El regreso de los desahucios

¡°Mis hijos ¡ªde 3 y 7 a?os¡ª y yo llevamos un a?o y cuatro meses viviendo en este piso. Cre¨ªa que estaba pagando el alquiler al propietario pero me enga?aron. En realidad no estaba pagando al due?o sino a una persona que hab¨ªa ocupado el piso y me lo realquil¨® a m¨ª. Yo no busqu¨¦ esta situaci¨®n pero voy a luchar para que, al menos, me den un alquiler social¡±, advert¨ªa este jueves en la puerta de su casa Liliana Salazar, una mujer de 43 a?os y origen colombiano. Si no llega a ser porque cerca de 300 personas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) se plantaron en la puerta de su casa de L¡¯Hospitalet de Llobregat y paralizaron el desalojo, Liliana hubiera sido la primera persona desahuciada en Catalu?a durante el estado de alarma.

Liliana encontr¨® el pasado 2019 un entresuelo interior disponible en la Torrassa, barrio en el que viven muchos compatriotas y, adem¨¢s, por un piso de tres habitaciones, se pod¨ªa permitir el precio: 350 euros. No firm¨® ning¨²n papel con quien dec¨ªa ser el due?o del piso y acab¨® fi¨¢ndose de la persona que se .lo ense?¨®. Durante un a?o, a principios de cada mes, Liliana quedaba con esta persona y le entregaba en met¨¢lico la mensualidad. ¡°Cuando empez¨® el problema del coronavirus un d¨ªa nos cortaron el agua. Entonces fue cuando unas vecinas me dijeron que yo estaba viviendo en un piso ocupado. No lo sab¨ªa¡±, lamenta. Denunci¨® el corte del suministro y, tras acudir a los servicios sociales y acreditar que tiene dos menores a su cargo, la compa?¨ªa del agua volvi¨® a abrir el grifo.

A las pocas semanas del incidente recibi¨® un aviso de que el propietario del inmueble ¡ªun fondo de inversi¨®n vinculado a un banco¡ª hab¨ªa denunciado la ocupaci¨®n ilegal del piso. La denuncia llevaba meses en el juzgado y Liliana no hab¨ªa ni siquiera tenido tiempo para buscar otro lugar donde vivir. El juez del Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 3 de l¡¯Hospitalet de Llobregat hab¨ªa marcado la fecha y la hora en la que iba a ser expulsada de su casa: el jueves 18 de junio a las 13.00.

Pasaban pocos minutos del mediod¨ªa de este jueves cuando decenas de activistas de la PAH, junto con otros miembros de los llamados sindicatos de barrio, se dirigieron a la puerta del portal donde vive Liliana. Hac¨ªa solo unos d¨ªas que acudi¨® a la entidad reclamando ayuda: ¡°Yo trabajo limpiando pero no tengo documentos y durante la pandemia nadie me ha dado trabajo. Estoy desesperada. Siempre he pagado el alquiler a quien cre¨ª que era el propietario. Desde que me cortaron el agua dej¨¦ de hacerlo. Por favor, ay¨²denme¡±.

El n¨²mero de activistas superaba los 300 y 30 minutos antes de la hora se?alada ya hab¨ªan cortado la circulaci¨®n frente a la casa de Liliana. Los concentrados gritaban al un¨ªsono: ¡°Tenemos derecho a agua, luz y techo¡±, ¡°vecino despierta, desahucian en t¨² puerta¡± y la habitual ¡°?qu¨¦ pasa? ?qu¨¦ pasa? Que no tenemos casa¡±.

La portavoz de la PAH, Luc¨ªa Delgado, denunciaba el desalojo a pie de calle: ¡°El gobierno de Espa?a, que se autodenomina progresista, no ha hecho lo suficiente para parar los desahucios. El real decreto solo frena los desalojos a las v¨ªctimas de la covid que no pueden pagar el alquiler. No afecta ni a los hipotecados ni a las personas que han ocupado una vivienda. Por eso estamos hoy aqu¨ª, con esta verg¨¹enza. Todav¨ªa no ha acabado el estado de alarma y ya intentan echar a las personas de sus casas¡±. Delgado asegur¨® que el desahucio de Liliana ¡ªtal y como han cuantificado las PAH catalanas¡ª es el primero que se intenta ejecutar durante la pandemia. ¡°El Estado debe modificar el real decreto y la Generalitat debe presionar a los bancos para que den una alternativa de alquiler social¡±, concluy¨®.

Poco despu¨¦s de las 13.00 lleg¨® la comitiva judicial. Al ver la cantidad de activistas taponando la puerta suspendi¨® el desahucio de forma inmediata. Liliana ha ganado unas semanas de margen hasta que se lleve a cabo un nuevo intento de desalojo. Con el papel del juzgado en las manos que anulaba la acci¨®n, la mujer se fundi¨® en un abrazo con algunos de los activistas de la PAH. En el n¨²mero 100 de la calle Llobregat se volvi¨® a o¨ªr, al un¨ªsono, uno de los lemas que naci¨® en el seno de esta plataforma: ¡°S¨ª se puede, s¨ª se puede¡±.

La PAH intentar¨¢, saben que es complicado, que el banco que ha instado del desahucio deje a la mujer y a sus hijos seguir viviendo en este entresuelo interior pagando un alquiler social. ¡°No quiero quedarme algo que no es m¨ªo, ni gratis, ni nada por el estilo¡±, apunta Liliana.