La muerte en la ruta migratoria hacia Canarias: hallan dos nuevos cayucos perdidos en el Caribe
En una semana, han aparecido dos embarcaciones aparentemente mauritanas en los pa¨ªses caribe?os Trinidad y Tobago y San Crist¨®bal y Nieves
Ya no es anecd¨®tico. Hace tan solo tres a?os el hallazgo de un cayuco mauritano al otro lado del Atl¨¢ntico era un episodio excepcional que desconcertaba a los pescadores o a las autoridades locales que lo encontraban. La aparici¨®n de esos barcos de pesca con olor a muerte era un misterio que despertaba la curiosidad de la prensa internacional, hasta que, tristemente, se ha convertido en algo demasiado habitual. Esta semana dos embarcaciones que previsiblemente intentaban llegar a las islas Canarias han aparecido con varios cad¨¢veres a bordo en aguas de Trinidad y Tobago y San Crist¨®bal y Nieves, dos pa¨ªses caribe?os que se encuentran a unos 5.000 kil¨®metros en l¨ªnea recta de Mauritania, desde donde es probable que hubieran partido dadas las caracter¨ªsticas de las embarcaciones y los documentos encontrados en su interior. Sus ocupantes perdieron el rumbo y las corrientes los arrastraron mientras mor¨ªan de deshidrataci¨®n o de hipotermia. Es una historia que se repite. Son dos nuevos barcos fantasma que evidencian, una vez m¨¢s, el riesgo que asumen los migrantes y refugiados que intentan llegar a Europa a trav¨¦s de una de las rutas clandestinas m¨¢s peligrosas del mundo.
El a?o pasado, al menos un millar de personas murieron o desaparecieron intentando llegar en barco a Canarias, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM). La propia OIM reconoce que esa cifra es una aproximaci¨®n modesta al n¨²mero real de muertos porque solo contabiliza aquellos episodios que han podido ser contrastados por varias fuentes y se deja por el camino muchos de estos barcos fantasma. Por su parte, la ONG Caminando Fronteras, que asegura haber contabilizado 131 barcos desaparecidos con todos sus ocupantes dentro, eleva a 9.757 los fallecidos, entre los que habr¨ªa 1.538 ni?os y ni?as. Es un n¨²mero incontrastable que seguir¨¢ creciendo mientras no haya m¨¢s v¨ªas seguras y legales para emigrar. Miles de personas que se marchan forzosa o voluntariamente de sus pa¨ªses no cumplir¨¢n nunca las exigencias para obtener un visado Schengen y subirse a un avi¨®n es una utop¨ªa y la ¨²nica opci¨®n es el mar, aunque les cueste mucho m¨¢s, aunque saben que quiz¨¢ nunca llegar¨¢n.
La localizaci¨®n el pasado s¨¢bado de una piragua blanca y estrecha en Trinidad y Tobago ya no pill¨® por sorpresa a las autoridades del pa¨ªs, que a¨²n tienen muy presente una barca muy similar que apareci¨® el 28 de mayo de 2021 con m¨¢s de una docena de cuerpos a bordo. Ese caso, hasta entonces casi ins¨®lito, acab¨® teniendo una enorme repercusi¨®n internacional gracias a la premiada investigaci¨®n de la agencia de noticias AP que sigui¨® la pista del cayuco y descubri¨® que hab¨ªa partido 135 d¨ªas antes desde la ciudad portuaria de Nuadib¨² con 43 j¨®venes de Mauritania, Mal¨ª y Senegal.
Los periodistas ayudaron a identificar a 33 de los pasajeros gracias al contacto con familiares y hasta pruebas de ADN. Pero lo habitual es que estos barcos fantasma y sus ocupantes se pierdan en el olvido ante la falta de voluntad pol¨ªtica para identificarles (en el caso del cayuco de Trinidad y Tobago, Mauritania ni siquiera respondi¨® a los requerimientos oficiales del pa¨ªs caribe?o). Lo habitual es que haya miles de familias alimentando una eterna duda sobre el paradero de sus seres queridos que pusieron rumbo a Europa. Es el mismo olvido en el que caen en Espa?a. Seg¨²n un informe de Cruz Roja Internacional, que analiz¨® datos entre 2014 y 2019, Espa?a solo recupera un 9% de los cuerpos de los migrantes que mueren en el mar y la mitad de ellos se queda sin identificar.
