El infierno de vivir en Ibiza: trabajadores en caravanas y habitaciones a 1.000 euros
La especulaci¨®n rampante y un turismo cada vez m¨¢s masivo y caro disparan el precio de la vivienda a l¨ªmites inviables: los funcionarios huyen y los hospitales transforman alas para habilitar habitaciones a fin de retener a los m¨¦dicos
A la vuelta del Ikea, en un aparcamiento al aire libre, se encuentra su caravana. El lugar se llama Es Gorg, y desde aqu¨ª se distingue la bonita silueta recortada al atardecer de la parte vieja de Ibiza, con su castillo en lo m¨¢s alto. A esta hora, a menos de cinco minutos en coche, ya hay cola de gente guap¨ªsima vestida de fiesta para entrar en la discoteca de moda, L¨ªo. ?l, que prefiere no dar su nombre porque le da verg¨¹enza, se apoya en el ¨¢rbol que est¨¢ al lado de la caravana y cuenta su historia, que es un poco la historia de todos los que viven en este aparcamiento. ¡°Tengo 37 a?os. Trabajo en el mantenimiento de una villa de lujo de unos ingleses. Gano entre 1.500 y 1.800 euros al mes, dependiendo de las horas extra, con contrato en regla. Llevo en la isla desde 2017. Me gusta. Pero desde febrero, cuando perd¨ª la casa porque me subieron el alquiler, no encuentro nada que me convenga. Piden 900 o 1.000 euros por una habitaci¨®n. No solo eso: tambi¨¦n varios meses de fianza. En total, casi 4.000 o 5.000 euros. No los tengo. Por eso me compr¨¦ una caravana. Me ducho en casa de un amigo. Este aparcamiento es tranquilo. No hay peleas, solo gente que trabaja. Tal vez en septiembre, cuando pase la temporada tur¨ªstica, lo vuelva a intentar. Pero si no sale, est¨¢ esto. A los ingleses les pregunt¨¦ si me dejaban poner la caravana en la trasera del jard¨ªn de la villa, pero me dijeron que no¡±. Alrededor hay decenas de caravanas y de furgonetas.
Al lado de la de este hombre aparca su caravana una oficinista que gana 1.000 euros al mes, un poco m¨¢s all¨¢ est¨¢ la furgoneta de un camarero que gana 1.500 y a la derecha, la autocaravana de un celador interino del hospital, que gana tambi¨¦n 1.500 euros y que se compr¨® el veh¨ªculo hace a?os. Se llama Jos¨¦ Luis Gambacorta y es el ¨²nico al que no le da apuro dar el nombre o posar para la foto. Al resto no les gusta reconocer que no disponen de una casa donde dormir cuando vuelven del trabajo. Bienvenidos a Ibiza y sus dos mundos, el de la discoteca L¨ªo, donde el gasto m¨ªnimo requerido es de 270 euros por persona, y el de la vida metida en una furgoneta.
En esta isla, un turismo cada vez m¨¢s numeroso y rico y una especulaci¨®n inmobiliaria salvaje, que corroe desde las urbanizaciones de lujo hasta las peores habitaciones para una noche, han disparado el precio de la vivienda de forma que resulta impagable para buena parte del ej¨¦rcito de trabajadores que se ocupa en verano de que toda la tramoya que sustenta el para¨ªso funcione.
Seg¨²n la estad¨ªstica del valor tasado de la vivienda libre del Ministerio de Transportes, el metro cuadrado m¨¢s caro de Espa?a en los municipios con m¨¢s de 25.000 habitantes se encuentra en la localidad ibicenca de Santa Eul¨¤ria des Riu, situada en el noreste de la isla, y cuesta 5.194 euros. La segunda en la lista es la ciudad de Ibiza, con 4.624 euros. Le sigue San Sebasti¨¢n (4.378 euros por metro cuadrado). En Madrid, el metro cuadrado est¨¢ a 4.015 euros y en Barcelona a 3.767. Para hacerse una idea de la escalada mete¨®rica de precios, conviene saber que ese mismo metro cuadrado en Santa Eul¨¤ria des Riu, pero en 2010, costaba 2.291 euros y en Ibiza 1.297. En Madrid, por entonces, se pagaban 2.375.
