Un payaso, su nieta y mucha poes¨ªa para exorcizar el virus
Bar¨® d¡¯Evel y sus artistas invitados inauguran el festival Grec con un espect¨¢culo bienintencionado, con momentos m¨¢gicos y algo deslavazado
El payaso y la ni?a se llevaron el gato al agua. Algo dif¨ªcil de evitar cuando el primero es tu padre y tu suegro y la segunda tu hija. Camille Decourtye y Bla? Mateu, los directores del compa?¨ªa Bar¨® d¡¯Evel, han concedido buena parte del protagonismo del espect¨¢culo A tocar!, que esta noche ha inaugurado el festival Grec en un anfiteatro condicionado por las normas sanitarias contra el coronavirus, a Tortell Poltrona (padre de Mateu) y a Rita, hija de seis a?os de la pareja de directores. Poltrona y su nieta han protagonizado algunos de los mejores momentos de la velada y el payaso, tras una escena en que ha hablado de la muerte como solo un clown de verdad, de los buenos, puede hacerlo, hel¨¢ndonos la sonrisa y poni¨¦ndonos los pelos de punta, ha brindado luego un bis-despedida final de antolog¨ªa cantando y haciendo corear al p¨²blico ¡°no somos nada, nada de nada¡±.
A tocar!, que vuelve a representarse hoy, ha tenido otras muchas escenas m¨¢gicas, a cargo de los anfitriones Decourtye y Mateu y de sus estupendos invitados para la ocasi¨®n: Frederic Amat, un demiurgo desdoblado en creador de una pl¨¢stica sensacional y actor con un toque peterbrookiano; Imma Colomer, actriz capaz de conjurar todas las noches de verano y a la vez, con su camis¨®n blanco, la imagen preternatural de un personaje de Poe; la bailarina Mar¨ªa Mu?oz, con sus arabescos hipn¨®ticos, sin olvidar a los m¨²sicos, la estremecedora cantante de fados Lina, Refree y el guitarrista Nicol¨¢s Lafourest. El espect¨¢culo ha gustado en general mucho a un p¨²blico reducido a 800 personas (de las dos mil de aforo), separado ins¨®litamente en sus asientos y compuesto por algunas autoridades, como la alcaldesa Ada Colau, que destacaba por su mascarilla con la leyenda LGBT, y la consejera de Cultura, Mari¨¤ngela Vilallonga, pero sobre todo por miembros de colectivos que han estado en el ojo del hurac¨¢n durante la lucha contra la pandemia y que han sido los invitados especiales de la noche inaugural (un d¨ªa desde luego para tener una emergencia y preguntar ?hay alg¨²n m¨¦dico en el teatro?). Para muchos de los espectadores que no conoc¨ªan el trabajo de Bar¨® d¡¯Evel la funci¨®n ha sido un descubrimiento, qu¨¦ digo, una revelaci¨®n. Han salido fascinados.
Por su parte, los acostumbrados a seguir la carrera de la compa?¨ªa han encontrado bastantes cosas ya conocidas en A tocar!, mucho d¨¦j¨¤ vu, desde la primera escena, con Decourtye y Mateu derrumb¨¢ndose literalmente a trozos, un efecto ya visto en Falaise, aunque es verdad que en el nuevo contexto de referencias a la pandemia y a la fragilidad humana resulta pertinente y conmovedor. El espect¨¢culo, consagrado a exorcizar el virus y el miedo y a ensalzar la cultura como instrumento salv¨ªfico, un poco como la serpiente de bronce enarbolada por Mois¨¦s en el desierto, peca de bienintencionado y obvio. Tambi¨¦n es algo deslavazado, deshilvanado. Cosa l¨®gica si se tienen en cuenta las condiciones en que ha sido creado, con los artistas separados comunic¨¢ndose de manera virtual. Hab¨ªa demasiados elementos para pegar y poco tiempo para darles homogeneidad. As¨ª las cosas, A tocar! es una especie de collage con capas y elementos que se van a?adiendo sobre el trabajo nuclear de la pareja Decourtye ¨C Mateu.
El espect¨¢culo ha comenzado, tras el lento proceso de entrada del p¨²blico, que, en filas, con las mascarillas, compon¨ªa la imagen de una pel¨ªcula de serie B sobre el embarque de la humanidad a otro mundo, con las im¨¢genes de Amat, omnipresentes, proyectadas sobre el muro de piedra, el acantilado del fondo del escenario del anfiteatro. El pintor y escen¨®grafo ha estado todo el tiempo en escena como un dj de la pl¨¢stica, componiendo sus dibujos y con intervenciones para pintar el suelo del escenario con caminos y c¨ªrculos de tiza m¨¢s o menos caucasianos.
Tortell Poltrona ha dicho varios mon¨®logos en los que bromeaba sobre la pandemia con la ligereza y a la vez la profundidad que solo puede proporcionar un payaso. A destacar la frase ¡°el Covi, ?qu¨¦ besssstia!¡±. Ha comparado la muerte con un viaje sin vuelta para el que todos tenemos billete. Glups.
Por su parte, los n¨²meros que han elegido de su repertorio Decourtye y Mateu han enfatizado las nociones de riesgo, fragilidad, reto y esperanza presentes en el montaje. Era tentador ver en las interacciones en que pasaban del amor a odio la experiencia com¨²n de las parejas en el confinamiento. Hay que advertirle a Mateu que su recurso exagerado al titubeo le est¨¢ dando un aire a lo Joel Joan. Ha habido intervenciones quiz¨¢ demasiado expl¨ªcitas sobre la pandemia y se ha echado en falta un poco m¨¢s de sutileza po¨¦tica, algo en lo que suelen ser muy buenos Bar¨® d¡¯Evel. A se?alar que precisamente esta noche, con la pol¨¦mica que ha desatado sobre el uso del castellano en TV3, la consejera de Cultura se ha encontrado con un texto muy mestizo, en el que se mezclaban catal¨¢n y castellano. Quiz¨¢ por eso presentaba un tic en la pierna: vaya d¨ªa. Por su parte, Colau ha tenido que ver c¨®mo Tortell Poltrona la interpelaba directamente desde el escenario tras se?alar los males del mundo: ¡°Alcaldesa, qu¨¨ hem de fer?!¡±.
Hay que destacar el mon¨®logo de Imma Colomer, gran actriz hist¨®rica del Lliure y en plena forma, en el que ha denunciado el espejismo de que a partir de ahora va a cambiar todo y ha pronunciado con absoluto aplomo la frase ¡°la vida es un temblor¡±. Ha sido ella la que ha destacado el poder de la cultura y ha evocado noches inolvidables de verano de las que todos esperamos que vuelva a haber muchas.
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