A Baleares tambi¨¦n llegan pateras: la Ibiza de los extranjeros pobres pide ayuda desesperada
La entrada sin precedentes de migrantes desde Argelia agrava la crisis social en la isla del lujo y el desenfreno por la falta de recursos para atenderlos
Cuando el fr¨ªo llega, emerge la Ibiza sumergida, liberada de la avalancha de extranjeros bronceados que visten de blanco nuclear y exprimen sus tarjetas de cr¨¦dito. For¨¢neos son el 75% de los turistas que arriban a la isla en busca de sol, fiesta y desenfreno, y el 100% de quienes, cada vez m¨¢s, recalan en ella huyendo de la pobreza, la violencia y la guerra. Estos ¨²ltimos, los que llegan en patera y no en yate o crucero, se han triplicado en solo un a?o, seg¨²n datos aportados por Cruz Roja. Tras una dura singladura desde Argelia, desembarcan tambi¨¦n, y sobre todo, en la costa de Formentera.
Ninguna de las dos islas Pitiusas tiene sus servicios p¨²blicos preparados para asistir a estas personas tan necesitadas. Es otra vuelta de tuerca a la crisis social que desgarra desde hace a?os esta isla en la que conviven las mansiones de ricos y famosos con poblados chabolistas de trabajadores que no pueden pagarse una vivienda.
El primer d¨ªa de 2025 arribaron en patera a las Pitiusas 73 personas. Es la se?al de que la tendencia de 2024 no va a cambiar. Las llegadas a Baleares se dispararon el a?o pasado m¨¢s de un 200%. La mayor¨ªa de los migrantes de la ruta de Argelia desembarcan en Ibiza y Formentera. Hasta octubre, seg¨²n cifras policiales, alcanzaron estas dos islas unas 120 embarcaciones con 2.200 inmigrantes a bordo (700 a Ibiza y 1.500 a Formentera). Triplican los datos de 2023 y la mayor¨ªa son ciudadanos argelinos, aunque tambi¨¦n hay cada vez m¨¢s subsaharianos, explica Juanan Torres, coordinador del equipo de Primera Respuesta de Emergencia para Poblaci¨®n Inmigrante (Prepi) de Cruz Roja en Ibiza, el primer dispositivo que les proporciona atenci¨®n sanitaria, comida, productos de higiene o mantas. ¡°Es una barbaridad¡±, admite Torres sobre el aumento. Desde que en 2017 empezaron a arribar las primeras pateras a las Pitiusas y en 2020 se constituy¨® el equipo humanitario que ¨¦l dirige, los cuatro t¨¦cnicos y los voluntarios que se reparten las guardias estaban acostumbrados a salidas puntuales y con parones. Ahora no solo no hay un mes sin llegadas sino que se producen muchas en poco tiempo, lo que provoca un ¡°problema de desgaste f¨ªsico y mental¡± en quienes los asisten desde Cruz Roja.
Las fuerzas de seguridad y los equipos de salvamento mar¨ªtimo est¨¢n tensionados en las Pitiusas, pero hay otro servicio p¨²blico muy delicado que est¨¢ a punto de colapsar, alertan las autoridades insulares: la atenci¨®n a los menores. El ¨²nico centro para ellos est¨¢ en Ibiza y dispone de solo 90 plazas. En un d¨ªa han ingresado hasta 15 ni?os reci¨¦n desembarcados de un viaje traum¨¢tico por el Mediterr¨¢neo que dura entre 7 y 14 horas. ¡°No tenemos personal suficiente y empezamos a sufrir problemas de espacio. A este ritmo, el servicio puede llegar a ser insostenible tanto econ¨®mica como humanamente¡±, advierte un portavoz del Consell de Eivissa. Este dispositivo que tanta ¡°sensibilidad¡± requiere, a?ade esta fuente oficial de la instituci¨®n gobernada por el PP, est¨¢ ahora mismo ¡°m¨¢s pendiente de la log¨ªstica y de adaptarse a las llegadas [de pateras] que de los chicos, que son lo importante¡±.