Adem¨¢s, esta p¨¢gina oficial no refleja la descomunal tensi¨®n inmobiliaria que padecen los habitantes de la isla. Para eso es mejor visitar una inmobiliaria del centro de Ibiza. All¨ª, un piso de una habitaci¨®n en el paseo de Ses Figueretes, al lado del mar, que el a?o pasado costaba 800 euros al mes, ahora se alquila a 2.500. ¡°Solo lo alquilar¨¢ en lo que nosotros llamamos temporada, de mayo a septiembre, pero le compensa¡±, comenta la due?a de la inmobiliaria. El enloquecido mercado del alquiler se mueve por redes de Telegram que se actualizan al minuto. Ah¨ª se encuentran habitaciones a 1.000 euros (m¨¢s un mes de fianza), o camas en una habitaci¨®n compartida a 550 euros al mes, o habitaciones para parejas en casas de campo compartidas a raz¨®n de 1.500 euros al mes. Con todo, son m¨¢s numerosos los anuncios desesperados de los que buscan. El a?o pasado, visitaron una isla que tiene empadronados casi 160.000 habitantes m¨¢s de 3.385.000 turistas, 300.000 m¨¢s que en 2022, seg¨²n los datos del Instituto Balear de Estad¨ªstica. Nada indica que este a?o vayan a venir menos.
Y la que se va es Sonia Sancho. Naci¨® en la isla hace 35 a?os, trabaja con contrato fijo de auxiliar de enfermer¨ªa en el hospital de Can Misses de Ibiza, gana entre 1.800 y 2.000 euros. Y en oto?o se traslada a Valdepe?as (Ciudad Real). Comenz¨® a pensar en ello cuando naci¨® su hija hace seis meses. El piso peque?o de una habitaci¨®n en el que viv¨ªan de alquiler ella y su pareja (que gana unos 1.000 euros) y por el que pagaban 900 al mes dej¨® de servirles. Han buscado por toda la isla. Y no han encontrado nada de dos habitaciones por menos de 1.800 euros. Y ese precio, seg¨²n explica Sonia, les condena a malvivir. A no tener vacaciones. A no poder llevar a su hija a actividades extraescolares. ¡°Y yo no quiero ser pobre¡±, asegura. El d¨ªa que tom¨® la decisi¨®n de irse llor¨® porque en Ibiza tiene su vida, sus amigos, su madre y su infancia. A base de explicar sus razones en televisi¨®n y en la radio se ha convertido en una especie de s¨ªmbolo local del ibicenco atropellado por su propia isla. Lleg¨® a escribir un mensaje personal al alcalde Rafael Triguero, del PP, en el que dec¨ªa lo siguiente: ¡°Nac¨ª aqu¨ª, crec¨ª aqu¨ª, estudi¨¦ aqu¨ª y aqu¨ª me saqu¨¦ mi oposici¨®n. Trabajo en Urgencias en Can Misses y, por desgracia, he pedido un traslado a Valdepe?as. En dos meses tengo que abandonar mi hogar porque no encuentro una vivienda digna para mi beb¨¦¡±. El alcalde le contest¨®: ¡°Sonia, te aseguro que con profundo dolor siento lo que me explicas. Cada d¨ªa recibo a personas en situaciones similares y te aseguro que estoy/estamos trabajando a conciencia para minimizar este drama¡±.
