S¨¢nchez reh¨²ye la guerra abierta en el Congreso entre ERC y Junts
Feij¨®o arremete contra el plan de regeneraci¨®n del Gobierno: ¡°No se ve¨ªa algo as¨ª desde Franco¡±
Desde que Pedro S¨¢nchez dijo aquello de que seguir¨¢ gobernando ¡°con o sin el poder legislativo¡±, el poder legislativo no ha dejado de darle sobresaltos. La semana pasada fue el PNV y esta Junts. Cada uno a su manera abocaron al Gobierno a dos nuevas derrotas parlamentarias festejadas con brindis entusiastas en la oposici¨®n. Con esos antecedentes, S¨¢nchez se someti¨® este mi¨¦rcoles a su primera sesi¨®n de control en el Congreso tras las vacaciones. Y al margen de la andanada habitual de Alberto N¨²?ez Feij¨®o ¨C¡±no se hab¨ªa visto algo as¨ª desde Franco¡±, carg¨® el l¨ªder del PP a prop¨®sito del plan de regeneraci¨®n democr¨¢tica del Gobierno- , tuvo que asistir a un espect¨¢culo m¨¢s inquietante para ¨¦l: la encarnizada batalla entre los dos brazos del independentismo catal¨¢n, ambos aliados indispensables del Ejecutivo al tiempo que fraternales adversarios entre s¨ª. S¨¢nchez se situ¨® a distancia suficiente para tratar de que no le salpicase la sangre.
Junts se encontr¨® este mi¨¦rcoles con la respuesta a su jugarreta del d¨ªa anterior, cuando logr¨® enga?ar a todo el mundo. Tras anunciar que se abstendr¨ªa ante una proposici¨®n de ley para limitar los alquileres de vivienda de temporada, por sorpresa y en el ¨²ltimo minuto se sum¨® al rechazo de PP y Vox para tumbarla. La r¨¦plica al partido de Carles Puigdemont no le lleg¨® del Gobierno, ni de Sumar, el grupo proponente de la iniciativa. Fueron sus antiguos socios de ERC. Para esa misi¨®n, Gabriel Rufi¨¢n afil¨® su daga m¨¢s incisiva.
El portavoz de los republicanos preguntaba a S¨¢nchez por sus previsiones sobre la duraci¨®n de la legislatura. Despu¨¦s de que este contestase con el consabido que la apurar¨¢ hasta el final, Rufi¨¢n dej¨® caer una gracia -¡±se lo pod¨ªa haber currado un poquito m¨¢s¡±- y pas¨® a la acci¨®n. Cre¨® expectaci¨®n con un pre¨¢mbulo: ¡°Un fantasma recorre este hemiciclo¡±. Y a continuaci¨®n identific¨® el tal espectro: ¡°Un bloque nuevo: PP, Vox y Junts, que llevar¨¢ a Feij¨®o a La Moncloa¡±. Eso suceder¨¢, vaticin¨®, a pesar de quienes cre¨ªan que Junts nunca podr¨ªa pactar ¡°con los que pegaron a los catalanes el 1 de octubre, los que niegan la naci¨®n catalana¡±. Rufi¨¢n exigi¨® entonces a S¨¢nchez que explique qu¨¦ va a hacer ante eso. ¡°Y por favor¡±, remat¨®, ¡°no me diga aquello de ¡®pasar del legislativo¡¯. ?Usted se imagina a un paracaidista a 10.000 metros diciendo ¡®paso de paraca¨ªdas¡¯? ?Qu¨¦ pensar¨ªa, que es un mentiroso o que es un insensato?¡±
La guerra civil del independentismo supone uno de los grandes quebraderos de cabeza para el presidente. Junts no oculta que sus zancadillas al Gobierno obedecen a una respuesta ¡°al 8 de agosto¡±, el d¨ªa que el socialista Salvador Illa fue investido president con los votos de ERC. Ante ese panorama, el l¨ªder socialista se guard¨® para s¨ª el enojo por el desaire sufrido el d¨ªa anterior en sus mismas narices -S¨¢nchez hab¨ªa sido llamado a votar en el ¨²ltimo momento porque se supon¨ªa que la propuesta sal¨ªa por un solo voto-, prefiri¨® no provocar m¨¢s la ira de Junts y permaneci¨® como espectador de la pelea. Se limit¨® a glosar brevemente el pacto sobre financiaci¨®n alcanzado con ERC a cambio de investir a Illa y a presumir de que ha logrado la ¡°normalizaci¨®n¡± de Catalu?a con decisiones que le han resultado ¡°muy dif¨ªciles de explicar¡± en el resto de Espa?a.
