¡°Se ha hecho muy largo no poder salir de Barcelona¡±

Por fin. Por fin los vecinos de Barcelona han podido salir de su ciudad, aislada durante toda la crisis del coronavirus y lo que va de desescalada porque el t¨¦rmino municipal delimitaba una sola regi¨®n sanitaria. Desde este lunes, y tras la unificaci¨®n de la capital con las regiones metropolitanas norte y sur, los barceloneses (1,6 millones de personas) han podido salir de su ciudad. Una circunstancia que ha facilitado el hecho de que en Barcelona fuera festivo, la Segunda Pascua o Pascua Granada. No ha habido una estampida como la que es m¨¢s que probable que se produzca el primer fin de semana que se permita salir de la provincia, pero s¨ª movimiento. Se ha visto a vecinos cargar el coche para ir a segundas residencias en el Maresme, trenes medio llenos camino de Gav¨¤, atascos en las zonas de aparcamiento de la playa de Castelldefels e incluso colas en los parqu¨ªmetros. Renfe no ha facilitado datos, pero el Servicio Catal¨¢n de Tr¨¢fico habla de un aumento del 76% en la salida de coches respecto a este domingo.

Y los restaurantes, hasta arriba, con colas en la calle. ¡°Se ha hecho muy largo no poder salir de Barcelona. Much¨ªsimo¡±, suspiraba Alejandra del Coto, que hab¨ªa quedado con su marido y otras cuatro parejas e hijos respectivos para comer en el restaurante Casanova Beach Club. Explicaba que tienen segunda residencia en la Costa Brava y que, habitualmente, desde Semana Santa salen cada fin de semana. De ah¨ª las ganas de aprovechar el primer d¨ªa de permiso. El responsable del restaurante, Ferran Iborra, celebraba la afluencia de p¨²blico: ¡°Abrimos el primer lunes de la fase 1 y hemos llenado cada d¨ªa¡±, explicaba se?alando c¨®mo han adaptado la ubicaci¨®n de mesas en torno a una piscina casi en primera l¨ªnea de mar. Las medidas de protecci¨®n sanitarias son estrictas: control de temperatura, gel desinfectante, distancia obligatoria y mascarilla incluso en la mesa, para hablar con los camareros.

En cada restaurante y bar del paseo, historias parecidas. Y en medio, colas ante los parqu¨ªmetros y trenes de los que bajaban un centenar largo de barceloneses con ganas de salir de la ciudad en la que llevan casi 80 d¨ªas. Joaquim y Josep Antoni, amigos, tambi¨¦n buscaban restaurante. ¡°Paella o pescado¡±, lo ten¨ªan claro. Helena y Fernando viajaban en tren para visitar por primera vez a la familia de ella. Y Jordi de Miguel cumpl¨ªa este lunes 25 a?os: ha invitado a sus padres, novia, hermana y cu?ada a comer en el Tribur¨®n. Las dos chicas, por cierto, enfermeras que han visto la covid-19 de cerca: una en Vall d¡¯Hebron y la otra en Sant Pau. Una enferm¨®; la otra, no.

En el frente institucional, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que por la ma?ana ped¨ªa a la ciudadan¨ªa ¡°prudencia y responsabilidad¡± para moverse por el ¨¢rea metropolitana, se ha reunido con el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s. El encuentro, mantenido en el Ayuntamiento, ha durado casi dos horas y entre otras cuestiones las dos autoridades han acordado que la Generalitat y el consistorio trabajar¨¢n conjuntamente durante la desescalada y se coordinar¨¢n para salir de la crisis causada por el coronavirus.

Las fronteras Llobregat y Bes¨°s

La desescalada y romper el aislamiento de Barcelona tambi¨¦n ha impactado en municipios colindantes, en el lado Bes¨°s y Llobregat, donde la diferencia entre estar en la capital o en Sant Adri¨¤ o L¡¯Hospitalet es cuesti¨®n de cruzar una calle. Como la de la Riera Blanca, de diez metros de ancho y dos kil¨®metros de largo. Mirando del mar hacia la monta?a, la acera derecha es del municipio de Barcelona y la izquierda de l¡¯Hospitalet de Llobregat. Los contenedores de la basura son de diferente dise?o, las placas del nomencl¨¢tor llevan diferente escudo e incluso los aparcamientos de una acera son de pago ¨Clos de la capital catalana¨C y los de la otra no. Los vecinos siempre han vivido esta divisi¨®n con normalidad. Pese a ello, la segmentaci¨®n por regiones sanitarias impuesta por el gobierno de la Generalitat imped¨ªa, con la norma en la mano, pasar de una acera a la otra, porque supon¨ªa cambiar de regi¨®n sanitaria.

La mayor¨ªa de comercios, a uno y otro lado de la calle, estaban este lunes cerrados ya que en buena parte de los municipios catalanes era festivo. Tatuajes Blow estaba abierto. Uno de los tatuadores explicaba que no ha notado ninguna diferencia en todos estos d¨ªas. ¡°?C¨®mo, yo que vengo de Gr¨¤cia no pod¨ªa cruzar la acera durante esta semana? Pues lo debo haber hecho diez o doce veces¡±, sonre¨ªa incr¨¦dula una clienta habitual. Tambi¨¦n en la acera barcelonesa una cola de personas espera su turno en la farmacia Hormigos abierta las 24 horas. La mayor¨ªa asegura que viven en L¡¯Hospitalet y durante toda la desescalada han seguido comprando en esta botica de Barcelona.

Elena, dependienta de la panader¨ªa La Riera (tambi¨¦n en la acera de Barcelona), se sinceraba: ¡°Nadie ha cumplido nada y es normal. Los clientes de justo enfrente... ?ten¨ªan que ir a otra panader¨ªa m¨¢s lejos?¡±. La divisi¨®n de ¨¢reas sanitarias ha sido un tema de conversaci¨®n recurrente la ¨²ltima semana. ¡°Si te digo la verdad, los que m¨¢s preguntaban eran paisanos que no tienen papeles. Pensaban que si les pillaban fuera de su zona podr¨ªan tener todav¨ªa m¨¢s problemas¡±, revelaba Elena.

Daniel Ram¨ªrez mont¨® hace un a?o una tienda de ultramarinos con productos de kil¨®metro 0 a la que bautiz¨® como La Alternativa. Est¨¢ justo en el lado de L¡¯Hospitalet de Llobregat. ¡°La gente no es consciente de que cambia de municipio de una acera a la otra. Tampoco son conscientes los repartidores ni mis proveedores. Esta semana aqu¨ª la vida ha continuado sin fronteras¡±.

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