La guerra de Gaza, el arma arrojadiza con la que derecha e izquierda libran su batalla interna en Espa?a
El conflicto polariza a las fuerzas pol¨ªticas: mientras Podemos exige la ruptura diplom¨¢tica con Israel, Vox evita condenar los ataques de Netanyahu a los ¡®cascos azules¡¯ espa?oles en L¨ªbano
Con una kufiya (pa?uelo palestino) en los hombros, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, anunciaba hace una semana, en la clausura de la Uni de Oto?o de su formaci¨®n, que someter¨ªa a consulta de sus bases poner dos condiciones para apoyar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado: la bajada dr¨¢stica de los alquileres y la ruptura con Israel. ¡°Hay millones de personas decentes que no pueden entender que el Gobierno nos est¨¦ convirtiendo en c¨®mplices de un genocidio y que en un a?o hayamos sido incapaces de frenar la compraventa y tr¨¢nsito de armas¡±, aleg¨®.
La pregunta que los inscritos en la formaci¨®n de Belarra pueden contestar hasta las 23.59 horas de este domingo dice lo siguiente: ¡°?Est¨¢s de acuerdo en que Podemos pacte con el Gobierno actuar contra el Estado genocida de Israel y frenar a la crisis de la vivienda para dar su voto a favor de los Presupuestos Generales?¡± Y concreta estas exigencias en la rebaja por ley de los alquileres en un 40%, la prohibici¨®n de comprar viviendas que no sean para residir en ellas y el desmantelamiento de ¡°los comandos escuadristas como [la empresa] Desokupa¡±, de un lado. Del otro, la ruptura inmediata de ¡°relaciones comerciales y diplom¨¢ticas con el Estado genocida de Israel, incluido un embargo total de armas¡±.
El Gobierno no tiene dudas de que la direcci¨®n de Podemos ganar¨¢ la consulta y tampoco de que, si el voto de los cuatro diputados de la formaci¨®n a los Presupuestos depende de cumplir esas exigencias, no habr¨¢ Presupuestos. Fuentes gubernamentales tachan de inconstitucional bajar por ley el precio de los alquileres ¡ªen el caso de que una norma as¨ª tuviera mayor¨ªa en el Congreso¡ª y el ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Albares, ya ha dejado claro que Espa?a no romper¨¢ relaciones diplom¨¢ticas con Israel.
En declaraciones al Canal 24 horas de TVE, Albares abogaba el jueves por ¡°tender puentes, no dinamitarlos¡±. Tras recordar que Podemos no ha pedido la ruptura de relaciones con Rusia, a?adi¨®: ¡°A m¨ª me parece correcto, porque el d¨ªa que deje de agredir injusta e ilegalmente a Ucrania, Rusia seguir¨¢ teniendo frontera con Europa y tendremos que encontrar la forma de convivir¡±. Fuentes diplom¨¢ticas subrayan que romper relaciones con Israel supondr¨ªa perder la interlocuci¨®n con la poblaci¨®n palestina de los territorios ocupados y recuerdan que, aunque el Gobierno quisiera, no se pueden romper relaciones comerciales, como exige Podemos, porque es competencia exclusiva de la Comisi¨®n Europea.
Belarra no es la ¨²nica que se ha envuelto en la kufiya. El pasado martes era el titular de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, quien, en nombre de los cinco ministros de Sumar, remit¨ªa una carta a su colega de Defensa, Margarita Robles, pidi¨¦ndole la ¡°cancelaci¨®n inmediata¡± de las compras de armas a Israel y no solo las ventas. Robles le respond¨ªa con otra misiva en la que aseguraba que ¡°no se ha vendido ni adquirido armamento al Estado de Israel desde el 7 de octubre¡± del a?o pasado, cuando se produjo el ataque de Ham¨¢s que desencaden¨® la actual escalada b¨¦lica. ¡°Las licencias de exportaci¨®n temporal pendientes con Israel no corresponden a armas, sino a repuestos, y en este momento est¨¢n paralizadas¡±, a?ad¨ªa.
El Gobierno sostiene que hay un embargo de facto de armamento para Israel, pero las fuerzas a la izquierda del PSOE lo dudan. Y no solo Podemos. El mismo martes, Izquierda Unida, socio de Sumar, denunciaba la escala en Barcelona del carguero Zim Virginia, con bandera de Israel, ante la sospecha de que transportaba explosivos. El Gobierno, que ya deneg¨® en mayo la escala en Cartagena (Murcia) de otro buque con bandera danesa cargado de explosivos con destino Haifa (Israel), insiste en que no se permite el tr¨¢nsito de armas para Israel por aguas espa?olas.