Paloma Garz¨®n, de 25 a?os, tambi¨¦n es enfermera con puesto fijo en Can Misses. Y tambi¨¦n se va pronto. Los 2.400 euros que gana al mes no le bastan para vivir sola y est¨¢ harta de compartir piso. Ahora lo hace con otras dos mujeres j¨®venes: una es dentista y la otra polic¨ªa. Cada una paga 600 euros por la habitaci¨®n que ocupan en un piso avejentado en el que la propietaria no ha cambiado los muebles ni una sola vez en muchos a?os. Paloma cuenta que en los tres a?os que lleva en Ibiza se ha mudado ya cinco veces. ¡°Ya ni saco las cosas de las cajas¡±, explica. Se ir¨¢ a Pa¨ªses Bajos, donde, adem¨¢s de cobrar m¨¢s, le ofrecen una vivienda. Con eso bastar¨¢.
En Ibiza hay profesores de primaria que se hicieron famosos a principio de curso porque van y vienen todos los d¨ªas en avi¨®n desde Mallorca y as¨ª se evitan tener que dormir ¡ªy pagar por dormir¡ª en la isla. Y hay limpiadores de coches de alquiler en el aeropuerto con papeles en regla y sueldo de 1.500 euros que viven, durante la temporada de verano, en tiendas de campa?a en un descampado, como mendigos o como refugiados, porque no encuentran qui¨¦n les alquile una habitaci¨®n por menos de 500 euros.
En los peri¨®dicos abundan las noticias de familias que se quedan en la calle porque de repente les suben el alquiler un 50%. Abundan los timos, los abusos y las exageraciones: en un terreno privado cerca de la ciudad de Ibiza, denominado Can Rova, dejan que levantes ilegalmente y sin ning¨²n tipo de papeles o derecho de empadronamiento una chabola, o que coloques tu caravana por 500 euros al mes con derecho a electricidad y agua. Las autoridades han anunciado que desalojar¨¢n el campamento el pr¨®ximo 10 de julio y con ello, a las decenas de personas que all¨ª viven ilegalmente. La semana pasada sal¨ªa de all¨ª, en coche, una pareja. ?l trabaja en la construcci¨®n por 1.500 euros al mes; ella, por el mismo sueldo, es limpiadora en la discoteca Ushuaia, visitada a veces por Leonardo di Caprio. No saben d¨®nde ir¨¢n cuando desalojen el campamento.
Todos los a?os hay guardias civiles de pr¨¢cticas que llegan para el verano o agentes trasladados para reforzar el cuerpo en temporada alta que acaban durmiendo en furgonetas o en caravanas, seg¨²n denuncia Iv¨¢n Fidalgo, coordinador de la Asociaci¨®n Espa?ola de Guardias Civiles de las Islas Baleares y habitante de Ibiza. Asegura tambi¨¦n que siempre hay plazas sin cubrir porque nadie quiere venir. Los funcionarios huyen de la isla: Sabino Aramburu, portavoz de la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) tiene una lista de departamentos que adolecen de personal porque las bajas no se cubren: la oficina de Tr¨¢fico, los examinadores del carn¨¦ de conducir, la Tesorer¨ªa General, los empleados de las comisar¨ªas encargados de tramitar el DNI, la Oficina de Empleo¡ ¡°Y los funcionarios que vienen, en cuanto pueden, se van, con lo que nos pasamos la vida ense?ando a los reci¨¦n llegados. Y todo es por el precio de la vivienda. En Canarias cobran 500 euros m¨¢s por tasa de insularidad. Aqu¨ª son 80 euros¡±, a?ade.
Todo el mundo especula: no s¨®lo los fondos de inversi¨®n que compran edificios enteros. Tambi¨¦n el que tiene un terrenito y lo alquila sin permiso para que alguien coloque una caravana (700 euros al mes m¨¢s fianza), o el que realquila ilegalmente su cama por noches para sacarse un sobresueldo en verano. La burbuja inmobiliaria, pues, se infla sin parar porque no hay nadie que no sople. Un caso entre mil que relata una chica joven que prefiere no dar su nombre: ¡°La propietaria del piso de tres habitaciones en el que vivo en la ciudad de Ibiza lo alquila, en negro, a una mujer, que llamaremos Rosa, por 1.200 euros. Muy barato, la verdad. Rosa realquila dos habitaciones, una a una amiga y otra a m¨ª, por 500 euros cada una. Y, a veces, realquila su propia habitaci¨®n a 120 euros la noche y se va a dormir al sal¨®n. La propietaria no se entera de nada. Pero el d¨ªa en que se entere, nos echa a todos y realquila ella misma las habitaciones para sacarse todo el dinero que ahora se saca Rosa¡±.
