50 a?os del primer atentado indiscriminado de ETA: el rastro desaparece en el centro de Madrid
En la tur¨ªstica Puerta del Sol no existe ni una placa ni un memorial en homenaje a las 13 personas muertas en la calle del Correo en 1974
No hay una sola placa que guarde el recuerdo de la matanza. En el tramo estrecho de apenas 50 metros que es la calle del Correo, junto a la Puerta del Sol, en pleno centro de Madrid, no queda un rastro que recuerde a las v¨ªctimas. Cuesta creer que en el n¨²mero dos de la calle, al lado de una de las plazas m¨¢s visitadas de Europa, el 13 de septiembre de 1974, hace 50 a?os, ETA estallaba en pedazos la cafeter¨ªa Rolando y cobraba la vida de 13 personas. Era el primer atentado indiscriminado que perpetraba la banda y solo lo lleg¨® a reconocer muchos a?os m¨¢s tarde, poco antes de su disoluci¨®n.
Lo que era entonces la cafeter¨ªa Rolando es hoy la parrilla argentina La Adriana, una estancia de mantel blanco que cobra el men¨² del d¨ªa a 20 euros. ?ngelo, un muchacho de Bolivia encargado del restaurante, dice que los due?os ¨C que viven en Argentina ¨C le han hablado de lo que pas¨® all¨ª, que ETA puso la bomba ah¨ª porque era la cafeter¨ªa donde iban a comer los polic¨ªas de la Direcci¨®n General de Seguridad (DGS) que estaba en la acera de en frente, en lo que hoy es la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. En las plantas de arriba, encima del restaurante, funciona el hostal Riesco, que en su p¨¢gina web reconstruye la historia del edificio desde el siglo XVI hasta la actualidad, pero sin mencionar ni de refil¨®n el atentado que signific¨® la mayor matanza de ETA hasta la del Hipercor de Barcelona, en 1987, con 21 v¨ªctimas mortales.
En la contigua Plaza de Pontejos, donde desemboca la calle del Correo, un grupo de mujeres septuagenarias, todas ellas de Madrid, pasaba la tarde del pasado viernes. Consultadas por el atentado que sucedi¨® a escasos metros 50 a?os atr¨¢s, ninguna de ellas lo recuerda. ¡°Cre¨ªa que hablabas de lo de los abogados de Atocha¡±, dice una, refiri¨¦ndose al atentado ocurrido el 24 de enero de 1977 en la calle Atocha, en el que cinco abogados laboralistas fueron ultimados a tiros por terroristas de extrema derecha.
Tampoco lo recuerda Gloria, una mujer de 60 a?os que pasa por la plaza con su esposo. ¡°Yo me acuerdo del atentado que viv¨ª yo; cada uno recuerda las bombas que vivi¨®, de las que escap¨®, la que no le toc¨® por los pelos¡±. El de ella es el de la glorieta de L¨®pez de Hoyos, ocurrido el 21 de junio de 1993, en el que ETA estall¨® un coche bomba contra una furgoneta en la que iba personal militar y mat¨® a siete de ellos. El coche de Gloria fue el ¨²ltimo en pasar antes de la bomba. Ese m¨¦todo, el de los atentados con coches bomba, lo hab¨ªa perfeccionado la banda desde mediados de los ochenta, con decenas de muertos a su paso.
¡°La gente de 45 a?os para arriba seguimos pensando en atentados; una vez que oyes el ruido de una bomba no se te olvida nunca¡±, dice Gloria. ¡°Cuando mis hijos eran peque?os, nosotros ¨ªbamos por la calle y yo no los dejaba tocar mochilas, no los dejaba tocar coches, porque podr¨ªan ser coches bomba¡±, a?ade. Explica que cuando los miembros de la banda hu¨ªan del lugar de alg¨²n atentado hac¨ªan explotar despu¨¦s el coche de la huida.
Por la conmemoraci¨®n del 50? aniversario de la matanza, en la Real Casa de Postas, a pocos metros del atentado, la Fundaci¨®n V¨ªctimas del Terrorismo, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, en colaboraci¨®n con la agencia Efe, han instalado una exposici¨®n In Memoriam con 50 fotograf¨ªas. Durar¨¢ seis d¨ªas. En la inauguraci¨®n, Juan Francisco Benito Valenciano, presidente de la fundaci¨®n, ha dicho que la muestra es un paso para ¡°mitigar el sentimiento de v¨ªctimas olvidadas entre supervivientes y familiares de los fallecidos en la que fue la primera masacre, nunca resarcidos jur¨ªdicamente, al tiempo que han tenido que contemplar la impunidad absoluta en la que han vivido los asesinos¡±. El caso fue archivado en la amnist¨ªa de 1977. A las puertas de la exposici¨®n, el guardia civil de turno indica el lugar del atentado a los visitantes que se lo preguntan. ¡°Yo pienso que se tiene que recordar; una cosa es que se amnisti¨®, porque acab¨® el franquismo, hubo una amnist¨ªa general, a ellos ni se les lleg¨® a juzgar, pero otra cosa es que no se tenga que recordar¡±.
En la esquina de la calle del Correo con la Puerta del Sol casi nada queda de aquello que estaba en pie el d¨ªa de la bomba. La c¨¦ntrica zona, rendida al turismo, es el reflejo vivo de los cambios que ha visto Madrid durante el ¨²ltimo medio siglo: los antiguos locales han dado paso ahora a las tiendas de souvenirs abarrotadas de extranjeros que compran abanicos e imanes para la nevera. La esquina la ocupa una sucursal del banco BBVA. Solo dos locales que estaban entonces todav¨ªa siguen en el mismo lugar: la pasteler¨ªa La Mallorquina y la centenaria mercer¨ªa del Almac¨¦n de Pontejos, un negocio familiar hoy atendido ya por la cuarta generaci¨®n.
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