Lobato pasa a la reserva en espera del socialismo cl¨¢sico

Juan Lobato, exl¨ªder del PSM y, de manera simb¨®lica, militante del Partido Dem¨®crata norteamericano, ha tenido cuatro referentes fundamentales en su acelerada vida pol¨ªtica: Felipe Gonz¨¢lez, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, Barak Obama y Javier Solana. Ahora, en su entorno m¨¢s directo, reconocen que con esas premisas y esa ambici¨®n lo que le sucede a Juan Lobato es que ¡°ha nacido fuera de su tiempo, porque ¨¦l lo que a?ora en estos momentos es el socialismo cl¨¢sico¡±. El ¨²ltimo exsecretario general del conflictivo Partido Socialista Madrile?o acudir¨¢ este viernes a declarar como testigo ante el Tribunal Supremo armado con la declaraci¨®n ante notario que hizo hace casi un mes en la que dejaba constancia de un di¨¢logo con una compa?era de partido y alto cargo en La Moncloa. Esa declaraci¨®n evidenciaba una estrategia de oposici¨®n contra la madrile?a Isabel D¨ªaz Ayuso a cuenta del fraude fiscal confeso de la pareja de la presidenta auton¨®mica. Su confesi¨®n ante notario sobre el correo electr¨®nico que probaba las mentiras de Ayuso y que le enviaron a su m¨®vil desde Moncloa antes de que estuviera publicado en los medios de comunicaci¨®n ha agigantado una crisis dentro del PSOE. Lobato ya no ir¨¢ este fin de semana al Congreso Federal de su partido, aunque no dejar¨¢ su acta de diputado auton¨®mico ni la de senador. Lobato ha requerido una investigaci¨®n a la Notar¨ªa y al Colegio de Notarios sobre la filtraci¨®n a Abc de su declaraci¨®n. Y redise?a su futuro a la espera de que se abra un debate en el PSOE tras la era de dominio absoluto de Pedro S¨¢nchez.

El 14 de marzo pasado, poco despu¨¦s de las diez de la ma?ana, Lobato se levant¨® de su esca?o en la Asamblea de Madrid e interrog¨® a la presidenta madrile?a, la popular Isabel D¨ªaz Ayuso, en plena pol¨¦mica por los delitos fiscales confesados por su pareja, Alberto Gonz¨¢lez Amador. Lobato esgrimi¨® un folio escrito en el que figuraba la propuesta de acuerdo del abogado de Ayuso a la Fiscal¨ªa, que desmontaba el bulo emitido por su el jefe de gabinete de la presidenta, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, que pretend¨ªa ofrecer esa informaci¨®n pero justo al rev¨¦s y culpando al fiscal general del Estado de perpetrar una operaci¨®n pol¨ªtica.

Lobato hab¨ªa le¨ªdo la noche anterior noticias en la Cadena SER y eldiario.es en ese sentido, pero en esas informaciones no se reproduc¨ªa el correo con la oferta de acuerdo. Esa ma?ana, sobre las ocho, su compa?era Pilar S¨¢nchez Acera, jefa de gabinete en La Moncloa de ?scar L¨®pez, responsable a su vez del Gabinete del Presidente, le escribi¨® por Whatsapp un mensaje para que Lobato utilizase el documento del correo en su duelo parlamentario. Lobato pregunt¨® sobre la procedencia de esa informaci¨®n y defiende que se le aclar¨® que llegaba desde distintos medios de comunicaci¨®n, pero al principio rechaz¨® usarla. Tras un cruce de llamadas telef¨®nicas, argument¨® que no lo har¨ªa hasta que pudiera ¡°acreditar¡± esa versi¨®n con sus ojos. Se le aclar¨® que el correo lo iba a publicar Elplural.es y cuando as¨ª sucedi¨® sostiene que imprimi¨® ese mail y lo esgrimi¨® en su intervenci¨®n.

Aquel suceso, que retrata las evidentes relaciones de desconfianza mutua desde hace tiempo entre La Moncloa y el exl¨ªder del PSM, qued¨® en el olvido hasta hace un mes, cuando el Tribunal Supremo anunci¨® la imputaci¨®n contra el Fiscal General del Estado, ?lvaro Garc¨ªa Ortiz, por un presunto delito de revelaci¨®n de secretos en el caso de la investigaci¨®n por los delitos de fraude fiscal y falsedad documental contra el novio de Ayuso. Ante el temor a que esa investigaci¨®n judicial le acabase implicando, en el entorno directo de Lobato le recomendaron aquel d¨ªa que ¡°deb¨ªa demostrar inmediatamente¡± que no hab¨ªa sido el filtrador de ese mensaje que hab¨ªa aireado en la Asamblea y que lo mejor era que fuera a un notario para ¡°garantizar¡± que ni ¨¦l ni su interlocutora en La Moncloa ten¨ªan ninguna responsabilidad al respecto. Un familiar le indic¨® incluso un notario con el que hab¨ªa trabajado en temas relacionados con una organizaci¨®n ecologista, se present¨® en sus oficinas, cercanas a la plaza de Cuzco en Madrid, pero el notario se hab¨ªa jubilado y le atendi¨® un oficial, que redact¨® la citada acta y se qued¨® pendiente de recogerla cuando la firmara el nuevo titular de la Notar¨ªa.