Quien s¨ª se atrevi¨® con Junts, aunque t¨ªmidamente, fue el ministro del Interior. Fernando Grande-Marlaska reproch¨® al independentista Josep Maria Cruset el acercamiento a quienes propugnan la ¡°ilegalizaci¨®n de partidos¡±, en alusi¨®n a Vox. El diputado de Junts hab¨ªa obsequiado al Gobierno con toda una declaraci¨®n de intenciones: ¡°Ustedes no pueden querer nuestro apoyo a cambio de nada. Si no cumplen, no tendr¨¢n nuestros siete votos. O cumplen o tendr¨¢n m¨¢s derrotas parlamentarias¡±.
La jornada hab¨ªa comenzado con un Feij¨®o que por momentos record¨® a su antecesor al frente del PP. El l¨ªder de la oposici¨®n quiso subrayar el tiempo transcurrido desde la ¨²ltima intervenci¨®n del presidente en la C¨¢mara y recurri¨® a la misma iron¨ªa que usaba Pablo Casado a menudo: ¡°Bienvenido al Congreso, se?or S¨¢nchez¡±. Su discurso evoc¨® tambi¨¦n aquellos torbellinos de Casado enlazando a toda prisa un tema tras otro en apenas unos segundos. En menos de dos minutos, Feij¨®o ment¨® a Venezuela, el Banco de Espa?a, Franco, la corrupci¨®n o los Presupuestos. El plan de regeneraci¨®n es en realidad, seg¨²n el PP, ¡°un plan de censura¡± de un Gobierno que ha desatado una ¡°ofensiva contra jueces y periodistas¡± y que tiene una ¡°concepci¨®n bananera del poder¡±.
El presidente no puso mucho empe?o en descender al cuerpo a cuerpo. Defini¨® su pol¨ªtica como la ¡°del di¨¢logo y el acuerdo¡± y defendi¨® que ya ha sacado adelante 12 proyectos legislativos en esta legislatura pese a las estrecheces de su base parlamentaria. Exhibi¨® los triunfos del nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisi¨®n Europea y de los buenos datos econ¨®micos. Frente a eso, dibuj¨® una ¡°oposici¨®n avinagrada¡± a la que aleccion¨® para ¡°arrimar el hombro en inter¨¦s de Espa?a¡± porque, insisti¨® una vez m¨¢s, ¡°hay Gobierno para largo¡±.
S¨¢nchez prolongar¨ªa despu¨¦s el duelo con Feij¨®o a trav¨¦s de persona interpuesta: Santiago Abascal. Cuando el presidente se dirige al l¨ªder de Vox, en realidad est¨¢ interpelando al PP. La inmigraci¨®n se ha convertido en el monotema de la extrema derecha, y su m¨¢ximo dirigente descerraj¨® una bater¨ªa de cifras para recriminar al Gobierno que use el ¡°dinero de todos los espa?oles¡± con el fin de ¡°alimentar¡± y ¡°dar alojamiento¡± a los llegados en cayucos. ¡°Le sobra xenofobia y le falta humanidad¡±, lo amonest¨® S¨¢nchez, antes de saltar r¨¢pidamente a por Feij¨®o y su portavoz parlamentario, Miguel Tellado, por sus opiniones sobre la inmigraci¨®n.
Aun sin la intensidad ni el estr¨¦pito de Vox, el PP tambi¨¦n se ha adentrado en ese terreno pantanoso. Lo evidenci¨® la sesi¨®n de control con intervenciones como la de la diputada Sof¨ªa Acedo al acusar a Marlaska de ¡°dar carta de naturaleza a la inmigraci¨®n desatada¡±.
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