamos¡±, afirma.
Desde la actual direcci¨®n de Cs, que lucha por evitar la extinci¨®n, su coordinador nacional, Jos¨¦ Carlos P¨¦rez-Nievas, atribuye la falta de implantaci¨®n territorial del partido a dos motivos. ¡°El primero, la falta de experiencia y tiempo, que nos impidi¨® sentar unas bases fuertes que evitaran la descomposici¨®n cuando vinieron mal dadas¡±, se?ala. ¡°El segundo¡±, contin¨²a, ¡°la ruptura frecuente entre las bases y la direcci¨®n nacional por los candidatos en auton¨®micas y generales [en las listas provinciales], al entender que se eleg¨ªan sin atender al trabajo sobre el terreno¡±.
Las urgencias de Podemos
Aunque Podemos prev¨¦ asambleas auton¨®micas y locales desde Vistalegre I, el partido se vio empujado en 2014 a ¡°una especie de suspensi¨®n del Estado de derecho interno¡± hasta que acab¨® el ciclo electoral, en 2016, explica el que fue su primer secretario de Organizaci¨®n, Sergio Pascual. ¡°Ten¨ªamos voluntad de construir desde abajo y dar autonom¨ªa, pero vivimos dos a?os en estado de emergencia electoral. Para cuando pudimos ponernos a la tarea, hab¨ªan aparecido las l¨®gicas cainitas, las luchas entre el errejonismo y el pablismo se hab¨ªan trasladado a los territorios y cualquier disensi¨®n era vista como una deslealtad¡±, a?ade. ¡°Condicionados por la guerra sucia del aparato del Estado, que nos hizo mella, empezamos a sospechar de todo, ca¨ªmos en el cierre de filas y la centralizaci¨®n. Eso impide que crezca la hierba bajo los pies¡±, analiza Pascual, que concluye: ¡°Nunca logramos instaurar un sistema de reglas claras, v¨¢lidas en todo momento y para todos¡± en las relaciones entre distintos niveles del partido, un d¨¦ficit que ve ¡°decisivo¡± en su deterioro.
El que fue secretario de Organizaci¨®n hasta 2016 se muestra autocr¨ªtico y asume su responsabilidad, al mismo tiempo que se?ala que, tras su salida, la inercia sigui¨®. El partido lleg¨® a tejer red auton¨®mica en toda Espa?a, si bien su estructura est¨¢ hoy mermada por la espiral de sangr¨ªas electorales y crisis territoriales. Podemos, a trav¨¦s de un portavoz oficial, se muestra consciente del car¨¢cter ¡°crucial¡± de la implantaci¨®n descentralizada, por lo que hace ¡°campa?as y rutas territoriales¡± para reforzar a la militancia.
Sumar tampoco ha resuelto todav¨ªa la ecuaci¨®n territorial. Su apuesta ha consistido en llegar a acuerdos con fuerzas como M¨¢s M¨¢drid, Catalunya en Com¨², Comprom¨ªs en la Comunidad Valenciana o M¨¦s en Baleares, entre otras, en un modelo que tampoco ha armonizado las relaciones entre el centro y las partes. En respuesta por escrito, Sumar sostiene que su despliegue territorial ¡°no ha sido posible¡± por la intensidad del calendario electoral, pero que mantiene su voluntad de hacerlo ¡°con tranquilidad y desde la colaboraci¨®n¡± con otras fuerzas. ¡°Todo proyecto nuevo encuentra dificultades para desplegarse, no somos una excepci¨®n. Solo existe una f¨®rmula que funciona: el trabajo pegado al territorio¡±, a?ade.
Pascual observa dos rasgos comunes a UPyD, Cs, Vox, Podemos y Sumar que considera claves para explicar sus dificultades: ¡°Son partidos surgidos en un contexto de espectacularizaci¨®n de la pol¨ªtica que exige l¨ªderes carism¨¢ticos, siempre tendentes a concentrar decisiones. Adem¨¢s, son en origen maquinarias de guerra electoral, que imponen una verticalidad militarizada, dif¨ªcil de compaginar con los contrapesos¡±. Cristina Monge, polit¨®loga y profesora de Sociolog¨ªa, no limita el reto de la descentralizaci¨®n a los nuevos partidos: ¡°Espa?a es un pa¨ªs muy complejo y plural. Solo con una organizaci¨®n muy rodada y arraigada, muy adaptada a c¨®mo es Espa?a, puedes gestionar esa complejidad. No es que el PSOE y el PP no tengan que enfrentarse al mismo desaf¨ªo, es que llevan m¨¢s tiempo haci¨¦ndolo. Cuando tu organizaci¨®n es nueva, sufres m¨¢s. Y no solo tienes m¨¢s dificultades para gestionar, sino para sobrevivir como partido¡±.