La tradici¨®n y lo digital
El festival de creatividad digital Mutek tendi¨® puentes en Barcelona entre el mundo de los abuelos y el de sus nietos
Una abuela casi centenaria en un festival de creatividad digital. Falleci¨® no hace mucho a los 99 a?os, y con ella se llev¨® ese libro de recuerdos, cuentos y leyendas que vinculaban a su nieto, el productor musical Daisuke Fujita, de nombre art¨ªstico Meitei, con ese pasado ancestral de Jap¨®n que, como en todos los rincones del mundo, se apaga en vidas centenarias, sobreviviendo solo como un recuerdo privado ya de base que se recoge como cultura conservada en museos o libros. Esos recuerdos fueron la base de la excelente actuaci¨®n que Meitei dio en la pen¨²ltima sesi¨®n del Mutek, festival que cerr¨® sus puertas ayer en Barcelona con una asistencia de m¨¢s de 6.000 personas. Otra tradici¨®n, esta de origen bereber, defendida por una mujer, Ikram Bouloum, nacida en Torell¨® de padres marroqu¨ªes, que como explic¨® entre l¨¢grimas de emoci¨®n en un simposio del festival, ¡°me ha supuesto m¨²ltiples fricciones con mi familia, que ha de aceptar que siendo mujer tenga una vida art¨ªstica que, adem¨¢s, alguno ha descubierto en Internet, cre¨¢ndose una imagen de m¨ª fuera de contexto¡±. Mujer, tradici¨®n, discriminaci¨®n, empoderamiento y, como Meitei, m¨²sica electr¨®nica como armaz¨®n para recuperar esas vivencias que est¨¢n en la matriz de cada persona. S¨ª, cosas de antes en un festival de microchips. La tradici¨®n no solo suena a cuerda pulsada.
La primera actuaci¨®n de la tarde en la f¨¢brica Damm fue un encuentro entre pasado y presente con la vista en el futuro, una delicia ambiental digital. Meitei recre¨® sonoramente sus inspiraciones en las historias de miedo cl¨¢sicas del folclore japon¨¦s recogidas por el orientalista Lafcadio Hearn en sus obras y m¨¢s recientemente por Shigeru Mizuki en sus mangas sobre yokai, las criaturas monstruosas del folclore japon¨¦s. Su directo parti¨® con crepitaciones, ruido blanco y ritmos esquem¨¢ticos sin proyecci¨®n bailable.
Poco a poco, en una evoluci¨®n elegante y pausada, Meitei se aproxim¨® al paisajismo con sonidos de pianos, ambientes naturales, agua, campanas votivas y voces que reconstru¨ªan pasajes de ese folclore tradicional. En un directo variad¨ªsimo abierto a la constante sorpresa y siempre delicado, sutil y hermoso, de ritmos tenues que en ocasiones invitaban al baile ingr¨¢vido, Meitei ofreci¨® la banda sonora digital perfecta para recordar La ¨¦poca de Botchan, la rememoraci¨®n en manga de la ¨¦poca Meiji a cargo de Jiro Taniguchi y Natsuo Sekikawa, donde precisamente aparece Hearn v¨ªctima de la incomprensi¨®n del nacionalismo japon¨¦s. Un viaje a un pasado no conservado, sino actualizado y reinterpretado entre unas penumbras que hubiesen hecho feliz al Junichiro Tanizaki de El elogio de la sombra.
M¨¢s tarde, tambi¨¦n desde Jap¨®n, el azote industrial de YPY, Koshiro Hino, descoloc¨® a la audiencia porque suger¨ªa tantos patrones de baile que cada cual escogi¨® el suyo. Graves marcados que part¨ªa de la manipulaci¨®n de cintas magn¨¦ticas, otro recuerdo del pasado, en una superposici¨®n de sonidos extremos de resonancias fabriles. Fue la antesala para el directo de Ikram, desarrollado con la complicidad del propio festival. La voz de Ikram, filtrada en modo similar al autotune, cantaba en bereber, su lengua materna, mientras ritmos electr¨®nicos bailables y melod¨ªas de corte ¨¢rabe revisitaban tradiciones en clave de mujer con un lenguaje modelado por lo digital. L¨¢stima que su voz no tuviese mucha presencia, aunque el esp¨ªritu que la alimenta quedase n¨ªtidamente plasmado en un recinto que luego acogi¨® formulaciones m¨¢s de club con Loraine James y Aquarian. El pasado visit¨® el presente.
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