A la reconquista del Park G¨¹ell
El Ayuntamiento de Barcelona no sabe cu¨¢ndo se reanudar¨¢n las visitas previo pago al recinto regulado del parque de Gaud¨ª
Se han retirado los per¨ªmetros de cintas del acceso a la zona regulada del Park G¨¹ell, solo se oye una sinfon¨ªa de p¨¢jaros y el repicar de los trabajadores en las tareas de restauraci¨®n de una de las bancadas de la plaza de la Naturaleza. No hay grupos de turistas invadiendo el recinto hist¨®rico desde primera hora de la ma?ana, se puede hacer deporte y pasear con toda tranquilidad o admirar los esplendorosos jardines de los Austrias, a un lado de la salamandra de la entrada principal del parque, una de las joyas gaudinianas de Barcelona. Un parque que, en fase 1, es de disfrute en exclusiva -y gratis- de los barceloneses.
El Park G¨¹ell se reabri¨® el mi¨¦rcoles de la semana pasada, como otros parques de la ciudad que dejaron de estar confinados por la pandemia del coronavirus. Y d¨ªa a d¨ªa est¨¢ siendo reconquistado por los barceloneses. ¡°Hace a?os que no ven¨ªamos, desde que lo regularon. Vivimos en Gr¨¤cia y podemos tener la tarjeta de acceso pero no apetece, siempre hay mucha gente y muchos caminos est¨¢n a tope de manteros. Es que no se puede comparar. Ya hemos venido dos veces desde que lo han abierto¡±, explican Montse y Joan, de paseo, c¨¢mara al cuello para inmortalizar su ciudad.
No son los ¨²nicos, un par de amigas ya jubiladas hacen lo mismo. ¡°Es como si redescubri¨¦ramos el parque de toda la vida que hab¨ªa dejado de serlo. Habr¨¢ que aprovechar mientras se pueda¡±, apunta Maria Asun. El domingo pasado a mediod¨ªa eran familias con ni?os las que disfrutaban de un parque casi inaudito.
El Ayuntamiento de Barcelona regul¨® bajo precio el acceso a parte de la zona monumental del park G¨¹ell en 2013, no sin pol¨¦mica, en el mandato del gobierno de Xavier Trias, con el argumento de evitar la masificaci¨®n tur¨ªstica y de que los ingresos de taquilla revertir¨ªan en la continua rehabilitaci¨®n y mantenimiento del parque que ahora se encuentra en la segunda fase de un plan de rehabilitaci¨®n con un coste aproximado de 10 millones de euros. Esa regulaci¨®n introdujo un m¨¢ximo de aforo de 400 personas cada media hora a la plaza de la Naturaleza y la sala Hip¨®stila, con un m¨¢ximo de algo m¨¢s de 8.000 al d¨ªa. Ocurre con el Park G¨¹ell lo mismo que con la Sagrada Familia y hay miles de personas que no pagan por acceder a la zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984, pero se pasean por los caminos de las 12 hect¨¢reas. El resultado es que el parque sigue estando masificado con o sin zona regulada, salvo el ¨¢rea forestal que suele ser la m¨¢s transitada por los vecinos de El Coll, Vallcarca, La Salut, el Putxet, el Carmel y Can Bar¨®.
¡°A las 8.30 de la ma?ana esto, antes del coronavirus, ya suele estar lleno de autocares¡±, explica uno los trabajadores del control de acceso de la carretera del Carmel. Ahora, puede contar una a una las personas que entran: 78 entre las ocho y las ocho y media de la ma?ana, 62 hasta las nueve. Luego baja a 47 a partir de las diez. ¡°Se est¨¢ mucho m¨¢s tranquilo, los que vienen son de los barrios de aqu¨ª y hasta saludan. No tiene nada que ver con la presi¨®n tur¨ªstica¡±, a?ade.
Lo mismo opina otro trabajador de la empresa Barna Porters en la zona m¨¢s alta del parque en el que solo persisten precintadas las zonas de picnic. ¡°Desde que se abri¨® tambi¨¦n se han cerrado algunas sendas internas porque despu¨¦s de dos meses la naturaleza tambi¨¦n ha ganado espacio¡±, comenta. La vegetaci¨®n ha tapado escaleras y en todos los caminos hay un ir y venir constante de jardineros y trabajadores de la rehabilitaci¨®n de elementos estructurales del parque.
En 2018, el Ayuntamiento ingres¨® cerca de 18 millones de euros por las visitas al park G¨¹ell, unos ingresos que en 2020 ir¨¢n a la baja por la ca¨ªda del turismo. De momento, no hay previsi¨®n de cu¨¢ndo volver¨¢n las visitas reguladas y el control previo pago, aunque dif¨ªcilmente se reanudar¨¢n antes de que el turismo reavive, apuntan desde el consistorio.
Mientras, los barceloneses pueden reconquistar su parque estrella.
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