La falta de medios es tal que Formentera, que recibe el 50% de la presi¨®n migratoria de Baleares pero cuenta con solo el 1% de la poblaci¨®n del archipi¨¦lago, acaba de aprobar la devoluci¨®n de la competencia de tutela de menores extranjeros no acompa?ados al Gobierno balear. Alega incapacidad presupuestaria para hacerle frente. A 1 de enero de 2024, la Administraci¨®n auton¨®mica se hac¨ªa cargo de una decena de ni?os inmigrantes; 12 meses despu¨¦s debe cuidar de un centenar de cr¨ªos. Una portavoz del Consell de Formentera explica que sus proyecciones apuntan a que necesitar¨¢n cada a?o unos 8,5 millones de euros para financiar esta labor, es decir, entre un 15% y un 20% de su presupuesto anual. ¡°Esta situaci¨®n ahoga la econom¨ªa de la isla¡±, lamentan las autoridades insulares, que piden ¡°ayuda urgente¡± al Estado y dicen sentirse desamparados. Estos menores, inciden, ¡°no son s¨®lo n¨²meros¡±, merecen ¡°un trato digno¡± y educaci¨®n: ¡°No se trata de pas¨¢rselos de un sitio a otro¡±.
En septiembre pasado, a¨²n en temporada alta de extranjeros pudientes, lleg¨® a Ibiza un viejo pesquero argelino con 105 migrantes. Es el mayor aluvi¨®n hasta ahora. La isla carece de un centro de acogida temporal para darles un techo, por lo que los ciudadanos m¨¢s vulnerables (mujeres embarazadas, ni?os o personas procedentes de pa¨ªses en guerra, por ejemplo) tienen que ser enviados en el menor tiempo posible a Palma primero, y luego derivados a alg¨²n alojamiento m¨¢s estable en la Pen¨ªnsula. Ese trabajo lo realiza otro equipo de Cruz Roja y tampoco es f¨¢cil. Incluye encontrar plaza en un centro de otro punto de Espa?a y tambi¨¦n un billete para salir de la isla, aunque sea en plena temporada de avalancha de viajeros de ocio y siempre a contrarreloj, para que los afectados no se queden en la calle.
Los extranjeros que viajan en patera a Ibiza est¨¢n deseando escapar. Los que no son calificados por el Ministerio de Interior como especialmente vulnerables -y a los que, por tanto, no se les asigna alojamiento p¨²blico- vagan por sus calles hasta que encuentran la oportunidad de subirse a un ferri. ¡°Aqu¨ª est¨¢n aislados y es muy complicado quedarse¡±, explica Torres, de Cruz Roja, sobre un territorio con la carest¨ªa de la vida y la vivienda desbocada. En verano, los migrantes desembarcan quemados por el sol o por el combustible que portan a bordo; en invierno, como poco, ateridos de fr¨ªo. La organizaci¨®n humanitaria les presta una atenci¨®n sanitaria de urgencia y, si es preciso, los deriva al ¨²nico hospital p¨²blico de la isla. Para afrontar el aumento de trabajo en las Pitiusas, Cruz Roja ha reforzado la captaci¨®n de voluntarios.
Esta ruta migratoria entre Ibiza y Argelia ha sido de ida y vuelta a lo largo de la historia. Hace casi cien a?os, en la d¨¦cada de los a?os treinta del siglo pasado, eran los ibicencos los que escapaban al pa¨ªs africano en busca de un futuro mejor. Las hip¨®tesis que explican por qu¨¦ las Pitiusas se han vuelto ahora una v¨ªa prioritaria para llegar a Europa son varias. En Cruz Roja lo atribuyen a que se percibe como un trayecto ¡°corto y seguro¡±, aunque se calcula que son cientos los migrantes que han muerto durante la traves¨ªa. Fuentes policiales, sin embargo, defienden que la raz¨®n es otra. Aseguran que las mafias que trafican con los migrantes saben que es m¨¢s f¨¢cil entrar por Ibiza y Formentera por la falta de personal y medios que sufren las fuerzas de seguridad.
El Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP) lleva meses quej¨¢ndose de las condiciones en las que trabajan los agentes en las Pitiusas. Reclama un centro de acogida temporal en Ibiza, porque ahora los inmigrantes son atendidos bajo una carpa de la empresa naviera Bale¨¤ria instalada en el puerto ¡°que no cuenta con ninguna medida de seguridad ni para los polic¨ªas ni para las personas que llegan¡±, lamenta Manuel Pav¨®n, portavoz de la central en Baleares. ¡°Es sangrante lo que est¨¢ pasando. Estamos desbordados¡±, lamenta el representante sindical.
