Separatistas y lerrouxistas contra el mariscal Joffre
Cartas in¨¦ditas destapan un intento de campa?a de desprestigio hacia el h¨¦roe franc¨¦s de la Primera Guerra Mudial durante su visita a Barcelona en 1920
A mediados de febrero de 1920, el redactor del diario El Diluvio Joan Tom¨¤s Rossich alert¨® al presidente de la Uni¨® Catalanista, el doctor Joan Sol¨¦ y Pla, de la preparaci¨®n de un boicot ¡°bajo german¨®filos pretextos disfrazados de catalanismo ultraradical¡± para deslucir la visita del mariscal Joseph Joffre, h¨¦roe de la Primera Guerra Mundial, a Barcelona, prevista para la semana del 1 al 6 de mayo de 1920, ahora hace un siglo.
Una decena de cartas in¨¦ditas recuperadas por EL PA?S del fondo del m¨¦dico en el Arxiu Nacional de Catalunya muestra la punta del iceberg de una campa?a propagand¨ªstica en la que confluyeron elementos separatistas y lerrouxistas. Invitado por Josep Puig i Cadafalch, el h¨¦roe del Rosell¨®n deb¨ªa asistir a los Juegos Florales. El presidente de la Mancomunitat pretend¨ªa as¨ª continuar el flirteo del catalanismo con Francia para presionar a la monarqu¨ªa de Alfonso XIII y lograr una verdadera autonom¨ªa.
Con todo, un a?o y medio despu¨¦s del fin de la Gran Guerra, un segmento del separatismo catal¨¢n se sent¨ªa decepcionado con la Rep¨²blica Francesa. Desde sus filas hab¨ªa impulsado una importante campa?a, en volumen de papel, de internacionalizaci¨®n para conseguir que Francia y los Aliados apoyaran las demandas auton¨®micas. La supuesta participaci¨®n de 12.000 voluntarios catalanes (que eran unos mil, como demostr¨® el historiador David Mart¨ªnez Fiol) en la Legi¨®n Extranjera francesa hab¨ªa sido su punta de lanza, pero el separatismo no hab¨ªa conseguido nada.
Ante la informaci¨®n de Tom¨¤s, Sol¨¦ y Pla, alma de aquella propaganda, se vio acorralado. El esfuerzo de un lustro no hab¨ªa tenido ¨¦xito, pero como franc¨®filo no contemplaba deslucir la visita de Joffre. As¨ª, la noche del 15 de marzo uno de los integrantes de la propia Uni¨® Catalanista, la organizaci¨®n paraguas del separatismo incipiente, Josep Fern¨¢ndez Puig, fue sometido a un proceso como impulsor del boicot.
Fern¨¢ndez, de 28 a?os, amigo de otro separatista ilustre, Dom¨¨nec Latorre, con quien ya hab¨ªa ido a la c¨¢rcel, se quej¨® de ser se?alado ¡°sin ninguna base s¨®lida¡±. Se le acusaba de colaborar con un extremista del lerrouxismo, Le¨®n Roch ¡ªalias del director de la revista aliad¨®fila del republicanismo radical Los Aliados, Camil Boix Melgosa¡ª, para elaborar propaganda contraria a Joffre en un centro de esa tendencia de Ciutat Vella. Tambi¨¦n de ofrecer dinero en la misma direcci¨®n a uno de los voluntarios m¨¢s conocidos, Daniel Domingo Montserrat, que trabajaba en la Oficina de Turismo franc¨¦s en Barcelona.
Subvenciones francesas
A Fern¨¢ndez le hab¨ªa delatado otro miembro de la Uni¨® Catalanista, el viajante de comercio Josep Freixes Paquin, que le hab¨ªa acompa?ado al centro radical. El lerrouxista Roch acept¨® el juego porque ¡°la embajada ya no paga campa?as¡±. Y es que, durante la Gran Guerra, la diplomacia francesa hab¨ªa financiado publicaciones franc¨®filas, como la conocida revista Iberia, con cantidades notables. La campa?a contra Joffre, pues, un¨ªa separatistas decepcionados y lerrouxistas que hab¨ªan perdido su fuente de ingresos.
Para desactivar el estramb¨®tico complot, Tom¨¤s, en vez de publicar la informaci¨®n, convenci¨® a Fern¨¢ndez y dem¨¢s intrigantes argumentando que ¡°todo cuanto se hiciera contra Joffre lo aprovechar¨ªa el enemigo¡± porque el mariscal ¡°significa Francia¡±. Lo consigui¨® y ¨¦stos le aseguraron a mediados de marzo que ¡°en vista del disgusto que todo hab¨ªa producido entre los elementos catalanistas puros¡± dejar¨ªan de elaborar el material que preparaban.
Desarticuladas las maquinaciones propagand¨ªsticas de los extra?os compa?eros de viaje, Sol¨¦ y Pla respir¨® tranquilo. En mayo, a pesar de que j¨®venes separatistas causaron disturbios y las fuerzas de orden cargaron contra ellos, la visita de Joffre tuvo ¨¦xito. Con todo, Puig y Cadafalch no pudo presionar a la monarqu¨ªa. El Gobierno logr¨® que, antes de ir a Barcelona, el mariscal pasara por Madrid a saludar a Alfonso XIII.
Un catal¨¢n del norte, con ra¨ªces en Reus
El catalanismo pol¨ªtico situ¨® al mariscal franc¨¦s Joffre en su altar de figuras mitificadas porque hab¨ªa nacido cerca de Perpi?¨¢n, en Rivesaltes, el a?o 1852, hablaba en catal¨¢n y, por lo tanto, era considerado lo que se llama ¡°un catal¨¢n del norte¡±. Pero no era exclusivamente por su origen rosellon¨¦s que era tan querido en Catalu?a, sino porque su padre hab¨ªa nacido en Reus. Contra lo que mayormente suelen exponer las referencias biogr¨¢ficas del militar, ¨¦ste no se llamaba Gilles, sino Gil, quien hacia 1820 emigr¨® al norte de los Pirineos, donde aprendi¨® el oficio de botero. As¨ª lo certific¨® el propio militar durante su visita a Barcelona, tal como recogi¨® el diario 'La Veu de Catalunya' el 14 de enero de 1931, d¨ªas despu¨¦s de su muerte.
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