El hospital de Can Misses, donde trabajar¨¢n hasta que se vayan Sonia Sancho y Paloma Garz¨®n, ha habilitado un ala del edificio inutilizada y ha reconvertido las habitaciones vac¨ªas de los antiguos enfermos en habitaciones individuales para alojar, gratis, a los m¨¦dicos y enfermeros que llegan en verano y no tienen d¨®nde meterse. Empezaron por ocho habitaciones hace a?os. Ahora son ya 42. El plan es levantar una residencia en un edificio aleda?o.
El director general de Vivienda y Arquitectura del Govern balear, del PP, Jos¨¦ Francisco Reyn¨¦s, adem¨¢s de tratar de acelerar la construcci¨®n de viviendas protegidas en todas las islas, recuerda que se han puesto en marcha medidas espec¨ªficas en Ibiza: permitir que se construyan edificios de viviendas en zonas declaradas tur¨ªsticas ¡ªdonde solo se podr¨ªan levantar hoteles¡ª para alojar a los trabajadores de esos hoteles; y coordinar convenios entre hoteles y consejer¨ªas como la de Sanidad y la de Educaci¨®n para poder alojar all¨ª con subvenciones a profesores y m¨¦dicos. Reyn¨¦s reconoce que son iniciativas a medio y largo plazo y apela a la conciencia colectiva: ¡°Este no es un problema solo de los pol¨ªticos. Tambi¨¦n ata?e, por ejemplo, al que alquila ilegalmente una vivienda. Est¨¢ contribuyendo a que el d¨ªa de ma?ana, por ejemplo, su hijo no tenga un profesor o su calle un polic¨ªa¡±.
Sonia Iglesias, Amelia Gonz¨¢lez y Daniel Granda pertenecen al Sindicato de Inquilinos de Ibiza. Se han unido para defenderse de los propietarios que les quieren echar de sus pisos de alquiler, para contratar conjuntamente abogados que les defiendan, para litigar unidos, para intercambiarse informaci¨®n sobre derechos y leyes inmobiliarias y, muchas veces, simplemente, para quedar y hablar entre ellos. Se sienten habitantes del futuro y previenen al resto: ¡°Esto que pasa en Ibiza en unos a?os puede pasar en otros sitios de Espa?a¡±. Para evitar esto, precisamente, el Ayuntamiento de Barcelona decidi¨® el viernes 21 de junio que eliminar¨¢ sus 10.000 pisos tur¨ªsticos antes de cinco a?os. Iglesias y los otros se quejan sobre todo de la progresiva degradaci¨®n de su nivel de vida, de escal¨®n en escal¨®n, a base de ir pagando un alquiler m¨¢s caro cada vez que termina el contrato. Esta tarde, en un bar de Santa Eul¨¤ria des Riu donde se han reunido ¡ªla localidad mayor de 25.000 habitantes m¨¢s cara de Espa?a¡ª, les acompa?a una mujer entristecida de mediana edad, con gafas oscuras, a la que, como a otros muchos en la isla, le obsesiona la fecha, demasiado cercana ya, en que terminar¨¢ su contrato de alquiler y deber¨¢ renegociar con el propietario. Tal vez acabe perdiendo la casa. Piensa en eso y pronuncia una frase que alude a los dos mundos cada vez m¨¢s separados que conviven en Ibiza: ¡°Aqu¨ª, o eres muy rico o te conviertes en un desgraciado¡±.
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