¡°Ha sido un volc¨¢n de rocas y de hierros¡±

Las miradas del remolino de trabajadores de Instalaciones Electr¨®nicas y Telecomunicaciones (IET), junto al cord¨®n policial de la Guardia Urbana, no presagiaban nada bueno. Con el gesto muy serio, esperaban noticias de unos de sus compa?eros tras la explosi¨®n en una compa?¨ªa qu¨ªmica cercana, que provoc¨® este martes una lluvia de cascotes en el pol¨ªgono industrial de Montsol¨ªs de Barcelona. Una de las piedras de grandes dimensiones que sali¨® despedida por la onda expansiva entr¨® en IET, hundi¨® el techo y alcanz¨® al trabajador. Poco despu¨¦s, les comunicaron lo que tem¨ªan: el hombre muri¨® por el impacto. Los Bomberos buscan a otra persona desaparecida en la explosi¨®n de Proquibasa, despu¨¦s de que un dep¨®sito de la compa?¨ªa no soportase las pruebas de presi¨®n y estallase.

¡°O¨ªmos una explosi¨®n, se fue la luz y empezaron a caer piedras, como si fuese un terremoto¡±, explic¨® uno de los trabajadores de IET, cuya nave industrial est¨¢ a 200 metros de Proquibasa en l¨ªnea recta. ¡°Yo prefiero no decir nada, la verdad, porque el sector est¨¢ muy mal¡±, zanjaba otro de los empleados, que segu¨ªan a¨²n con la sudadera de la empresa puesta y el gesto desencajado por la explosi¨®n, que les sorprendi¨® a las dos y media de la tarde.

La zona, en el barrio de la Verneda de Barcelona, colindando con Sant Adri¨¤ de Bes¨°s, parec¨ªa haber sido sacudida por un breve tornado: coches con los cristales rotos, con el morro destrozado por los pedruscos, vallas ca¨ªdas y restos de escombros en medio de la calle. El servicio de autobuses en la zona se desvi¨®. La imagen de uno de los veh¨ªculos, con las lunas rotas y el suelo repleto de restos de cristales, mostraba las consecuencias de la explosi¨®n.

¡°Ha sido un volc¨¢n, pero en lugar de lava han ca¨ªdo rocas de tres metros y hierros¡±, explicaba Brian Santos, de 25 a?os. ?l y el resto de sus compa?eros estaban trabajando en la nave industrial de la distribuidora de bambas Sivasdescalzo. ¡°Cinco minutos de piedras, con el cielo de color marr¨®n. Los techos se han venido abajo¡±, a?ad¨ªa Daniel L¨®pez, de la misma edad y empleado de la misma empresa, que vio como las paredes de la nave se pon¨ªan a temblar por la onda expansiva de la explosi¨®n en Proquibasa. Todos salieron corriendo. Hourchs Anaya, de 42 a?os, casi no se pod¨ªa creer que ninguno de ellos tuviese ni un solo rasgu?o. El Sistema de Emergencias M¨¦dicas atendi¨® a 19 personas: 13 fueron derivadas a hospitales y otras 6 recibieron el alta in situ, sin que el estado de salud de ninguna de estas revistiese gravedad.

En el otro lado del pol¨ªgono, a 450 metros andando, y a 200 en l¨ªnea recta, si se pudiesen cruzar por dentro las naves industriales, segu¨ªan los trabajadores de Proquibasa, a¨²n sorprendidos por el accidente. ¡°Suerte que nos ha pillado en el cambio de turno. Los otros llegaban a las tres, y no hab¨ªa casi nadie dentro¡±, contaba a este diario uno de los empleados, con el chaleco amarillo de Proquibasa puesto. Ellos, como los dem¨¢s trabajadores de la zona, escucharon una fuerte explosi¨®n en el exterior de la compa?¨ªa, donde tienen los dep¨®sitos verticales que estaban siendo sometidos a labores de mantenimiento.

Discretamente, los Mossos tomaban declaraci¨®n a los empleados, mientras el helic¨®ptero de la polic¨ªa catalana sobrevolaba la zona para evaluar los da?os provocados por la breve pero intensa explosi¨®n. En un primer an¨¢lisis, localizaron al menos tres naves afectadas, adem¨¢s de desperfectos en mobiliario de la zona y en los coches aparcados.

¡°No est¨¢ todo controlado, hay vertidos importantes de productos que tenemos que sellarlos para que no emanen gases inflamables que se podr¨ªan encender¡±, indic¨® Antonio Cabezas, de los Bomberos de Barcelona, sobre las tareas que segu¨ªan en la zona tras el accidente. Protecci¨®n Civil activ¨® el plan de emergencias del sector qu¨ªmico.

El episodio, aunque de menor intensidad, record¨® a la explosi¨®n en enero en Tarragona de la petroqu¨ªmica Iqoxe. Tres personas murieron, una de ellas tambi¨¦n por la onda expansiva, que despidi¨® una tapa de una tonelada, que le cay¨® encima, a m¨¢s de dos kil¨®metros de distancia, y le mat¨®.