Preservar del olvido
Si pens¨¢ramos hacer un documental sobre lo ocurrido en la ciudad, probablemente deber¨¢ ser mudo, despoj¨¢ndolo de cualquier discurso que no sea lo filmado, lo que nos ahorrar¨ªa la propaganda
Debemos hacer un esfuerzo por documentar lo que est¨¢ ocurriendo en la ciudad durante esta pandemia. Hay diferentes formas de hacerlo. Una obviamente, es recurrir a nuestra propia experiencia. Otra es tal vez leyendo lo que han escrito los que tienen la ciudad como campo de observaci¨®n; o recurrir a las redes, que mezclan comentarios telegr¨¢ficos con im¨¢genes o con peque?as filmaciones, aun con los inconvenientes que suponen a veces. Pero sin duda la ciudad y la casa han sido reobservadas y se han evidenciado aspectos ligados a la realidad haciendo aflorar el peso de lo imprevisible, de lo accidental y de lo contingente.
La ciudad ha sido un documental, no una pel¨ªcula. Los protagonistas an¨®nimos han tomado el mandoLa ciudad ha sido un documental, no una pel¨ªcula. Los protagonistas an¨®nimos han tomado el mando
Particularmente lo que ha ocurrido y que parece que ya ha iniciado su desmantelamiento, prefiero verlo como un documento, como el material en bruto de una pel¨ªcula a¨²n no realizada, montada con la ayuda de pedazos de filmaciones, muchas de ellas hechas desde el tel¨¦fono, o de otras aparecidas en las noticias de televisi¨®n. Un documento que habr¨ªa que elaborar ahora, ya que, transcurrido cierto tiempo despu¨¦s del fin de esta situaci¨®n, no ser¨¢ posible. Si pens¨¢ramos hacerlo, probablemente deber¨ªa ser mudo, que no es lo mismo que sin sonido, despoj¨¢ndolo de cualquier discurso que no sea lo filmado, lo que nos ahorrar¨ªa la propaganda y lo acercar¨ªa al documental. De usar la palabra me temo que se apropiar¨ªa indebidamente de lo que ha sucedido, que es muy fr¨¢gil, y puede f¨¢cilmente convertirse en un instrumento propagand¨ªstico seg¨²n convenga.
Este documental podr¨ªa reunir los distintos acontecimientos ocurridos, muchos de ellos por ausencia literal, como en las calles, y preservar¨ªa del olvido lo que hemos vivido. Reunir las im¨¢genes de estos d¨ªas del modo m¨¢s deliberadamente ajeno como sea posible, dejar¨ªa un documento para la posteridad. Una instituci¨®n como La Virreina Centre de la Imatge, por su perseverancia en los ¨²ltimos tiempos en documentar lo cotidiano, podr¨ªa aglutinar este material, una especie de material en sucio del que cada cual pudiera extraer sus conclusiones, un material que se quedara a un paso de ser algo definitivamente elaborado, si por eso entendemos la presencia excesiva del autor. Un documento realizado por alguien que sepa el significado literal de la expresi¨®n: estar detr¨¢s de la c¨¢mara.
En la Barcelona de esta primavera los ¨¢rboles han estrenado follaje casi sin que nos di¨¦ramos cuentaEn la Barcelona de esta primavera los ¨¢rboles han estrenado follaje casi sin que nos di¨¦ramos cuenta
Hace apenas unos d¨ªas falleci¨® Carles Mart¨ª, nuestro querido compa?ero y profesor de la ETSAB. Sus escritos dejar¨¢n para siempre constancia de su pensamiento que se reflejaba sin dobleces en su manera de ser y de estar, mientras estuvo. Leerlo es descubrir un trabajo concienzudo de depuraci¨®n de la palabra, un pensamiento afilado y certero, a ¨¦l le gustaba decir preciso. Un trabajo, en cierto modo, de arquitectura rigurosa, como la que a ¨¦l le gustaba. Si cito aqu¨ª a Carles Mart¨ª es por su predilecci¨®n por las cosas esenciales, por las cosas de la vida cotidiana, y su gusto por lo discreto, como el vestir de las personas que trabajaban en la clandestinidad en los a?os duros, como la del: ¡°T¡¯he conegut sempre igual com ara¡±. Capaz de disfrutar por igual de las Variaciones Goldberg y de la ropa tendida en las ventanas del Teatro de Marcelo en Roma, del bullicio de la Barceloneta y de la ciudad vac¨ªa de las pinturas de Mario Sironi. Todas estas cosas, mezcladas con su predilecci¨®n por lo an¨®nimo, vienen ahora aqu¨ª al pensar en la Barcelona de esta primavera en la que los ¨¢rboles han estrenado follaje casi sin que nos di¨¦ramos cuenta. La ciudad ha sido un documental, no una pel¨ªcula. Los protagonistas an¨®nimos han tomado el mando a pesar de los esfuerzos de algunos. La calle ha quedado vac¨ªa de turistas, de terrazas y de manifestantes; sin embargo, los palcos del teatro de la calle est¨¢n m¨¢s llenos que nunca, ocupando el espacio de las fachadas que tradicionalmente han sido el espacio de la frontera entre el orden geom¨¦trico de la ciudad y el desorden de la contingencia de ventanas adentro. Uno de los textos m¨¢s celebrados de Carles Mart¨ª, La cimbra y el arco, hace alusi¨®n al papel de la teor¨ªa en arquitectura. La cimbra, despu¨¦s de que el arco ya se sostiene solo una vez se ha colocado la dovela, se desmonta, desaparece, porque su papel es subsidiario, pero esencial para poder construirlo. Sin embargo, adem¨¢s de la cimbra y el arco, hay un elemento m¨¢s y este es la vida, que de forma inconveniente y algo irreverente, pero dictada por la necesidad, ocupa a veces los arcos de murallas y acueductos para construir bajo su amparo monumental modestas viviendas, haciendo que la vida adquiera tambi¨¦n protagonismo. Un protagonismo an¨®nimo.
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