Lobato acudi¨® de nuevo este martes a la Notar¨ªa para recoger esa escritura, pero con el esc¨¢ndalo ya en su total apogeo tras publicar Abc en la noche del domingo que todo su comportamiento obedec¨ªa a una estrategia de La Moncloa al pasarle ese documento secreto que afectaba al novio de Ayuso. Lobato pretende ahora que la Notar¨ªa implicada y el Colegio de Notarios de Madrid investiguen esa filtraci¨®n y en su entorno aseguran que se les ha trasladado que esas indagaciones ya van avanzadas.

En esas condiciones acudir¨¢ este viernes Lobato ante el Supremo, pero no ya al estreno del Congreso Federal del PSOE en Sevilla. El exdirigente socialista madrile?o, que se ha sentido cuestionado desde que fue elegido en primarias por el 61% de los militantes del PSM hace tres a?os, arguy¨® en su despedida del cargo que no ha hecho nada malo, aunque en la c¨²pula de su partido no comparten su actuaci¨®n y le acusan, cuando menos, de deslealtad con su compa?era.

Lobato razona que no le coment¨® a Pilar S¨¢nchez Acera que hab¨ªa ido a un notario para dar fe de sus contactos ¡°porque no le dio importancia y nunca imagin¨® que pudiera acabar filtr¨¢ndose su declaraci¨®n¡±. Ahora asume que esa acci¨®n unilateral pudo ser una ¡°torpeza¡± y m¨¢s en un ¡°ambiente en el que desde la direcci¨®n del PSOE en Ferraz se hab¨ªa vuelto a poner en los medios otro nuevo candidato del mes para relevarle en el PSM¡±, en este caso con el nombre precisamente de ?scar L¨®pez. En su c¨ªrculo minimizan la relevancia de esa hipot¨¦tica disputa interna con L¨®pez, al que no conceden ninguna posibilidad si finalmente se presenta a unas elecciones contra Ayuso, y refrescan las anteriores intentonas de relevarle con Francisco Mart¨ªn, ahora delegado del Gobierno en Madrid, su amigo y vecino en Soto del Real, o anteriores como las de Javier Ayala, alcalde Fuenlabrada.

Al trascender su visita al notario, su relaci¨®n de recelo total con La Moncloa y sus acusaciones de sufrir un linchamiento por miembros de su partido, Lobato intent¨® aguantar en el cargo porque pens¨® que el PSOE, a nivel nacional y tambi¨¦n en Madrid, saldr¨ªa en su defensa p¨²blica al menos para apaciguar la crisis, algo que no sucedi¨®. M¨¢s bien al contrario. Su familia y su equipo de confianza le presion¨® para que lo dejara con todo tipo de argumentos, hasta personales, augur¨¢ndole un futuro profesional pr¨®spero fuera de la pol¨ªtica.

Lobato record¨® en esa discusi¨®n al fundador hist¨®rico del PSOE, Pablo Iglesias Posse, para rebatir que la cuesti¨®n no era sobre si ¨¦l podr¨ªa llegar a estar ¡°m¨¢s c¨®modo, sino de principios, de culminar un trabajo serio de cinco a?os, porque no hay que ser pragm¨¢ticos, hay que ser honrados¡±. Convenci¨® a los m¨¢s renuentes. Eso sucedi¨® en la noche del martes. Unas horas m¨¢s tarde, en la ma?ana del mi¨¦rcoles, present¨® su renuncia.

El eco de la discusi¨®n abierta y descarnada por parte de muchos secretarios generales de agrupaciones locales, diputados, dirigentes y militantes de base, en chats y foros del partido, como Pensandomadrid y Elpsoe.M, le convencieron de que por esa deriva se podr¨ªa llegar ¡°a una guerra civil interna sin sentido¡±. Dimiti¨® de secretario general del PSM, pero seguir¨¢ de diputado regional y senador. Este viernes llegar¨¢ solo ante el Supremo, tras consultar con un asesor jur¨ªdico, pero no renuncia a la batalla interna que cree que se producir¨¢ a nivel nacional en el PSOE cuando haya que buscar un sucesor a S¨¢nchez. En su c¨ªrculo m¨¢s intimo admiten que aunque no es muy conocido en toda Espa?a tambi¨¦n destacan que tiene buenas conexiones con los referentes que representan ¡°el socialismo cl¨¢sico centrado y moderado¡± que jam¨¢s entendi¨® ¡°los pactos de la necesidad con Bildu y el partido de Carles Puigdemont¡±.