¡°En dos d¨ªas, volver¨¢n a ser invisibles¡±

Ning¨²n funcionario pis¨® la nave de Badalona engullida por las llamas el mi¨¦rcoles. Ninguna administraci¨®n ofreci¨®, en m¨¢s de una d¨¦cada, una vivienda alternativa, digna. Pero donde no lleg¨® lo p¨²blico lo hicieron las asociaciones humanitarias, bal¨®n de ox¨ªgeno para los migrantes subsaharianos que transformaron un edificio de oficinas abandonado en su casa.

Cruz Roja estuvo en primera l¨ªnea. En 2017 firm¨® un convenio con el Ayuntamiento de Badalona ¡ªgobernado por Dolors Sabater, de los comunes¡ª para atender los asentamientos en la ciudad. La entidad logr¨® que algunos migrantes se empadronasen en el municipio, requisito para ¡°acceder a un m¨ªnimo de servicios, como la asistencia sanitaria¡±, explica Toni Vinagre, de Cruz Roja. Admite que la ayuda no es la soluci¨®n a largo plazo, pero al menos ¡°mejora las condiciones de vida¡± de ¡°gente que pasa fr¨ªo, tiene hambre, se moja¡±. ¡°Les llev¨¢bamos comida, medicamentos, jab¨®n y lej¨ªa, para que tuviesen las condiciones m¨¢s dignas posibles¡±.

Tras el incendio en el n¨²mero 598 de la calle Guifr¨¦, en un barrio en plena transformaci¨®n urban¨ªstica ¡ªviviendas antiguas y f¨¢bricas que conocieron d¨ªas mejores a cuatro calles del puerto deportivo y de una pr¨®spera fachada litoral¡ª, Cruz Roja sigue al pie del ca?¨®n. Colabora con los servicios sociales del municipio en la atenci¨®n m¨¢s urgente a los que se han quedado sin lo poco que ten¨ªan: techo, pero tambi¨¦n enseres personales, documentaci¨®n. El fuego, que mat¨® a tres personas, les ha dispersado. M¨¢s de 40 ocupantes est¨¢n en albergues de Barcelona; otros ¡°fueron recogidos por familiares o buscaron alternativas¡±, a?ade Vinagre.

Los subsaharianos, cuenta Vinagre, est¨¢n ¡°acostumbrados a buscarse la vida¡± y ¡°no suelen pedir ayuda¡±, lo que les convierte en ¡°los grandes invisibles¡± de la sociedad. ¡°Si no hacen ruido, nadie les ve¡±. Coincide con ¨¦l Angelina Lecha, portavoz de Stop Marte Mortum Badalona. Vaticina que, superada la emergencia y la lluvia de dinero ¡ªla Generalitat anunci¨® 750.000 euros extra para atender a personas sin hogar en la ciudad¡ª, caigan en el olvido: ¡°En dos d¨ªas, volver¨¢n a ser invisibles¡±. La entidad visit¨® a los migrantes, ech¨® un capote con los papeles, les llev¨® ¡°fiambreras¡± en verano. De nuevo, un parche ante un drama social que les supera. ¡°Todo pasa por el dinero, y el dinero pasa por la voluntad pol¨ªtica¡±, dice Lecha.

La ocupaci¨®n comenz¨® hace m¨¢s de una d¨¦cada, poco despu¨¦s de que las oficinas cerraran y de que una empresa comprara la nave con la expectativa de hacer negocio. Como una civilizaci¨®n naciente, el asentamiento creci¨® poco a poco. ?ltimamente eran en torno a 150, pero en 2015 hab¨ªa solo ¡°unas 20 personas¡±, calcula Ra¨²l Mart¨ªnez, de Cepaim, la primera entidad que puso pie en la nave. Ya entonces lo m¨¢s necesario era lo m¨¢s b¨¢sico: comida, ropa, documentaci¨®n. ¡°Logramos que la embajada de Senegal enviase una comisi¨®n aqu¨ª para tramitar pasaportes¡±, recuerda.

Los miembros de Cepaim se reunieron ayer para debatir c¨®mo ayudar ahora, en el d¨ªa despu¨¦s de la tragedia. ¡°La prioridad es atender a los que se han quedado fuera. El problema es que muchos se han desperdigado. A veces no aceptan ir a albergues porque viven de la chatarra y el top manta y necesitan espacio para guardar sus cosas. Como est¨¢n en situaci¨®n irregular, no pueden trabajar de otra cosa. No pueden hacer nada, no existen, son invisibles¡±.