En blanco y negro
ERC deber¨¢ explicar si opta por repetir el mismo pacto de Govern, con unos socios que apuestan por la radicalizaci¨®n y por el bloqueo. Una f¨®rmula fracasada que garantiza que el pa¨ªs acabe en decadencia
Un tuitero an¨®nimo y ocurrente colg¨® una foto de algunos contenedores quemando despu¨¦s de las manifestaciones de protesta por la inhabilitaci¨®n de Quim Torra por parte de los tribunales. Solo a?adi¨® un breve mensaje: ¡°Yo esto lo veo en blanco y negro¡±. No era una cr¨ªtica, solo una constataci¨®n.
El an¨®nimo caz¨® al vuelo una incongruencia pol¨ªtica y temporal que empieza a ser manifiesta. La ¨²ltima encuesta del Centro de Estudios de Opini¨®n (CEO), le pone cifras: en un a?o se ha invertido el orden de las preocupaciones mayoritarias de la ciudadan¨ªa catalana, y se ha antepuesto la gesti¨®n (un 56%) a la resoluci¨®n del ¡°problema entre Catalu?a y Espa?a¡± (un 39%), seg¨²n reza literalmente la pregunta formulada por el instituto de la Generalitat. El estudio revela m¨¢s cosas: un porcentaje relativamente mayoritario (un 33%) cree que los servicios funcionan mejor si son gestionados directamente por la administraci¨®n, frente a los que creen que el resultado ser¨ªa igual si fueran empresas u organizaciones (un 30,9%) o los que creen que ser¨ªa mejor que los gestionaran empresas privadas (un 22%). Tambi¨¦n es significativo el porcentaje de quienes se declaran favorables a un aumento de impuestos, que se encumbra hasta el 38,9%, casi atrapa a los partidarios de mantener el nivel actual (41,3%) y desbanca claramente la opci¨®n favorable a una rebaja, que se queda con un m¨ªsero 14,3%. Pero hay m¨¢s: aunque en la mayor¨ªa de los aspectos desglosados (con la significativa excepci¨®n de la vivienda y la temporalidad del trabajo) el gobierno de la Generalitat obtiene resultados discretos, un perentorio 60% de los encuestados expresa que no cree que el Ejecutivo actual pueda resolver los problemas a los que se enfrenta el pa¨ªs.
Son datos que hay que leer con atenci¨®n porque marcan de facto el terreno de juego de las pr¨®ximas elecciones: priorizaci¨®n de la gesti¨®n de las competencias existentes, cuidado y fortalecimiento de los servicios gestionados de manera p¨²blica, y disposici¨®n a mantener o incluso aumentar la presi¨®n fiscal. E, incluso manteniendo una atenci¨®n sostenida a la cuesti¨®n territorial, existe una convicci¨®n de que la f¨®rmula de gobierno actual es inadecuada para hacer frente a los retos que vienen. Es preciso que todas las fuerzas pol¨ªticas que aspiran a representar a la ciudadan¨ªa tomen nota de que la sociedad est¨¢ haciendo una lectura precisa de la situaci¨®n.
La gesti¨®n de la pandemia (56%) preocupa ahora m¨¢s que la resoluci¨®n del ¡°problema entre Catalu?a y Espa?a¡± (39%)
Algunos han empezado a hacerlo, desde sus propias perspectivas: de otra manera no se explicar¨ªa que una parte del mundo postconvergente (en sus diferentes declinaciones del PDeCAT o del reci¨¦n creado PNC) se haya situado en este escenario, recetando moderaci¨®n y defensa de los intereses tradicionales de las clases medias y medio-altas. La otra parte, Junts per Catalunya, que justo en estos d¨ªas culmina su constituci¨®n como partido, ha decidido en cambio tirar de ¨¦pica e intentar ser estructuralmente un nacionalpopulismo m¨¢s, que ¡ªcomo pasa en otros pa¨ªses, y con buenos resultados¡ª intenta canalizar con una narrativa irredentista el descontento y el miedo al futuro. Todo es impredecible, pero a d¨ªa de hoy, con la ponencia pol¨ªtica aprobada la semana pasada y las declaraciones displicentes en torno a la utilidad de las instituciones de las que disponemos, los de Puigdemont parecen haber apostado por esta v¨ªa.
Del PP y sobre todo de Ciudadanos, a¨²n no se tienen noticias de c¨®mo encarar¨¢n la campa?a. Para estos ¨²ltimos el conflicto territorial ¡ªde manera similar a los partidos independentistas¡ª ha sido en los ¨²ltimos a?os gasolina electoral y se tendr¨¢ que ver c¨®mo se acaban de reubicar, en una coyuntura especialmente complicada dado el intento de viraje que est¨¢n haciendo en el tablero estatal.
El PSC y los comunes en realidad han intentado siempre llevar el debate en el marco de las pol¨ªticas concretas. Es probable que tengan coincidencias, ya que intentar¨¢n presumir de la pol¨ªticas sociales que est¨¢ haciendo el gobierno estatal que comparten. Y tambi¨¦n tendr¨¢n alguna discrepancia. M¨¢s que vaporosa, en torno a la forma de Estado o a la salida al conflicto territorial, y m¨¢s concreta, sobre la intensidad del cambio de pol¨ªticas en sentido redistributivo (pi¨¦nsese en la ley sobre regulaci¨®n de alquileres).
La CUP mantiene cierta confusi¨®n: ha dicho que est¨¢ para compartir gobierno a la vez que apela a una fantasmag¨®rica ruptura sostenida en el tiempo.
La inc¨®gnita m¨¢s importante tiene que ver con ERC, ya que tarde o temprano tendr¨¢ que elegir, incluso antes de las elecciones. El porcentaje de sus propios votantes que consideran que el Govern actual no es capaz de resolver los problemas del futuro es id¨¦ntico al de la media de la ciudadan¨ªa. Deber¨¢ explicar si hace caso a los suyos o si opta por repetir el mismo pacto, con unos socios que apuestan por la radicalizaci¨®n nacionalista y por el bloqueo. Una f¨®rmula fracasada, que la ¨²nica cosa que garantiza ¡ªlejos de impensables intervenciones internacionales y escenarios de independencia¡ª es que el pa¨ªs acabe en decadencia. En blanco y negro.
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