Las dudas no se disipan porque, aunque Albares sostiene que no se han autorizado exportaciones de material militar desde el 7 de octubre del a?o pasado, admite impl¨ªcitamente que se han seguido enviando las autorizadas con anterioridad. Y no es posible saber el volumen de estos env¨ªos ni hasta cu¨¢ndo se prolongaron porque el Gobierno a¨²n no ha remitido al Congreso la estad¨ªstica sobre exportaciones de armas de 2023, que se suelen hacer p¨²blicas en mayo de cada a?o.
El manifiesto suscrito esta semana por decenas de personalidades del mundo de la cultura, del cineasta Pedro Almod¨®var a la cantante Rozal¨¦n, en el que denuncian ¡°el genocidio del pueblo palestino¡±, muestra hasta qu¨¦ punto es un tema sensible para la base social de la izquierda, en el que ninguno de los partidos que aspiran a representarla quiere quedarse atr¨¢s.
El PSOE y Sumar, los dos socios del Ejecutivo de coalici¨®n, protagonizaron en primavera una pugna por capitalizar el reconocimiento del Estado palestino, que figuraba en su pacto de Gobierno. La vicepresidenta Yolanda D¨ªaz pidi¨® el 5 de mayo al presidente del Gobierno que el siguiente Consejo de Ministros reconociera a Palestina. S¨¢nchez lo hizo, pero tres semanas despu¨¦s, dejando claro que era ¨¦l quien dirig¨ªa la pol¨ªtica exterior y decid¨ªa su rumbo y su ritmo. Tampoco ha podido realizar a¨²n D¨ªaz la visita a Palestina que anunci¨® en febrero pasado, provocando el malestar de Exteriores.
Si en la izquierda hay codazos por ver qui¨¦n se pone la kufiya, en la derecha se rivaliza por ponerse la kip¨¢ (el casquete con el que los jud¨ªos se cubren la coronilla), aunque en su caso solo simb¨®licamente. Aunque el PP apoy¨® en 2014 en el Congreso el reconocimiento del Estado palestino, cuando la decisi¨®n se tom¨® finalmente su portavoz parlamentario, Miguel Tellado, la tach¨® de ¡°terriblemente irresponsable¡±, acus¨® al Gobierno de crear un conflicto diplom¨¢tico con Israel ¡°para tapar sus miserias¡± y de ¡°da?ar de forma irreparable la posici¨®n exterior de Espa?a¡±. El propio l¨ªder del partido, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que ha condenado ¡°sin matices ni titubeos¡± los ataques de Ir¨¢n contra Israel, ha sido mucho m¨¢s tibio ante las matanzas israel¨ªes en Gaza y se vio obligado a aclarar que sigue apoyando la f¨®rmula de los dos Estados para resolver el conflicto, despu¨¦s de que el expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar calificase de ¡°absurdo¡± reconocer a un Estado palestino que ¡°no existe¡±.
El PP no ha podido competir, sin embargo, con el apoyo incondicional de Vox a Israel. En diciembre pasado, cuando los muertos en la Franja superaban ya los 10.000, Santiago Abascal visit¨® un kibutz atacado por Ham¨¢s y exigi¨® a S¨¢nchez que pidiera ¡°disculpas al pueblo israel¨ª por cuestionar la leg¨ªtima respuesta¡± de Israel. El mismo d¨ªa que Espa?a reconoc¨ªa al Estado palestino, se reun¨ªa en Jerusal¨¦n con el primer ministro Benjamin Netanyahu, a quien prometi¨® revertir la decisi¨®n si llegaba a gobernar. Vox se ha opuesto al embargo de armas a Israel y ha pedido que se corten los fondos a la Unrwa, la agencia de la ONU que atiende a los refugiados palestinos. Incluso ha reclamado la retirada de la Unifil, la fuerza de Naciones Unidas para L¨ªbano, tal como exige Netanyahu.
Tras calificar de ¡°absurda¡± la presencia de los cascos azules en L¨ªbano en las actuales circunstancias, el diputado de Vox y general retirado Alberto Asarta asegur¨® el martes en el Congreso que los 670 soldados espa?oles desplegados en la frontera con Israel deben volver porque ¡°donde mejor est¨¢n es en su casa¡±. Asarta, que mand¨® la misi¨®n en L¨ªbano de 2010 a 2012, evit¨® condenar los repetidos y deliberados ataques de Israel contra los cascos azules que ha denunciado la ONU y se limit¨® a se?alar que est¨¢n corriendo ¡°riesgos innecesarios¡± por ¡°las continuas provocaciones del grupo terrorista Hezbol¨¢ y la respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel¡±. Si hay militares espa?oles heridos o muertos, sentenci¨®, ¡°el ¨²nico responsable ser¨¢ el presidente S¨¢nchez y su Gobierno¡±.
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