Reentrada en la atm¨®sfera
Me parece que amenazan mucho m¨¢s nuestras libertades, empezando por el derecho a la vida y a la salud, los miles y miles de personas que de botell¨®n en botell¨®n mantienen activa la Covid
La reentrada en la atm¨®sfera es un movimiento por el cual una nave espacial regresa del espacio exterior para reintegrarse en nuestra atm¨®sfera. Si los cient¨ªficos no han calculado muy exactamente el ¨¢ngulo de aproximaci¨®n para una correcta reentrada (ni muy vertical ni muy horizontal) el artefacto se desintegra, o rebota y vuelve a una trayectoria infinita hacia las profundidades del espacio, lo cual es una mala noticia.
Sirva el ejemplo para dar una mirada ¡°fin de agosto¡± al Covid, la pandemia en curso. Agosto podr¨ªa haber servido para reflexionar sobre nuestras vivencias de los ¨²ltimos seis meses, y hacer un balance de los que han (hemos) dicho o hecho unos y otros. En mi caso, el ocho de marzo, domingo, asist¨ª a una convivial cal?otada con setenta y cuatro comensales, ya se hablaba aqu¨ª y all¨¢ del famoso virus que parec¨ªa venir de China, y en general la gente se refugiaba en ¡°una gripe m¨¢s, ya se sabe¡¡±.
Cuando las cifras empezaron a mejorar, hubo dos reacciones, por un lado de alivio, por el otro apunt¨¢ndose el tanto
Solo uno de los invitados, m¨¦dico, se nos acerc¨® y dijo que eso que ven¨ªa, ya estaba aqu¨ª, y probablemente ser¨ªa una cosa de grandes proporciones. Ni caso, pero el trece de marzo nos confinamos. Luego entramos en una fase que ya fue cada vez m¨¢s desagradable, pero vista desde ahora fue grotesca, en que una buena parte de la clase pol¨ªtica y no pocos opinadores se dedicaron a denigrar al Gobierno, recuerden a un dirigente del PP hacer mofa del ¡°ministro fil¨®sofo¡± o a un lugarteniente de Torra insistir una y otra vez en que ¡°El Gobierno de Espa?a¡± (tono deliberadamente engolado con pretensi¨®n de chistoso) no nos dejaba ir un paso por delante ¡°en su af¨¢n recentralizador¡±.
Cuando las cifras empezaron a mejorar lentamente, hubo dos reacciones simult¨¢neas, por un lado de alivio, por el otro apunt¨¢ndose el tanto (cada gobierno auton¨®mico a su aire). Y entonces, dentro de una aprehensi¨®n creciente por la dimensi¨®n del Covid, se empez¨® a hablar de que ¡°en octubre habr¨ªa otro brote¡±, e incluso se organizaron turnos vacacionales veraniegos de los sanitarios con tal perspectiva. El segundo brote ya est¨¢ aqu¨ª porque el Covid no se ha ido. ?Han fallado las autoridades? En realidad los que han tenido que tomar decisiones no lo han tenido f¨¢cil y unos y otros han ido haciendo lo que han podido. Unos mejor que otros, y no podemos dejar de subrayar la portentosa calma y seriedad en su gesti¨®n de personas como el doctor Sim¨®n y el ministro Illa (y por supuesto algunos m¨¢s en otras instituciones), as¨ª como la visible mejora en la gesti¨®n m¨¦dica del problema.
Cap¨ªtulo aparte merecen bastantes opinadores, y esto ha sido un fen¨®meno global, que dedicaron desde el primer d¨ªa mucha energ¨ªa y no poca tinta a advertir que todas las medidas legales que tomaban las autoridades, en realidad eran una amenaza para nuestras libertades, sobre todo la individual. Se ha resucitado a Foucault de modo m¨¢gico, o el fil¨®sofo italiano Agamben diciendo, cuando las filas de ata¨²des llenaban ya el norte de Italia, que todo esto era m¨¢s o menos una ¡°trampa medi¨¢tica¡± para alienarnos a todos, como aquel fil¨®sofo franc¨¦s que en 1991 escribi¨® que la Guerra del Golfo (contra Irak) ¡°no hab¨ªa tenido lugar, hab¨ªa sido un videojuego¡±.
Si lo que ha pasado y pasar¨¢ no merece algo m¨¢s de lealtad institucional, el ¨²ltimo que apague la luz
A m¨ª, la verdad, me parece que amenazan mucho m¨¢s nuestras libertades, empezando por el derecho a la vida y a la salud, los miles y miles de personas (j¨®venes y no tan j¨®venes) que de botell¨®n en botell¨®n y de fiesta en fiesta , mantienen activos el Covid y propician su nueva curva ascendente. Entre tanto hemos visto cosas dignas de menci¨®n, como alguna manifestaci¨®n de la extrema derecha en el barrio de Salamanca de Madrid cantando Bella Ciao. Al se?or Torra y al se?or. Puigdemont hablando de confrontaciones inteligentes con el Estado y de llevar el tema de la Independencia de Catalu?a a¡ Europa (de momento a Prada de Conflent).
Y luego, el desconcierto leg¨ªtimo por sectores de actividad social. ?Qu¨¦ pasar¨¢ en pocos d¨ªas con la vuelta a los colegios, a las universidades, qu¨¦ pasar¨¢ con muchos bares, restaurantes y peque?as empresas, qu¨¦ suceder¨¢ con todas las modalidades que tenemos (incluso los jubilados) de ¡°reingreso en la atm¨®sfera¡± de oto?o? El desconcierto es el nuevo paradigma, a una escala sin precedentes. Si lo que ha pasado y pasar¨¢ no merece algo m¨¢s de lealtad institucional, el ¨²ltimo que apague la luz.
Con todo, queda alg¨²n destello de iron¨ªa deslumbrante como esa pintada en una pared del Carmelo: ¡°Para Juan Mars¨¦, ?un funeral como el de Durruti!¡±.
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