La enfermedad que atacaba a los voluntarios
Las ONGs redistribuyen a sus cooperantes en plena pandemia porque muchos de ellos son personal de riesgo
Maria Bordas es, desde hace ocho a?os, la responsable del Departamento de Mermas del Banco de Alimentos de Barcelona. Pone en contacto supermercados con oeneg¨¦s cercanas a los establecimientos. De esta forma, las superficies les ceden alimentos ¡°que todav¨ªa se pueden consumir pero que no comercializan¡±. A los pocos meses de jubilarse cambi¨® la oficina por un voluntariado ¡ªtres d¨ªas a la semana¡ª en el Banco de Alimentos. ¡°Tengo 69 a?os. El pasado 13 de marzo nos dijeron que con nuestra edad no pod¨ªamos permitirnos el riesgo de ponernos enfermos por coronavirus y nos enviaron a casa¡±, lamenta. El caso de Bordas no es excepcional. Varias entidades, que acostumbraban a mantener sus proyectos gracias a decenas de jubilados, han tenido problemas, ya que la mayor¨ªa de sus efectivos est¨¢n dentro del colectivo de riesgo. Las peticiones de voluntarios, el ofrecimiento de universitarios y las cesiones de personal de unas asociaciones a otras han conseguido que las entidades puedan seguir llevando a cabo su labor en plena pande
mia.
El jefe del departamento de voluntariado de C¨¤ritas Diocesana de Barcelona, Isaac Compa?¨®, es claro: ¡°Nuestro voluntario, que solo en Barcelona es de entre 2.600 y 2.800 personas, era sobre todo presencial y con un 60% mayor de 65 a?os. D¨ªas antes de que se decretara el estado de alarma decidimos que ten¨ªamos que protegerles y paralizamos su actividad¡±. A partir de aqu¨ª, la organizaci¨®n eclesi¨¢stica se vio obligada a reajustar todos sus proyectos. ¡°Ten¨ªamos claro que no pod¨ªamos clausurar nuestros servicios b¨¢sicos. Proyectos, sobre todo parroquiales, que deb¨ªamos proteger porque atienden a las personas m¨¢s vulnerables¡±, defiende Compa?¨®. El jefe de voluntariado de C¨¤ritas agradece las ofertas de la solidaridad con las que la organizaci¨®n ha continuado su labor: ¡°Ha habido mucha gente que se ha puesto en contacto con nosotros para ayudar y ponerse en el lugar de los voluntarios que hemos tenido que enviar a sus domicilios. Muchos j¨®venes de la delegaci¨®n de juventud, de la agrupaci¨®n escolta, escuelas cristianas. El servicio de C¨¢ritas sigue funcionando pese a que, lamentablemente, el volumen de personas es cada vez m¨¢s elevado¡±.
Llu¨ªs Fatj¨® es el director del Banco de Alimentos de Barcelona. En cuanto el coronavirus comenz¨® a expandirse por la capital catalana, Fatj¨® se encontr¨® con el mismo problema que C¨¤ritas: ¡°La mayor¨ªa de nuestros voluntarios superan los 60 a?os. Cerramos nuestras oficinas, no pod¨ªamos poner en riesgo a nuestros voluntarios pero sab¨ªamos que era m¨¢s necesario que nunca mantener abierto el almac¨¦n de Banco de Alimentos¡±. La entidad reforz¨® las plantillas con equipos de reserva, nuevos voluntarios y j¨®venes de otras entidades. ¡°El ritmo de entregas de alimentos ha aumentado much¨ªsimo. En los 11 meses que el Banco de Alimentos estuvo abierto en 2019 ¡ªcierra en agosto¡ª se distribuyeron cerca de 16 millones de kilos de alimentos. Lo que supone una media aproximada de 1,5 millones de kilos al mes. S¨®lo en este ¨²ltimo mes hemos superado los 2,3 millones de kilos de comida entregada¡±, indica Fatj¨®. El presidente del Banco de Alimentos advierte: ¡°En 2008 la crisis fue progresiva. Ahora hay much¨ªsima gente que se ha quedado sin ingresos de golpe¡±.
El coordinador de Cruz Roja en Catalu?a, Enric Molist, asegura que su entidad se ha visto menos resentida porque la media de edad de los voluntarios de la organizaci¨®n es de entre 30 y 50 a?os. ¡°Tenemos a m¨¢s de 5.000 voluntarios en Catalu?a ayudando en esta emergencia brutal. Es necesario que se establezca pronto una renta de subsistencia porque una mala gesti¨®n de esta crisis social nos arrastra a una crisis humanitaria¡±, advierte. ¡°Hay municipios donde los voluntarios de peque?as oeneg¨¦s eran todos poblaci¨®n de riesgo. Y somos nosotros, los voluntarios de la Cruz Roja, los que repartimos alimentos, llevamos el butano a los pisos de ancianos, la medicaci¨®n¡¡±.
Maria Bordas no ha vuelto a pisar las oficinas del Banco de Alimentos desde el 13 de marzo. Aun as¨ª, ha encontrado el camino para seguir siendo ¨²til: ¡°Ahora estoy en casa cogiendo llamadas de gente desesperada. Personas a las que tengo que dirigir a otras oeneg¨¦s porque el Banco de Alimentos no reparte a particulares sino a organizaciones¡±.
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