Miranda Cort¨¦s: ¡°La batalla m¨¢s dif¨ªcil para una persona ya la ha hecho antes de llegar al cuartel¡±
Llega a la Guardia Civil con veintinueve a?os, siete meses de embarazo, cuatro hijas y despu¨¦s de trabajar como camarera, en un supermercado y en una aseguradora
Miranda Cort¨¦s (Murcia, 29 a?os) posa algo t¨ªmida en la que desde el martes es su nueva casa, la Direcci¨®n General de la Guardia Civil, situada en la madrile?a calle de Guzm¨¢n el Bueno. En cuanto acaban las fotos, pasa un grupo de compa?eros por su lado y la saludan. Ella se yergue, alza la mano y responde: ¡°?A la orden!¡±. Embarazada de siete meses de la que ser¨¢ su quinta hija acaba de ingresar en el cuerpo que ella considera ¡°familia, una forma de vivir¡±. Graduada en Educaci¨®n Infantil, despu¨¦s de trabajar como camarera, en un supermercado y en una aseguradora, su vida parec¨ªa tener como objetivo las aulas, pero ahora, si no cambia de idea en un futuro, estar¨¢ cerca de las mujeres y los menores que sufren violencia. El covid, aunque parezca raro, tiene que ver mucho con que hoy est¨¦ aqu¨ª.
Pregunta. Con 29 a?os, en enero nacer¨¢ su quinta hija.
Respuesta. Ya s¨¦ que no es lo habitual. Me qued¨¦ embarazada por primera vez con 20 a?os, pero era una responsabilidad que ten¨ªa claro que iba a asumir, no lo entend¨ª como un problema. Empec¨¦ la carrera de Educaci¨®n Infantil, di a luz un jueves y el lunes siguiente estaba haciendo un examen. Me llevaba a la ni?a a la universidad y alguna profesora incluso se ofreci¨® a quedarse con la ni?a mientras yo hac¨ªa pr¨¢cticas. En el segundo a?o de carrera tuve a mi segunda hija y lo mismo.
P. Ten¨ªa las pr¨¢cticas en casa.
R. Pues s¨ª, adem¨¢s estudiaba tanta psicolog¨ªa que me resultaba muy interesante, me ayud¨® a comprender muchas cosas de la maternidad. Cuando acab¨¦ la carrera me puse a trabajar en el comedor de un colegio y lo alternaba con otro empleo en una aseguradora del hogar, pero lleg¨® el covid, y gracias a las ayudas que se dieron para los que trabaj¨¢bamos salimos adelante, nos planteamos que hab¨ªa llegado la hora de hacer cambios. El confinamiento fue la oportunidad perfecta para decirnos: ?y si dejamos de so?arlo y vamos a por ello? Y decidimos ser guardias civiles.
P. Para los que no nos hemos presentado, ?qu¨¦ se estudia para ser guardia civil?
R. Un poco de todo, la verdad. Pero, si te soy sincera, lo primero que pens¨¦ cuando me llegaron las cajas con todo el temario fue: ¡°?C¨®mo me voy a meter todo eso en la cabeza?¡±. Me sorprendi¨® tener que estudiar eficiencia energ¨¦tica, f¨ªsica y qu¨ªmica¡ que para m¨ª es un poco m¨¢s ¨¢spero de estudiar que las leyes, que soy de letras (sonr¨ªe). Pero ¨¦ramos cinco en casa, as¨ª que decidimos que fuera mi marido el que empezara a estudiar al cien por cien, ya que su vocaci¨®n empez¨® antes que la m¨ªa. Cuando llegaba la hora de la cena repasaba conmigo lo que hab¨ªa estudiado y as¨ª empec¨¦ a aprenderme el temario. La sac¨® a la primera, claro, estudiaba 16 horas al d¨ªa. Yo opt¨¦ por ocuparme de mis hijas, no quer¨ªa que otra persona lo hiciera. Y cuando ¨¦l aprob¨®, me toc¨® a m¨ª. Somos un equipo.
P. ?Ten¨ªan vocaci¨®n?
R. Mi marido s¨ª, lo ten¨ªa clar¨ªsimo desde siempre. Pero yo hab¨ªa tenido la relaci¨®n justa no solo con la Guardia Civil, sino con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, porque he tenido una vida muy tranquila, por suerte. Hasta que un primo de mi marido ingres¨® en el cuerpo, nos invit¨® varias veces a su cuartel e incluso vivimos un Pilar (festividad del 12 de octubre), y eso me hizo establecer un v¨ªnculo con ellos. Nos contaban lo que hac¨ªan, sus batallitas, y eso hizo que me naciera la chispilla.
P. Def¨ªname chispilla.
R. Me conmovi¨® el trabajo humanitario que realizan. La posibilidad de ayudar a alguien que viene huyendo del problema m¨¢s importante de su vida, que puedas ser t¨² el que lo gestiona, lo soluciona, o al menos lo intenta. De hecho, en la entrevista personal que me hicieron para entrar aqu¨ª yo repet¨ªa una y otra vez que para m¨ª es una satisfacci¨®n enorme poder arreglar tan solo una cosa de alguien. Ayudar solo puede llenarte.
P. Reci¨¦n llegada al cuerpo, ?qu¨¦ le espera estas pr¨®ximas semanas hasta que nazca la quinta ni?a?
R. Estar¨¦ haciendo trabajo administrativo, dar¨¦ las acreditaciones a la entrada como te las han dado a ti, pero sin uniforme, porque el cintur¨®n me comprime la barriga y no es recomendable, as¨ª que en riesgos laborales me han pedido que vaya de paisano. A la vuelta de la baja, ya veremos. Pero creo que el equipo EMUME (Mujer y Menores) contra la violencia de g¨¦nero y la ejercida contra menores podr¨ªa ser mi sitio. Me parece important¨ªsimo el trato que se dispensa para no revictimizar a esa persona que ya llega destrozada a verte. Es fundamental hacerlo bien en esos casos, si no se hace bien puede tener consecuencias abismales. Siempre tienes que pensar que la batalla m¨¢s dif¨ªcil ya la ha hecho antes de llegar al cuartel, porque el paso m¨¢s duro es verbalizarlo. Romper esa barrera, pedir ayuda, llamar a la puerta. Ah¨ª solo te queda dar comprensi¨®n, no convertirte en juez.
P. Esta ¨²ltima ha sido la promoci¨®n con m¨¢s mujeres de la historia.
R. Ha sido fabuloso. En mi clase ¨¦ramos 30 mujeres y 9 hombres, as¨ª que no me he sentido un ente extra?o. Es algo que, afortunadamente, no me llama la atenci¨®n.
P. ?Ha pensado o piensa mucho en el riesgo?
R. Sinceramente no. No se cuestiona, se asume con el uniforme, va impl¨ªcito. Pero s¨ª nos dejan claro que el uniforme no es la capa de Superman, no puedes ir a pecho descubierto, hay que hacer las cosas siempre con compa?eros.
P. ?Sus hijas qu¨¦ le dicen cuando la ven con el uniforme?
R. ?Qu¨¦ guapa! Sobre todo, con el tricornio.
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