De rescatar refugiados a achicar dos millones de litros al d¨ªa en la zona cero
La ONG Open Arms colabora desde hace una semana con los bomberos de Valencia en el drenaje y b¨²squeda de desaparecidos en garajes
¡°El mi¨¦rcoles nos despertamos con la cat¨¢strofe y el jueves ya baj¨¢bamos hacia Valencia. Conseguimos seis bombas para achicar agua de un Leroy Merl¨ªn en la carretera. De eso hace una semana y aqu¨ª seguimos¡±, explica David Llad¨®, de 40 a?os, desde un todoterreno en medio de la destrucci¨®n de la Dana. Llad¨® no es bombero, pero en esta ma?ana de lunes recib¨ªa ¨®rdenes desde el parque del cuerpo de Bomberos de Valencia, donde la ONG de rescate de refugiados en el Mediterr¨¢neo Open Arms se organiza cada d¨ªa a las siete de la ma?ana con un convoy del equipo de rescatistas. A su salida toda todav¨ªa oscurece, igual que su a su llegada, cuando regresan a la ciudad con barro hasta los codos. Acuden a un terreno donde, en palabras de la vecina de Paiporta Mar¨ªa ?ngeles Valera Garc¨ªa, ¡°cada d¨ªa es el d¨ªa de la marmota de la destrucci¨®n¡±.
La ONG empez¨® hace una semana con seis bombas de agua, dos voluntarios y un coche. Desde esta semana, llevan ocho aparatos y el equipo humano se ha doblado. El grupo de rescatistas sale cada d¨ªa a primera hora disparado detr¨¢s de un convoy de bomberos con las sirenas puestas para agilizar su paso. Uno de sus dos veh¨ªculos va a rebosar de mangueras, tubos y cintas. Y tambi¨¦n lo m¨¢s imprescindible: las preciadas bombas de agua, un codiciado material que, como ocurri¨® con las mascarillas al inicio de la pandemia, se ha convertido en un elemento de primera necesidad en una Valencia inundada, donde los p¨¢rquines se convirtieron en trampas mortales y el agua y el lodo con olor a basura acumulada lo impregna todo. Hay tal cantidad de agua almacenada sobre los campos, sobre los pueblos, en los garajes, sobre todas las esquinas, que parece como si el mismo mediterr¨¢neo se hubiera desplomado sobre la provincia.
Cada ma?ana, los bomberos le indican al equipo de Opem Arms qu¨¦ aparcamientos son los prioritarios de la jornada para vaciar. En los primeros d¨ªas de la cat¨¢strofe, sobre todo eran las grandes instalaciones donde pod¨ªa haber v¨ªctimas. ¡°Nosotros vaciamos hasta que el Grupo Especial de Actividades Subacu¨¢ticas (GEAS) puede acceder a la zona. O hasta que llegamos al lodo, a partir de ah¨ª nuestra maquinaria ya no puede sacar m¨¢s. Haciendo c¨¢lculo a ojo, sacamos unos dos millones de litros al d¨ªa¡±, explica Llad¨® desde el todoterreno de camino a Paiporta, uno de los pueblos m¨¢s arrasados por la dana.
Un vecino embarrado salta de una esquina: ¡°?Ten¨¦is bomba?¡±, clama visiblemente desesperado y exhausto. En la misma calle, otras fincas ya est¨¢n vaciando los suyos tras una semana de espera. Algunos lo consiguen gracias a los bomberos, otros a la UME y a bombas de particulares. Los hay que incluso han tenido que tirar de empresas privadas y pagar. Entre algunos vecinos, cunde ya la preocupaci¨®n de que toda el agua embalsada que se acumula desde hace una semana bajo sus pies pueda acabar afectando a los cimientos del edificio. ¡°En nuestra finca, las paredes de los trasteros se han venido abajo¡±, dice uno desesperado.
El equipo de Open Arms intenta acercar uno de los coches cargado del equipo haciendo malabares entre lodo y los restos de coches. Lo consigue, cargan la gasolina para hacer trabajar las bombas y empiezan a drenar. A partir de ah¨ª, dos horas, hasta que el proceso debe terminar porque un desag¨¹e est¨¢ inundando el garaje por otra parte. Sonar¨¢ el m¨®vil de nuevo: hay otro garaje inundado en Paiporta. De camino, rodeados de destrucci¨®n, se parar¨¢n a echar una mano cargando medicamentos a una parroquia convertida en una suerte de almac¨¦n militar, repleto de medicamentos y alimentos. ¡°Gracias, gracias, gracias¡± fueron, pese a la destrucci¨®n, unas palabras muy escuchada este martes en Paiporta.
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