B¨¢rbara Rey, Juan Carlos I y una serie de televisi¨®n fallida: el detonante de unas fotos prohibidas
La publicaci¨®n de unas im¨¢genes ¨ªntimas de la ¡®vedette¡¯ y el rey em¨¦rito es la punta del iceberg de una relaci¨®n que alcanz¨® su punto de no retorno cuando ella pidi¨® al entonces monarca que intercediese para conseguir un trabajo
Principios de los a?os 90. B¨¢rbara Rey ya est¨¢ divorciada del domador ?ngel Cristo, cuyo primer arrebato de violencia contra ella, sin tocarla, fue en la noche de bodas porque no le gust¨® la suite, y la primera bofetada, seg¨²n ha contado Rey ahora en un documental, fue poco despu¨¦s de volver de la luna de miel por una bronca al encontrarse en el aeropuerto al torero Paquirri, con el que la artista hab¨ªa tenido una relaci¨®n. B¨¢rbara Rey vive entonces en Boadilla del Monte, en un chalet adosado vecino al de la vedette Jenny Llada, que ve a un coche equivoc¨¢ndose de garaje, se acerca, un hombre baja la ventanilla, la mira y dice con campechan¨ªa: ¡°Anda, esta rubia no es la que yo busco¡±.
B¨¢rbara Rey y Juan Carlos I ten¨ªan, relata tambi¨¦n Rey en el documental sobre su vida (Una vida B¨¢rbara, Atresplayer), una relaci¨®n casi familiar. Ella le preparaba de comer y le daba de beber (¡°la mejor comida, el mejor vino, porque claro...¡±) y pasaban horas en esa casa. ¡°Al acabar de comer me llevaba los platos a la cocina, cont¨¢bamos chistes, nos re¨ªamos, como una pareja normal¡±.
Pero no eran una pareja normal. Se conocieron en 1977 despu¨¦s de que el Rey de Espa?a la viese en televisi¨®n. B¨¢rbara Rey se lo cont¨® hace un a?o a Risto Mejide en el programa Chester: que consigui¨® su n¨²mero, le cogi¨® la secretaria de B¨¢rbara Rey, esta le dijo a Rey que hab¨ªa llamado Juan Carlos I y la vedette no se lo crey¨®. Pero volvi¨® a llamar, hablaron por fin y despu¨¦s de varias llamadas y conversaciones, un ch¨®fer la recogi¨® y la llev¨® a La Zarzuela. Ah¨ª empezaron una relaci¨®n que se prolong¨® hasta que ella se cas¨® con ?ngel Cristo en 1980. Durante el matrimonio no perdieron contacto (pero ya solo telef¨®nico), y despu¨¦s de divorciarse, retomaron sus encuentros sentimentales. Que consist¨ªan en citas, a veces, en la casa de la calle Sextante, 6, de Aravaca (Madrid), que el Cesid (hoy CNI, centro nacional de inteligencia) ten¨ªa como ¡°centro operativo¡±, y la mayor¨ªa en la casa de ella en Boadilla.
Es entonces, en esa vida casi familiar de pareja que llevaban los dos los d¨ªas que ¨¦l se escapaba all¨ª, cuando empiezan los problemas de B¨¢rbara Rey. Despu¨¦s de siete a?os de profesi¨®n en lo m¨¢s alto (decenas de pel¨ªculas, presentadora de televisi¨®n, musa del destape, galas¡), Rey dej¨® todo, enamorada, para trabajar en el circo de su marido. Y, al acabar esa etapa, se encontr¨® con que ya no era la chica de moda. Y peleaba por volver. ¡°Para dar de comer a mis hijos¡±, explicaba. Las visitas de Juan Carlos I, adem¨¢s, eran caras. Un d¨ªa, cuenta B¨¢rbara Rey en su documental, le hizo una fideu¨¢. ¡°Se fum¨® su purito fino, bebi¨® su poquito de whisky, comemos de maravilla, y me dice: ¡®No sabes lo que agradezco, en la situaci¨®n en que te encuentras, que me prepares todo esto¡¯. ?l no ten¨ªa ning¨²n detalle¡±. Una vez s¨ª: le regal¨® una monedita de oro que ella, con el tiempo y apurada, quiso empe?ar con parte de sus joyas. La moneda no se la cogieron porque no ten¨ªa el m¨ªnimo de quilates para ser empe?ada.
En agosto de 1992, una portada de la revista ?poca sobresalta a Espa?a: ¡®La dama del rumor¡¯, con una foto de Marta Gay¨¢. ¡°Atribuyen al Rey una relaci¨®n sentimental con Marta Gay¨¢¡±. Chelo Garc¨ªa Cort¨¦s, amiga inseparable de B¨¢rbara Rey desde los 70, recuerda en el documental que la relaci¨®n era extraoficial y conocida: todos hac¨ªan pleites¨ªa a Gay¨¢ en Mallorca. Cuando lleg¨® Corinna, ¡°era una princesa¡±. ?Y B¨¢rbara?, ¡°?B¨¢rbara, una mujer f¨¢cil?¡±.
Dos hechos, causa y consecuencia, enturbian para siempre la relaci¨®n entre B¨¢rbara Rey y Juan Carlos de Borb¨®n. La actriz, sin trabajo, hace un casting para una serie que baraja hacer Antena 3. Y le pide al rey de Espa?a que, en una comida que este iba a tener con Antonio Asensio, propietario de la cadena, presione para que la serie se ruede, seg¨²n cuentan a EL PA?S fuentes conocedoras de aquel episodio. Juan Carlos de Borb¨®n le comunica a su amante que, finalmente, el consejo de la cadena ha desestimado la serie. Y ella (mal asesorada, sostiene su entorno) dice que tiene que ganarse la vida con algo, as¨ª que podr¨ªa publicar un libro con sus memorias.
