El Museo de Cera de Barcelona reabrir¨¢ este oto?o con un proyecto renovado
Personajes de la pol¨ªtica y la cultura del siglo XXI convivir¨¢n con algunos hist¨®ricos
Muchas de las 200 figuras de cera del Museo de Cera de la Rambla de Barcelona ya han salido de las salas que ocuparon durante d¨¦cadas. Unas cuantas de las m¨¢s hist¨®ricas seguir¨¢n viviendo en el palacete del pasaje de la Banca, al final de La Rambla, que se encuentra en pleno proceso de reforma despu¨¦s de que se haya hecho con la gesti¨®n una empresa especializada en proyectos y centros tur¨ªsticos y culturales. La apertura est¨¢ prevista para octubre.
Las puertas del Museo est¨¢n abiertas de par en par y es evidente que la renovaci¨®n del palacete de 1867 que fue la sede del Banco de Barcelona es total, con paredes desnudas y plafones alineados en la entrada. Los trabajos de reconversi¨®n se iniciaron despu¨¦s del fin del confinamiento con la intenci¨®n de reabrirlo con una nueva propuesta: ¡°Se est¨¢ trabajando para conseguirlo pese a las incertidumbres de estos tiempos¡±, explican fuentes relacionadas con el nuevo proyecto que lidera la empresa ALS, gestora de otros espacios culturales como el Castillo de Montju?c, el Palau Moja o la Cripta Gaud¨ª de la Col¨°nia G¨¹ell.
La renovaci¨®n del museo ser¨¢ profunda, tanto en las figuras de cera como en las salas del palacete, aunque sin entrar en elementos estructurales del edificio. De hecho, los promotores han pedido un permiso de obras al Ayuntamiento para hacer un forjado en un punto en concreto del edificio que acoge salas, como la del recital, que conserva el mobiliario y la decoraci¨®n de principios del siglo XX.
Los impulsores del proyecto apuntan que todav¨ªa se est¨¢ decidiendo qu¨¦ personajes de la colecci¨®n original se mantendr¨¢n. Lenin, Hitler, Fidel, Yasser Arafat, el Sha de Persia, el papa Juan Pablo II, Pau Casals, John Lenon, Napole¨®n, Dal¨ª, Crist¨®bal Col¨®n, Marco Antonio y Cleopatra, Bill Clinton, Carlos de Inglaterra, Charles Chaplin o Sara Montiel, entre otras, eran figuras hier¨¢ticas ante el visitante que experimentaba un cierto regreso al pasado cuando se adentraba en las salas y tropezaba, por ejemplo, con una reproducci¨®n de un submarino o una simulaci¨®n de una cabina espacial de cuando el hombre lleg¨® a la Luna, en 1969. Algo parecido ocurr¨ªa en el pasaje del terror, con personajes de filmograf¨ªa como Frankenstein y su cabina de experimentos, o la amplia escenograf¨ªa de decapitados, ahorcados o guillotinados.
Los actuales gestores no quieren avanzar muchos detalles sobre qu¨¦ figuras antiguas ¡°sobrevivir¨¢n¡± en las salas y si de ellas desaparecer¨¢n los espacios en los que, hace a?os, se hac¨ªan representaciones teatralizadas. ¡°Ser¨¢ un museo de cera del siglo XXI, aunque es cierto que es dif¨ªcil definir eso por la falta de referentes¡±, reconocen. Y es que los museos de cera no son frecuentes. El m¨¢s importante y referente internacional es el Museo Madame Tussauds con la sede central en Londres y el que tiene la mayor colecci¨®n de figuras de cera del mundo.
El anclaje a un pasado y sus referentes, desconocidos o que pod¨ªan ser irreconocibles para buena parte del visitante actual por motivos generacionales, influy¨® en la progresiva ca¨ªda de los visitantes al Museo de Cera que empezaron a bajar de los 200.000 en los primeros compases del milenio a menos de 150.000 en 2018. El Museo de Cera abri¨® sus puertas en 1973 por iniciativa del arquitecto y escen¨®grafo Enrique Alarc¨®n y art¨ªfice de la colecci¨®n.
Hace un a?o, ante el descenso de ingresos¡ª algunos ven¨ªan de otras actividades como el alquiler de las salas y acogi¨® una parte del rodaje de la pel¨ªcula Wax¡ª, el edificio del Museo de Cera se puso en venta. No hubo nadie interesado en esa operaci¨®n y, finalmente, la f¨®rmula pactada ha sido la del alquiler del espacio a la sociedad que asumir¨¢ su explotaci¨®n.
Adem¨¢s del Museo, las otras dos piezas que compon¨ªan el equipamiento son el Bosc de les Fades, el bar ubicado justo al lado y ambientado acorde con el nombre que abri¨® en la Barcelona postol¨ªmpica, y el Passatge del Temps, una tienda que vend¨ªa objetos curiosos y de dise?o. El bar ha reabierto sus puertas en las ¨²ltimas semanas y funcionar¨¢, tambi¨¦n, como el bar del museo cuando reabra.
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