Alerta Ayuso: usted no lo quiere ver, pero vive en un ¡°Estado policial¡±
La presidenta madrile?a revela que S¨¢nchez ha implantado la ¡°represi¨®n pol¨ªtica¡±, y la ¡°vigilancia¡± y el ¡°castigo de disidentes¡±
¡°En un Estado policial los derechos y libertades civiles est¨¢n restringidos, y las autoridades tienen capacidad de vigilar, reprimir y castigar a la poblaci¨®n con poca o ninguna supervisi¨®n judicial. La polic¨ªa act¨²a con amplios poderes (¡) y a menudo lo hace fuera de los l¨ªmites del Estado de derecho. Y se utilizan pr¨¢cticas como la vigilancia masiva, la censura y la represi¨®n de la disidencia para mantener el control social¡±. ?La Alemania de la Stasi? ?El Chile de Pinochet? ?Una nueva recreaci¨®n literaria de la pesadilla dist¨®pica de George Orwell? No, la Espa?a de Pedro S¨¢nchez. Palabra de Isabel D¨ªaz Ayuso.
Con este terror¨ªfico diagn¨®stico sobre la Espa?a de hoy, la presidenta madrile?a no tuvo m¨¢s remedio que ensombrecer el ¨¢nimo de los asistentes, la noche del pasado mi¨¦rcoles, a un acto organizado por el diario El Confidencial. El ciudadano anda a sus cosas, a sus trabajos, a salir a cenar con los amigos, a celebrar los goles de su equipo, y no se quiere enterar. Pero ah¨ª est¨¢ Ayuso, como el canario que advierte la fuga de gas en la mina: ¡°Esto est¨¢ ocurriendo en Espa?a a 23 de octubre de 2024. Yo entiendo que haya quien no pueda o no quiera verlo, pero muchos ya hemos avisado¡±.
Para que el mensaje no se quedase entre aquellas cuatro paredes, la presidenta lo difundi¨® en su cuenta de X con la advertencia bien clarita en el texto: ¡°Espa?a ya es un Estado policial¡±. Casi al tiempo que ella, su jefe (de gabinete), Miguel ?ngel Rodr¨ªguez (MAR), iba abriendo camino en la misma red social: ¡°Espa?a, Estado policial¡±. ¡°Amenazas a la prensa¡±, agregaba MAR. Pocas personas tan cualificadas para hablar de eso como ¨¦l, que semanas atr¨¢s advirti¨® a una periodista de eldiario.es tras destapar ese medio el fraude fiscal del novio de Ayuso: ¡°Os vamos a cerrar, os vamos a triturar¡±. El caso de la pareja de la presidenta es una prueba, dice MAR, de c¨®mo ¡°se violan los derechos civiles de un espa?ol¡±. Por el simple hecho de defraudar 350.000 euros a Hacienda y querer ocultarlo con facturas falsas.
Todo resulta tan estremecedor que vale la pena repasar con detalle las ominosas palabras de Ayuso:
¡°Las caracter¨ªsticas comunes del Estado policial incluyen vigilancia extrema, usar tecnolog¨ªas para vigilar y monitorear las actividades de los ciudadanos, represi¨®n pol¨ªtica, persecuci¨®n y castigo de disidentes con el Gobierno, ausencia de derechos civiles, restricciones significativas a la libertad de expresi¨®n, reuni¨®n y prensa (¡)¡±. As¨ª lo atestiguan los cientos de militantes opositores que llenan las c¨¢rceles espa?olas. O las penurias que padecieron las 25.000 personas que el pasado domingo se concentraron en Madrid para ejercer su derecho al insulto al presidente del Gobierno y exigir su dimisi¨®n. O la clandestinidad en que se celebr¨® ese mismo acto de El Confidencial, diario que a duras penas consigue desde hace meses publicar informaciones contra la esposa de Pedro S¨¢nchez. Por no hablar de c¨®mo el aparato represivo del Estado silencia las valientes denuncias diarias de la presidenta.