El a?o pasado se encontr¨® un cayuco en Rep¨²blica Dominicana con 14 esqueletos en posici¨®n fetal y documentos senegaleses y mauritanos, pero en 2021, se hallaron al menos siete embarcaciones. Todas salieron presumiblemente de aguas africanas y transportaron los cuerpos de los ¨²ltimos supervivientes a bordo hasta encallar en las costas del Caribe y Brasil.
¡°La construcci¨®n de este barco es sorprendentemente similar a aquel, y es razonable suponer que este caso puede ser de naturaleza similar¡±, declar¨® a la prensa local la teniente Khadija Lamy, oficial de relaciones p¨²blicas de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago. Una fotograf¨ªa de la embarcaci¨®n encontrada el pasado s¨¢bado mostraba a algunos de los cinco cad¨¢veres que a¨²n permanec¨ªan en el interior, pero en esta ocasi¨®n no habr¨¢ ni siquiera una investigaci¨®n. El domingo, cuando la Guardia Costera intent¨® remolcar el cayuco, este se hundi¨® en mitad del oleaje.
En San Crist¨®bal y Nieves, un archipi¨¦lago de dos islas al sureste de Rep¨²blica Dominicana en el que viven menos de 50.000 personas, la aparici¨®n de un segundo cayuco en la ma?ana del mi¨¦rcoles s¨ª fue un acontecimiento inesperado. La prensa local mantiene que no se recuerda nada parecido. La embarcaci¨®n, parcialmente sumergida, escond¨ªa los restos de 19 cad¨¢veres en avanzado estado de descomposici¨®n. En su interior, encontraron pasaportes de Mal¨ª, pa¨ªs de procedencia de la mayor¨ªa de las personas que han desembarcado en las islas Canarias en el ¨²ltimo a?o. El subcomisario de polic¨ªa Cromwell Henry explic¨® a EL PA?S este jueves que a¨²n estaban llevando a cabo ¡°investigaciones preliminares¡± que inclu¨ªan el an¨¢lisis del barco, pero no ofreci¨® m¨¢s detalles, a la espera, dijo, de un comunicado oficial.
El n¨²mero de migrantes y refugiados que intentan cruzar el Atl¨¢ntico hacia las islas Canarias lleva en aumento desde 2020, cuando se dio por reactivada una ruta que desde 2007 que se daba por dormida. Nunca hay una sola raz¨®n que explique los cambios en las rutas migratorias, pero las restricciones de los marroqu¨ªes en el norte y las devastadoras consecuencias de la pandemia fueron clave para explicar el desplazamiento de los migrantes hacia el Atl¨¢ntico. Los desembarcos en el archipi¨¦lago pasaron de 2.687 en 2019 a 46.843 el a?o pasado, un r¨¦cord.
En los ¨²ltimos meses, el perfil mayoritario de los que llegan coincide con el de un joven maliense que huye de su pa¨ªs. Es la primera vez que los malienses se sit¨²an como la primera nacionalidad entre los que llegan a Espa?a de manera irregular, desbancando a marroqu¨ªes y argelinos, que han sido, tradicionalmente, los m¨¢s numerosos. Los malienses son en la mayor¨ªa de los casos refugiados y as¨ª lo reconoce Espa?a cuando estudia sus solicitudes de asilo: concede el 99%, la segunda mayor tasa de reconocimiento despu¨¦s de Congo.
Las autoridades de San Crist¨®bal y Nieves hablan de su intenci¨®n de identificar los cuerpos encontrados en la embarcaci¨®n, aun con la dificultad a?adida del avanzado estado de descomposici¨®n en el que se encuentran. Pero vistas las experiencias anteriores, es probable que los cad¨¢veres pasen meses o a?os en una c¨¢mara frigor¨ªfica y sean enterrados en el anonimato mientras sus familias siguen llamando a un n¨²mero en el que nunca nadie responde.
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