En el muelle ibicenco, frente a la ic¨®nica estampa de Dalt Vila, la parte alta del centro hist¨®rico, se alza un cementerio de pateras. Una treintena de precarias embarcaciones se amontonaban a principios de diciembre, marcadas por la Guardia Civil y Salvamento Mar¨ªtimo con la fecha de incautaci¨®n. En Formentera, el Consell ha tenido que contratar de forma urgente a una empresa para retirar las lanchas que se han ido acumulando este a?o en su litoral. Sus responsables se han llegado a plantear sacar el servicio a licitaci¨®n el a?o que vienen porque prev¨¦n que la cifra de llegadas siga creciendo. Contra el criterio de Interior, defienden que la de las Pitiusas es ¡°una ruta de entrada a Europa totalmente consolidada¡±.
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha negado recientemente en el Senado que Baleares sea una v¨ªa migratoria ¡°consolidada¡±. ¡°Estoy de acuerdo con ¨¦l: no es una v¨ªa consolidada, es una autopista. Nos sorprende que niegue lo evidente¡±, responde el polic¨ªa Pav¨®n. A preguntas de este peri¨®dico sobre si atender¨¢ las alertas de las autoridades de las Pitiusas sobre el desbordamiento de los servicios que atienden a las personas que llegan en patera, el ministerio se limita a se?alar que en los ¨²ltimos seis a?os ha incorporado 400 nuevos agentes de polic¨ªa y Guardia Civil a las Baleares, lo que ¡°ha permitido recuperar la p¨¦rdida de personal sufrido en las legislaciones anteriores a 2018 y ofrecer una respuesta m¨¢s eficaz a la cuesti¨®n migratoria¡±.
El otro ¡°efecto llamada¡±
Una pintada se mofaba hace a?os de la imagen de la isla que explotan los empresarios del turismo y el ocio. ¡°Feliz falsedad¡±, se le¨ªa en aquel muro. Hoy, en la meca del lujo y el desenfreno que es Ibiza, los turistas son atendidos muchas veces por chabolistas. Sin agua corriente ni luz, centenares de empleados del sector se asean a diario con un barre?o para ir al trabajo y seguir alimentando el negocio. Muchos son extranjeros y habitan coches, caravanas e infraviviendas en varios poblados dispersos por la isla. La carest¨ªa de la vivienda tambi¨¦n ha multiplicado el n¨²mero de familias que sobreviven hacinadas en pisos compartidos con desconocidos. A las instituciones y entidades sociosanitarias ibicencas les preocupan mucho las consecuencias que este tipo de vida est¨¢ teniendo y tendr¨¢ en la salud f¨ªsica y mental de esos vecinos e, incluso, en el desarrollo psicomotriz de los m¨¢s peque?os.
Coinciden en esa inquietud los responsables de la Plataforma Sociosanitaria de las Pitiusas, que agrupa a una quincena de asociaciones que atienden a ciudadanos en riesgo de exclusi¨®n. Asisten a personas inmigrantes, con discapacidades, con problemas de adicci¨®n a las drogas, con enfermedades mentales o cr¨®nicas¡ Uno de sus directivos, Enric Casanova, culpa de la ¡°polarizaci¨®n social¡± que sufre Ibiza al ¡°efecto llamada¡±. Y no se refiere a la inmigraci¨®n irregular. ?l habla de los turistas y de un modelo de negocio que riega de dinero a pocas empresas de dentro y a muchas de fuera. Explica que esa forma de explotar la riqueza de la isla genera ¡°saturaci¨®n¡± y precisa de mucha mano de obra ¡°barata y poco cualificada¡± que llega de fuera, sin papeles, sin acceso a servicios b¨¢sicos y muchas veces cobrando en negro. ¡°Estamos importando mano de obra y exportando beneficios¡±, lamenta.
Para colmo, los servicios p¨²blicos en Ibiza est¨¢n escasos de personal porque no es un destino deseable para los funcionarios. ¡°Un funcionario cobra lo mismo aqu¨ª que en Cuenca, pero c¨®mprate un piso aqu¨ª o en Cuenca, o vete al supermercado aqu¨ª o en Cuenca¡±, apunta el vicepresidente de Plataforma Sociosanitaria, Vicent Torres. Para ¨¦l, ¡°esta es la Ibiza sumergida que nadie ve ni quiere ver¡±. ¡°No es la sumergida¡±, tercia Casanova. ¡°Es la real. La otra es de cart¨®n piedra¡±.
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