¡°El ministro del Interior nombrar¨¢ a dedo a los polic¨ªas que investiguen casos judicializados, esto es, que no se investigar¨¢ la corrupci¨®n que afecta a su Gobierno, a S¨¢nchez mismo, a Bego?a, corrupci¨®n que est¨¢n destapando medios de comunicaci¨®n libres e independientes¡±. Ah¨ª tienen a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO), que bajo las ¨®rdenes del siniestro Marlaska ha elaborado informes que han llevado al Tribunal Supremo, acusado de corrupci¨®n, al exministro y exjerifalte socialista Jos¨¦ Luis ?balos. Informes cuyo contenido nutre a diario las acusaciones de la oposici¨®n de que nos encontramos ante el ¡°Gobierno m¨¢s corrupto de la democracia¡±. La presidenta seguramente a?ore los tiempos en que el Ministerio del Interior estaba dirigido por su compa?ero Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, procesado con una petici¨®n fiscal de ocho a?os de c¨¢rcel, al igual que su n¨²mero dos, Francisco Mart¨ªnez, y seis comisarios a sus ¨®rdenes, por fabricar pruebas falsas contra adversarios pol¨ªticos y destruir las que comprometen a su propio partido. Todas esas pr¨¢cticas propias de un r¨¦gimen bolivariano que, nos dice Ayuso, ¡°han llegado a Europa de la mano de nuestro presidente¡± S¨¢nchez.
¡°La judicatura, la Polic¨ªa, las grandes instituciones p¨²blicas est¨¢n tomadas hoy por activistas pol¨ªticos¡±. ¡°El sistema judicial no act¨²a de manera independiente, o se intenta controlar para apoyar las acciones del Gobierno¡±. No hay mejor prueba de ese apoyo judicial al Ejecutivo que las decisiones del Tribunal Supremo que en tantos apuros han puesto a S¨¢nchez y tanta controversia jur¨ªdica han desatado. Actuaciones del alto tribunal como reinterpretar la ley de amnist¨ªa en contra del criterio del Parlamento o investigar al fiscal general del Estado como principal y casi ¨²nico sospechoso de filtrar un documento al que ten¨ªan acceso dos decenas de personas y que precisamente desment¨ªa las mentirijillas de MAR sobre el novio de la presidenta. Y qu¨¦ mayor activista a favor del Gobierno que el juez Juan Carlos Peinado, que lleva meses investigando a la esposa del presidente. Y qu¨¦ decir de sus colegas del Tribunal Superior de Madrid que le han respaldado y rechazado las querellas contra ¨¦l entre cr¨ªticas a S¨¢nchez.
¡°Tambi¨¦n un ciudadano particular ve troceada y convenientemente publicada su declaraci¨®n de Hacienda, con escarnio -algo que es completamente ilegal- por ser el novio de una adversaria pol¨ªtica. Esto es un Estado policial¡±. Sobre este asunto, habr¨¢ que suponer que tambi¨¦n ten¨ªan alguna relaci¨®n con la perseguida Ayuso las decenas de personas que fueron investigadas por la justicia y cuyas declaraciones de la renta se incluyeron en sumarios hechos p¨²blicos y divulgados por los medios. Entre los m¨¢s recientes, por ejemplo, Alberto Luce?o y Luis Medina, que estafaron al Ayuntamiento de Madrid con la venta de mascarillas; o Miguel ?ngel Ram¨ªrez, presidente de la Uni¨®n Deportiva Las Palmas, juzgado y luego absuelto de fraude fiscal; o V¨ªctor de Aldama, presunto conseguidor de la trama Koldo. O el mism¨ªsimo Koldo Garc¨ªa.
¡°TVE, la p¨²blica, desde hoy totalmente amordazada, desde el control pol¨ªtico¡±. En este punto, no hay mejor contraste que el propio Gobierno madrile?o. Nada m¨¢s alcanzar la mayor¨ªa absoluta, cambi¨® la ley para evitar que el director general de Telemadrid se tuviese que consensuar con la oposici¨®n.
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