Manos nuevas en el Banco de los Alimentos
Un centenar de personas se ofrecen como voluntarias en la fundaci¨®n ante la emergencia sanitaria
Luigi Cojazzi cambi¨® las teclas de su ordenador por cargar sacos de comida en un almac¨¦n. Italiano de 43 a?os, vive desde hace una d¨¦cada en Barcelona y trabaja como traductor literario. Un empleo que tuvo que dejar en reposo hace unas d¨ªas por el estado de alarma decretado en Espa?a por la crisis del coronavirus. No quiso quedarse en su hogar de brazos cruzados. Cojazzi es una de las casi 100 personas que ahora se han ofrecido como voluntarios en el Banco de los Alimentos, una fundaci¨®n que reparte comida a gente en situaci¨®n de precariedad alimentaria en Catalu?a. La ayuda no se detiene, incluso en los tiempos de pandemia.
Cojazzi ya conoc¨ªa la organizaci¨®n. Pero un anuncio que escuch¨® en la radio, en el que se informaba que buscaban manos extras en el proyecto, fue lo que le anim¨® a participar activamente. Desde hace dos semanas coloca cajas de pasta, arroz y patatas en pal¨¦s de los 70.000 kilos de comida que salen cada d¨ªa del banco. ¡°Es un momento agradable del d¨ªa porque te da la oportunidad de salir de casa para hacer algo ¨²til¡±, se?ala Cojazzi. El traductor comenta que no consider¨® volver a su regi¨®n V¨¦neto, unas de las zonas m¨¢s afectadas en Italia, para evitar poner en riesgo a sus padres. Su granito de arena lo aporta desde aqu¨ª.
En la fundaci¨®n catalana trabaja una decena y media de empleados y colaboran unos 270 voluntarios; muchos est¨¢n desempe?ando su labor desde sus hogares ya que son adultos mayores. El responsable de Log¨ªstica del Banc dels Aliments, Oriol Dolader, detalla que se han sumado a la iniciativa¡ªdesde el inicio de la emergencia sanitaria¡ª 98 nuevas personas. Los perfiles son variados; trabajadores extranjeros que residen en la ciudad, estudiantes catalanes o, incluso dos turistas estadounidenses que se quedaron atrapados en la capital catalana. ¡°Se les ha recomendado a los voluntarios mayores quedarse en sus casas¡°, a?ade.
El responsable describe que los voluntarios reciben formaci¨®n y protecci¨®n (mascarillas, guantes de pl¨¢stico) para evitar contagios. Con una media de 110.000 atendidos cada mes, la organizaci¨®n no ha parado sus actividades en cuarentena. Hace dos semanas, sin embargo, solo se presentaron el 75% de las entidades previstas a recoger alimentos. El reparto no se detiene y la entidad ha habilitado un apartado en su p¨¢gina web donde reciben donaciones. ¡°Pedimos recursos para poder disponer y afrontar las necesidades que van cambiando d¨ªa a d¨ªa¡±, explica su presidente, Llu¨ªs Fatj¨®-Vilas.
Sara Zamana, de 38 a?os, es otra de las personas que se han acercado al proyecto en las ¨²ltimas semanas. La mujer, tambi¨¦n italiana, trabaja en una agencia de comunicaci¨®n. Se enter¨® de que en el Banco de los Alimentos estaban ¡°buscando refuerzos¡± gracias un amigo. ¡°Vivimos un momento muy importante. Se respira una energ¨ªa en el lugar. Entre los voluntarios veo unas ganas y compromiso de ayudar que es sorprendente¡±, asevera. Zamana acude al almac¨¦n tres veces por semana y ayuda en la carga y descarga de los v¨ªveres. Cuando todo regrese la normalidad, volver¨¢ a su empleo. Aunque no descarta seguir en contacto con la fundaci¨®n desde su trabajo y el sector empresarial que la rodea.
Los voluntarios
Nombres. Luigi Cojazzi (43 a?os) y Sara Zamana (38 a?os).
Profesiones. Traductor literario y trabajadora en una agencia de comunicaci¨®n.
Qu¨¦ hac¨ªan antes de la crisis. Cojazzi trabaja desde su hogar. Es aut¨®nomo y vive en Barcelona desde hace 12 a?os. La agencia que emplea a Zamana tambi¨¦n organiza eventos corporativos.
Qu¨¦ har¨¢n cuando acabe la crisis. ¡°Lo primero que voy a hacer es salir a correr. Como muchos runners estoy extra?ando eso¡±, asegura Cojazzi. Zamana, por su parte, volver¨¢ a su empleo y procurar¨¢ estar m¨¢s en contacto con voluntariados.
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