Sabina Pu¨¦rtolas, lirismo c¨¢lido en Peralada
La soprano y el pianista Rub¨¦n Fern¨¢ndez Aguirre cierran con ¨¦xito la oferta l¨ªrica en 'streaming' del festival ampurdan¨¦s
Ante la s¨²bita cancelaci¨®n del bar¨ªtono malague?o Carlos ?lvarez, afectado por una laringotraque¨ªtis aguda, el Festival Castell de Peralada (Girona) salv¨® la papeleta confiando su ¨²ltimo recital l¨ªrico a otra estrella espa?ola de la ¨®pera, la soprano aragonesa Sabina Pu¨¦rtolas, acompa?ada por el pianista vasco Rub¨¦n Fern¨¢ndez Aguirre. No han tenido mucho tiempo para hilvanar y ensayar el programa -el pianista, que ya hab¨ªa preparado el recital con ?lvarez, protagoniz¨® el martes otra exitosa velada junto al tenor David Alegret consagrada al repertorio catal¨¢n-, lo que a?ade m¨¦rito a un recital que, en la calurosa noche del jueves, permiti¨® disfrutar la calidad y el lirismo elegante de Pu¨¦rtolas en la intimidad de la iglesia del Carmen de la localidad ampurdanesa.
El concierto, transmitido en directo por streaming, se inici¨® con dos de las Seis baladas de Isaac Alb¨¦niz -La lontananza y Morir¨°- piezas menores, al estilo de las ariette de sal¨®n, que ganaron mucho por el lirismo contenido y el excelente control de una voz de ricos matices.
Tras una ¨²nica y prudente incursi¨®n en el repertorio barroco -un aria de Rodelinda, de Georg Friedrich H?ndel, la soprano cant¨® con musicalidad exquisita, dicci¨®n clara y preciosos colores el recitativo y aria de Susana, de Le nozze de Figaro, de Wolfgang Amadeus Mozart. El p¨²blico, que no llen¨® el aforo, ya de por s¨ª reducido para respetar las distancias de seguridad, aplaudi¨® con ganas y no ces¨® de abanicarse para aliviar la agobiante temperatura de una de las noches m¨¢s calurosas de julio.
Fern¨¢ndez Aguirre transmiti¨® desde el piano su pasi¨®n por el canto. Arrop¨® a Pu¨¦rtolas con ricos colores y una vehemencia que cobr¨® m¨¢s intensidad en las tres piezas en solitario, ya previstas en el programa de ?lvarez, que dieron descanso a la soprano. La primera fue el bello Preludio de L?arlesiana, de Francesco Cilea, pero donde se meti¨® al p¨²blico en el bolsillo fue en la segunda, Impresiones l¨ªricas, una selecci¨®n con arreglos de Carlos Imaz, en las que cant¨® con el piano p¨¢ginas de t¨ªtulos tan conocidos como El caser¨ªo, de Jes¨²s Guridi, La Gran V¨ªa, de Federico Chueca y dos canciones populares, la gallega L¨²a y la catalana Ros¨®. La tercera llev¨® el acento porte?o de Astor Piazzolla.
Un programa ecl¨¦ctico, ciertamente, con canciones, arias de ¨®pera y romanzas de zarzuela, y bien defendido, con la musicalidad y la sinceridad expresiva por delante de cualquier tentaci¨®n divista. Dos de las Canciones amatorias de Enrique Granados -Ma?anica era y Gracia m¨ªa-, la bella romanza en euskera Goizeko eguzki argiak, de Mirentxu, de Guridi y las populares Carceleras de Las hijas del Zebedeo, de Ruperto Chap¨ª, mostraron la versatilidad de la soprano en diversos terrenos estil¨ªsticos.
Pu¨¦rtolas jug¨® bien sus bazas -elegancia, acierto expresivo y teatralidad- para dar vuelo y encanto a dos joyas del bel canto rom¨¢ntico italiano, la deliciosa cavatina de Fiorilla Non si d¨¤ follia maggiore, de Il turco in Italia, de Gioachino Rossini, y el recitativo y cavatina Care compagne... Come per sereno, de La sonnambula, de Vincenzo Bellini, coronada con brillantez.
El programa se cerr¨® con la fuerza r¨ªtmica de Astor Piazzolla. Una transcripci¨®n del Verano porte?o, de las Cuatro estaciones porte?as, firmada e interpretada con intensos acentos por Rub¨¦n Fern¨¢ndez, fue el vigoroso preludio de la temperamental Yoy soy Mar¨ªa, de la ¨®pera-tango Mar¨ªa de Buenos Aires. Solo dieron una propina, el conocido Vals de Musetta, de La boh¨¨me, de Giacomo Puccini, interpretado de forma irresistible.
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