Los presos del ¡®proc¨¦s¡¯, entre Marchena y S¨¢nchez
Un a?o despu¨¦s del fallo, el Supremo debe fijar el r¨¦gimen penitenciario de los pol¨ªticos, que aguardan un posible indulto
Un a?o despu¨¦s de la sentencia, que se cumpli¨® ayer, los nueve presos del proc¨¦s tienen un ojo puesto en el juez Manuel Marchena y el otro en el presidente Pedro S¨¢nchez. Sus condiciones de vida en la c¨¢rcel dependen del Tribunal Supremo, pero sus opciones de alcanzar la libertad definitiva antes de tiempo est¨¢n en manos del Gobierno por la v¨ªa del indulto. Mientras, los presos ¡ªque llevan cerca de tres a?os en la c¨¢rcel, desde que ingresaron en prisi¨®n preventiva tras la declaraci¨®n de independencia de octubre de 2017¡ª no pierden la fe en Estrasburgo, convencidos de que la justicia europea les dar¨¢ la raz¨®n.
El Supremo, que les conden¨® a penas de entre nueve y 13 a?os de c¨¢rcel por sedici¨®n y/o malversaci¨®n ¡ªunas penas consideradas excesivas por la mayor¨ªa de partidos representados en el Parlament, independentistas pero tambi¨¦n Catalunya en Com¨² Podem y el PSC¡ª, tiene la ¨²ltima palabra sobre el r¨¦gimen penitenciario en el que deben cumplir la pena: o la semilibertad que propugna la Generalitat o el r¨¦gimen ordinario (cerrado) que defiende la Fiscal¨ªa.
El tercer grado (semilibertad) supondr¨ªa un alivio para los presos, porque les permitir¨ªa pasar el d¨ªa fuera y regresar a la prisi¨®n solo a dormir entre semana. Ya disfrutaron de ¨¦l, de hecho, durante dos semanas, hasta que a los siete presos varones les fue suspendido por decisi¨®n de un juez de vigilancia penitenciaria, a la espera de que se pronuncie el Supremo (las dos mujeres presas siguen en ese r¨¦gimen abierto). El segundo grado (el ordinario, en el que cumple la mayor¨ªa de presos en Espa?a) ser¨ªa un rev¨¦s tras un a?o de altibajos en el que han disfrutado de cierta libertad: antes del tercer grado la Generalitat les aplic¨® durante un tiempo el art¨ªculo 100.2 del reglamento penitenciario, autoriz¨¢ndoles salidas diarias para trabajar, hacer voluntariado y cuidar a familiares.
En todo caso, lo esencial para los pol¨ªticos presos ¡ªla perspectiva de ser puestos en libertad¡ª no va a depender tanto de la justicia como de la pol¨ªtica. El Gobierno de Pedro S¨¢nchez ha empezado ya a tramitar las peticiones de indulto cursadas por abogados, colectivos profesionales, sindicatos, partidos pol¨ªticos y hasta tres expresidentes del Parlamento catal¨¢n. La primera de ellas, y la que est¨¢ en la mesa del Ministerio de Justicia, es la del letrado barcelon¨¦s Francesc Jufresa, que solicita el indulto total o parcial para los nueve pol¨ªticos encarcelados al considerar ¡°desproporcionadas¡± las penas.
La publicaci¨®n de la sentencia, hace un a?o, fue recibida con ira y fuego en las calles de las principales ciudades catalanas. Durante siete d¨ªas se sucedieron incidentes, algunos graves, en Barcelona y el resto de capitales de provincia. Lo que empez¨® como un rechazo en¨¦rgico a la condena de los pol¨ªticos ¡ªque buena parte del independentismo daba por descontada aun antes de empezar el juicio¡ª tom¨®, con el paso de los d¨ªas, un cariz antipolicial, y los enfrentamientos entre manifestantes y Mossos d¡¯Esquadra fueron especialmente virulentos.
El indulto es una prerrogativa del Gobierno. Este debe escuchar a las partes interesadas ¡ªincluido, en este caso, el Tribunal Supremo¡ª, pero eso no deja de ser un tr¨¢mite porque la ¨²ltima palabra la tiene el Ejecutivo. Descartada la posibilidad de una amnist¨ªa, que no tiene encaje en la Constituci¨®n, el indulto es la ¨²nica baza de S¨¢nchez para apaciguar al independentismo.
Altibajos
La tramitaci¨®n del indulto puede durar meses; la decisi¨®n sobre el tercer grado no deber¨ªa alargarse tanto. En solo un a?o, la situaci¨®n penitenciaria de los presos ha sufrido altibajos. La Generalitat les concedi¨® en febrero salidas diarias con el art¨ªculo 100.2, que fue avalado en l¨ªneas generales por los jueces de vigilancia penitenciaria aunque con la dura oposici¨®n de la Fiscal¨ªa. Pero un ¨²nico caso, el de la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, lo cambi¨® todo: un juez decidi¨® enviar el recurso al Supremo, que carg¨® contra el 100.2 y se declar¨® competente, como ¨®rgano sentenciador, para decidir sobre la situaci¨®n penitenciaria del resto de presos.
En julio, el Gobierno catal¨¢n fue un paso m¨¢s all¨¢ y aplic¨® a los pol¨ªticos el r¨¦gimen de semilibertad. Pero el pronunciamiento contundente del Supremo tuvo su peso. Cuando la Fiscal¨ªa recurri¨® la medida, los jueces tomaron caminos divergentes. El que atiende los asuntos de la c¨¢rcel de Lledoners (Barcelona), donde permanecen los siete presos varones, suspendi¨® temporalmente el tercer grado hasta que el Supremo se pronuncie. Por eso el exvicepresidente Oriol Junqueras; los exconsejeros Ra¨¹l Romeva, Jordi Turull, Joaquim Forn y Josep Rull; y los activistas Jordi S¨¤nchez (ANC) y Jordi Cuixart (?mnium) est¨¢n ahora en r¨¦gimen cerrado y sin salidas. Carme Forcadell y la exconsejera Dolors Bassa, por el contrario, siguen gozando del tercer grado porque el juez competente no lo suspendi¨®, y su caso a¨²n no est¨¢ en la mesa del Supremo.
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