Agosto de langostas sin due?o
Es Mercadal, en el centro de la isla de Menorca, sobrevive gracias al turismo nacional y el compromiso y vitalidad de sus vecinos
Hay plazas de pueblo que hablan. Hablan de sus habitantes. Y de las gentes que lo visitan. De la salud y los h¨¢bitos de sus mayores; de noches de tertulia a la fresca a la puerta de casa. De la alegr¨ªa de sus ni?os; de veranos con salitre y helado de dos bolas. De inviernos de ensaimadas rellenas. De chocolate o de crema. De sobrasada menorquina. Todas, eso s¨ª, de Cas Sucrer. Es Mercadal (Menorca) tiene dos plazas que hablan a voz en grito. En la de la Constituci¨®, son las terrazas las que animan el cotarro y funcionan de term¨®metro. Cuando entre las mesas del Tapas y de Ca¡¯n Bep apenas quedan los dos metros de distancia de seguridad exigida este 2020 es que vuelve a ser verano. Aunque haya tenido que despertar este verano de mascarillas e hidroalcoh¨®licos sin el popular jaleo ¡ªcelebraci¨®n de origen medieval protagonizada por caballos, muchos de ellos de raza aut¨®ctona mallorquina¡ª, sin caballos ni caixers desfilando por sa pla?a al son de la banda municipal. Con unas fiestas con menos fiesta, con toque de queda ¡ªlos bares se cierran a las dos de la madrugada, que no est¨¢ tan mal¡ª y conciertos solo en petit comit¨¦, sin barra ni baile.
En la plaza del Pare Camps, un poco m¨¢s arriba, al otro extremo del Carrer Nou, se levanta el mercado cada jueves desde hace d¨¦cadas y d¨¦cadas. Lo hace tambi¨¦n este verano, aunque es un mercado en versi¨®n reducida: de las 130 o 140 paradas de otros a?os, no hay m¨¢s de 40 este a?o, solo con producto alimentario y representaci¨®n de los comercios del pueblo. Si en invierno la quietud de la plaza la rompen los alumnos del colegio a media ma?ana, a la que las clases terminan son tambi¨¦n ellos y sus patinetes, ellos y sus bicis, los que dan color a un pueblo lleno de vida, gracias tambi¨¦n a la terraza de Es Gurug¨², local m¨ªtico. Incluso en tiempos de coronavirus. Porque aunque julio ha llegado algo tarde a la isla, agosto vuelve a respirarse tan plet¨®rico y animado como siempre. Y eso que la covid-19 ha dejado en el municipio m¨¢s muertes de las deseadas, afectado como se vio el geri¨¢trico municipal, con m¨¢s de la mitad de sus internos infectados.
Hoy, cuando el est¨ªo cae a plomo sobre una y otra plaza, cuando ya cuesta m¨¢s encontrar una mesa libre para la cena y los pescadores tienen excedente de langosta, solo unos pocos vecinos miran con recelo a los reci¨¦n llegados por miedo a nuevos rebrotes. Hay otros que empiezan a respirar algo m¨¢s tranquilos mientras conf¨ªan en que la crisis sea menos crisis. Hombres como Toni, propietario del restaurante Las Vegas, siempre tan atento con los habituales como con los clientes que est¨¢n de paso, consciente como es de que la salud del pueblo depende de que los vuelos vuelvan a llegar a Menorca llenos de turistas.
Los de Mercadal, en pleno centro de la isla, a las faldas del monte Toro ¡ªel punto m¨¢s alto de Menorca, a 357 metros sobre el nivel del mar¡ª son, sobre todo, espa?oles, especialmente de Catalu?a, muchos de ellos reincidentes y unos cuantos propietarios. Por eso, los apartamentos y segundas residencias est¨¢n todos llenos ya en agosto. Las casas de Fornells, ya en la playa ¡ªmagn¨ªfica su bah¨ªa, imprescindible la langosta a la brava, con huevos y patatas fritas de Sa Llagosta¡ª, est¨¢n tan llenas como lo estuvieron el ¨²ltimo verano. Es m¨¢s, se han disparado las solicitudes de empadronamiento en el municipio. ¡°Muchos quieren asegurarse de que si vuelve el confinamiento el encierro, al menos, les pille aqu¨ª¡±, relatan fuentes del consistorio. Son pues otras zonas de la isla, normalmente repletas de turistas brit¨¢nicos, las que est¨¢n acusando m¨¢s la crisis sanitaria.
Claro que, siempre se sacan experiencias positivas en los momentos duros. Levantado el estado de alarma, los menorquines pudieron disfrutar de sus playas, de sus aguas cristalinas y color turquesa, como hac¨ªa a?os no recordaban. Eso s¨ª, sin muchos lujos. La incertidumbre ha llevado a los empresarios a renunciar a la renovaci¨®n del contrato y la costa de Es Mercadal se ha quedado sin tumbonas ni sombrillas. La Menorca de junio y primera quincena de julio ha vivido el est¨ªo m¨¢s silvestre y tranquilo de los ¨²ltimos a?os, una suerte para aquellos que se preocupan (y son muchos los menorquines) por conservar un escenario tan salvaje y bello como necesitado de protecci¨®n. Porque Es Mercadal, y Menorca, ser¨ªan otros sin los que dan vida a sus plazas todos los d¨ªas del a?o.
Una iglesia del siglo XIV y un santuario
Poblaci¨®n. M¨¢s de 5.000 habitantes en todo el municipio. Mercadal tiene 2.000, el doble en verano.
Actividades econ¨®micas. Turismo, agricultura y pesca.
Lugares para visitar. En el centro del pueblo se encuentra la iglesia parroquial de Sant Mart¨ª (siglo XIV), de estilo renacentista. Visitar el Santuario de la Mare de D¨¦u de Toro (siglo XVII), patrona de Menorca, es una actividad de obligado cumplimiento. Las vistas son maravillosas.
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