Para entonces, la vedette ya estaba grabando y fotografiando sus encuentros en casa con el rey. Las fotos publicadas este mi¨¦rcoles en la revista holandesa Priv¨¦, en las que se les ve bes¨¢ndose, se producen en 1994. Las encarg¨® Rey a finales de junio a su hijo ?ngel Cristo, de entonces 11 a?os, seg¨²n ha asegurado ¨¦l, que declar¨® a la revista: ¡°Ten¨ªa que seguirles desde el porche, hasta la barbacoa, en la piscina. Estaban en actitud rom¨¢ntica. Hago todas las fotos que puedo. Un carrete tras otro. Mi miedo es que el rey pudiera darse cuenta de que estaba haciendo fotos porque miraba mucho a c¨¢mara. Cuando acab¨¦, me fui a casa de mi vecina Jenny Llada y me puse a ver Los caballeros del zodiaco, mis dibujos animados favoritos¡±. La relaci¨®n de la madre y del hijo, necesitado de dinero, est¨¢ rota desde hace tiempo y se han aireado sus broncas en los programas del coraz¨®n. Ella niega que le hiciera el encargo de las fotos.
El lunes 4 de julio de 1994, Emilio Manglano, jefe del Cesid, recibe una llamada de Juan Carlos I: ¡°Emilio, tengo que contarte algo. Hace unos d¨ªas qued¨¦ con la pariente [as¨ª se refer¨ªa a B¨¢rbara Rey] y me fui a almorzar con ella. Tuve un gesto con ella, le toqu¨¦ un pecho¡±, le dice el entonces monarca a Manglano, seg¨²n los diarios personales del responsable del espionaje espa?ol a los que tuvieron acceso los periodistas de Abc Javier Chicote y Juan Fern¨¢ndez-Miranda, autores de El jefe de los esp¨ªas. Y le comunica a Manglano que d¨ªas despu¨¦s de esa cita llegaron unas diapositivas con las im¨¢genes de ellos dos y la petici¨®n de 100.000 d¨®lares. Empieza el chantaje. Chicote cuenta que la Casa Real comunica a B¨¢rbara Rey que el rey ¡°no tiene dinero¡±, aunque Manglano apunta que Sabino Fern¨¢ndez Campo, jefe de la Casa, le cuenta que hab¨ªa 5.000 millones de pesetas en Suiza, pero que no se pod¨ªan tocar.
Con el periodista Gonzo, en Salvados en 2021, el director del CNI entre 2004 y 2009 Alberto Saiz dijo: ¡°S¨ª hab¨ªa alg¨²n chantaje sobre la mesa. No de dinero p¨²blico pero de acciones en favor a la susodicha¡±. Por el silencio de B¨¢rbara Rey, ella ¡°ten¨ªa acceso a contratos de trabajo, publicidad... a cambio de no decir que hab¨ªa tenido una relaci¨®n ¨ªntima¡±. ¡°Que contraten a B. Rey en TVE¡±, le escribe Manglano al jefe de gabinete de Felipe Gonz¨¢lez, y a los pocos meses B¨¢rbara Rey presentaba con Ram¨®n Garc¨ªa Noche de fiesta. Tambi¨¦n aterriz¨® en los 2000 en Canal Nou por un sueldo muy superior al de la media de la televisi¨®n. En su libro, Chicote y Fern¨¢ndez-Miranda sostienen que B¨¢rbara Rey recibi¨® 100 millones de pesetas de entrada y 50 al a?o, en porciones mensuales, durante 10 a?os, pagadas por la agencia de inteligencia. Saiz dijo que a su llegada acab¨® con eso y que el CNI no pagaba nada, que eran ¡°donantes externos¡±. Todo para evitar la difusi¨®n de las im¨¢genes que han empezado a salir esta semana.
La ¨ªntima amiga de B¨¢rbara Rey Hortensia Bl¨¢zquez fue se?alada por Chelo Garc¨ªa-Cort¨¦s como la mujer que envenen¨® a Rey para que empezase a extorsionar a Juan Carlos de Borb¨®n. Bl¨¢zquez sali¨® a la luz en 2021 en el programa Deluxe: ¡°B¨¢rbara me pidi¨® 500.000 pesetas para comprar material en La Tienda del Esp¨ªa. Puso c¨¢maras en el dormitorio para grabarlo todo. Tambi¨¦n hay casi 30 fotograf¨ªas de ambos en situaci¨®n cari?osa¡±. B¨¢rbara Rey niega que pusiera c¨¢maras. S¨ª que grab¨® conversaciones telef¨®nicas. Hay m¨¢s conversaciones en las que se escucha al Rey hablando de otra gente y de contenido muy delicado, se apunta en el documental. Lo curioso es que tambi¨¦n en la casa del CNI en Aravaca hab¨ªa c¨¢maras. En realidad, se estaban grabando todos. ¡°Deben de tener lo que no hay escrito¡±, dice la vedette. Ella domaba elefantes; el Rey los cazaba. Pero ni ella est¨¢ en condiciones de domarlos ya, ni el Rey de cazarlos. Por eso se desconoce si saldr¨¢ nuevo material ¨ªntimo de ambos.
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