Gobierno y oposici¨®n, un mes para reorientar posiciones

Las explicaciones iniciales ¨Dy en algunos casos durante casi tres d¨ªas¨D fueron ajenas al contenido del real decreto ley derrotado el pasado mi¨¦rcoles en el pleno del Congreso. No se sab¨ªa muy bien por qu¨¦ votaron en contra el PP y Junts; acaso Vox fue el m¨¢s expl¨ªcito. Una vez que el Gobierno apruebe en el Consejo de Ministros un nuevo decreto ley y, por tanto, sus medidas entren en vigor, habr¨¢ un mes hasta que vuelva al Congreso; 30 d¨ªas en los que los grupos de la oposici¨®n deben perfilar sus explicaciones del s¨ª o del no. El Ejecutivo tambi¨¦n tendr¨¢ que convencer de las razones que le llevan a no trocear las medidas que esperan millones de espa?oles para que unas no impidan la aprobaci¨®n de otras.

De la extensi¨®n del llamado decreto ¨®mnibus, desarrollado en 140 p¨¢ginas, se aprovecha Gobierno y, sobre todo, la oposici¨®n. El porcentaje de ciudadanos que puedan o quieran dedicar un tiempo importante a leer y subrayar las 80 medidas es muy exiguo, por lo que en este caso es improbable que se cumpla la m¨¢xima de que el dato mata al relato. Los partidos lo saben. Al extenso documento la oposici¨®n conservadora a?ade otras medidas que no figuran en el mismo o interpretaciones alejadas de la letra y del esp¨ªritu de la norma.

Nadie dice estar en contra de la revalorizaci¨®n de las pensiones, ni de la continuidad de las bonificaciones al transporte, que afecta a 12 y 20 millones de ciudadanos respectivamente. Pero la continuidad de la prohibici¨®n de los desahucios en caso de vulnerabilidad no tiene el apoyo del PP. Sobre las entregas a cuenta para las comunidades aut¨®nomas nada se escucha, ni tampoco evitar que se corte el suministro de agua y luz a quienes no puedan pagarlo por razones econ¨®micas justificadas y probadas.

Cada actor, en el Gobierno, en la oposici¨®n, desde el apoyo asegurado como es la izquierda nacionalista, realza las medidas indiscutiblemente apoyadas. El traspaso del palacete parisino al PNV, antigua sede del Gobierno vasco e incautado por la Gestapo, ha sido una reivindicaci¨®n del nacionalismo vasco a todos los Ejecutivos, con distinto grado de culminaci¨®n, pero siempre presente en las negociaciones para asegurar la mayor¨ªa parlamentaria del PSOE o del PP. Este asunto, con dudas jur¨ªdicas sobre la titularidad en algunos documentos, pero tampoco taxativos en su rechazo, ha sido tomado por el PP como ejemplo del porqu¨¦ de su rechazo al decreto. El cuestionamiento del derecho del Ejecutivo vasco a recuperar el edificio que hoy alberga el Instituto Cervantes en Par¨ªs ¨Dpor cuya puerta, en el n¨²mero 11 de la Avenida Marceau, pasan desde hace decenas de a?os miles de vascos como gesto de recuerdo a su historia¨D ha socavado a¨²n m¨¢s la confianza entre el PP y el PNV.

El Gobierno de Pedro S¨¢nchez se centra en las medidas frustradas que afectan a millones de espa?oles. A estos es a los que hay que mirar, se?alan en la parte socialista. Los socios de izquierda y los sindicatos se han activado extraordinariamente para instar al Ejecutivo a que no deje atr¨¢s ni una sola de las medidas que componen el llamado ¡°escudo social¡±. La expresi¨®n naci¨® del primer Gobierno del PSOE con Unidas Podemos, y ambos se atribuyen la denominaci¨®n para definir las pol¨ªticas que se impulsaron primero por los efectos demoledores de la covid; despu¨¦s, por la guerra de Ucrania; y, en paralelo, por la inflaci¨®n. Ni un paso atr¨¢s, es la actitud y la posici¨®n de los sindicatos de clase y de los socios externos parlamentarios, con excepci¨®n de Junts. Sumar, ERC, EH Bildu, Podemos y BNG mantienen el bloque de apoyo.

Movilizaciones

Desde su responsabilidad, tanto CC OO como UGT salieron de inmediato a convocar movilizaciones en toda Espa?a para el pr¨®ximo domingo 2 de febrero. ¡°A la calle contra el asalto a los bolsillos de la gente¡±, se lee en la llamada conjunta de los dos sindicatos, con la figura de uno de los leones del Congreso. La demanda se dirige a todos los grupos parlamentarios. En el cartel se exhorta a acudir a la manifestaci¨®n a quienes se sientan concernidos por el precio del transporte p¨²blico, por el salario y el ingreso m¨ªnimo, por la pensi¨®n, ante el riesgo de desahucio, problemas para pagar los suministros b¨¢sicos y a los afectados por la dana.

Hay muchos m¨¢s asuntos en las 140 p¨¢ginas sobre los que todos los grupos ser¨¢n juzgados. El Gobierno, en primer lugar. Esta es la convicci¨®n que expresan interlocutores de Sumar, del resto de los socios de la izquierda y de las centrales sindicales, por mucho que quienes lo hayan impedido sean Junts, PP y Vox. Un nuevo real decreto ley aprobado en el Consejo de Ministros llevar¨¢ aparejada su entrada en vigor y que, por ejemplo, la subida de las pensiones de enero se repita en febrero. Despu¨¦s, comenzar¨¢ la cuenta atr¨¢s de los 30 d¨ªas de negociaci¨®n para su convalidaci¨®n en el Congreso.

Aun as¨ª, las negociaciones con Junts, antes de llevarlo al Consejo de Ministros, est¨¢n en curso. A diferencia de otros pulsos del partido de Carles Puigdemont, su rechazo a estas propuestas s¨ª afectan a millones de catalanes, por lo que tendr¨¢ que medir hasta donde llega su presi¨®n, expresan interlocutores socialistas. En el partido de S¨¢nchez no omiten que, junto al perjuicio a los ciudadanos, se medir¨¢ su capacidad de gobernar.