Jordi Nadal: el disc¨ªpulo del maestro
Fue un extraordinario pedagogo, un exigente profesor que hablaba con claridad y contundencia, un provocador nato que no se plegaba a t¨®pico alguno ni a las corrientes que estaban de moda
Hace pocos d¨ªas falleci¨® a los 91 a?os Jordi Nadal Oller, el ¨²ltimo disc¨ªpulo directo de Jaume Vicens Vives que todav¨ªa permanec¨ªa vivo y relativamente activo: en este a?o ha publicado su ¨²ltima obra, fruto de una extenuante investigaci¨®n. Quien no ha sido profesor de universidad no puede saber la inmensa suerte, de verdad impagable, que es encontrarse con un gran maestro. Vicens lo fue en grado sumo y en todos los sentidos. Jordi Nadal fue su m¨¢s ejemplar disc¨ªpulo universitario.
Vicens naci¨® en 1910 y falleci¨® en 1960: cincuenta a?os de vida tan aprovechados que parece imposible que pudiera llegar a hacer tanto y que ello resultara ser tan decisivo para la historiograf¨ªa espa?ola y, en especial, para la catalana. Nunca lo conoc¨ª personalmente pero parece ser que ten¨ªa una humanidad arrolladora. Josep Pla, en su homenot sobre Vicens, dice de ¨¦l que no ¡°entraba¡± en una reuni¨®n, sino que ¡°irrump¨ªa¡±. No hace falta decir m¨¢s: ello significaba que su presencia repercut¨ªa en todo el grupo, condicionaba los t¨¦rminos de la discusi¨®n y se convert¨ªa en el eje del debate. Transformaba al conjunto con su indudable carisma. Ese era Vicens, el maestro.
Josep Pla, en su ¡®Homenot¡¯, dice de Vicens Vives que no ¡°entraba¡± en una reuni¨®n, sino que ¡°irrump¨ªa¡±
Tambi¨¦n irrumpi¨®, no simplemente entr¨®, en el mundo de la historiograf¨ªa catalana. En 1935, con solo 25 a?os, hizo frente con valent¨ªa al ataque de Rovira i Virgili, que le reprochaba ¡°no mostrar sensibilidad catalanista (catalanesca)¡± al mostrarse ¡°panegirista y vindicador¡± de Fernando el Cat¨®lico, desvi¨¢ndose as¨ª de uno de los mitos intocables del nacionalismo catal¨¢n, que consideraba a este rey, y a todos sus antecesores de la dinast¨ªa Trast¨¢mara, como los causantes de la decadencia del poder pol¨ªtico de Catalu?a por sus cesiones a Castilla. Vicens, con una buena documentaci¨®n de primera mano, replic¨® con vehemencia a Rovira acus¨¢ndolo de no hacer historia sino pol¨ªtica, en concreto pol¨ªtica nacionalista. As¨ª, reprocha a su contradictor que usara ¡°el t¨®pico conciencia nacional con una frecuencia que me hace sospechar que cre¨¦is poseer la exclusiva y sois el ¨²nico con atribuciones para otorgarla¡±. Con esta disputa se inicia un nuevo rumbo en la historiograf¨ªa catalana que solo es interrumpido, desgraciadamente, en estos ¨²ltimos decenios de una autonom¨ªa pol¨ªtica dominada por la cultura nacionalista.
Vicens Vives emprendi¨® muchas tareas: investigador, profesor, editor, divulgador, pedagogo. Yo tuve la suerte de estudiar geograf¨ªa e historia en el bachillerato con sus libros, siempre en colaboraci¨®n con Enric Bagu¨¦ o Santiago Sobrequ¨¦s. Libros de una concisi¨®n y claridad admirables. Adem¨¢s, Vicens empez¨® a formar escuela en la universidad. Sus primeros disc¨ªpulos fueron Joan Mercader, Emili Giralt, Joan Regl¨¤ y Jordi Nadal. Este ¨²ltimo, el m¨¢s joven y al fin longevo, fue quien mejor se adapt¨® a las ense?anzas del maestro, se especializ¨® primero en demograf¨ªa e inmediatamente despu¨¦s en historia econ¨®mica, en ambos campos public¨® libros de referencia, como es el caso de La poblaci¨®n espa?ola (siglos XVI al XX) y El fracaso de la revoluci¨®n industrial en Espa?a (1814-1913), basados en una labor de investigaci¨®n minuciosa, reflejada antes en un sinf¨ªn de ponencias y art¨ªculos, tal como quer¨ªa que se escribiera historia su maestro Vicens.
Nadal constru¨ªa sus tesis sobre los hechos hist¨®ricos despu¨¦s de investigar todos los documentos a su alcance
Pero, adem¨¢s, Nadal fue un extraordinario pedagogo, un exigente profesor que hablaba con claridad y contundencia, un provocador nato que no se plegaba a t¨®pico alguno ni a las corrientes que estaban de moda, sino que constru¨ªa sus propias tesis sobre los hechos hist¨®ricos de manera rigurosa, despu¨¦s de investigar todos los documentos a su alcance, conociendo bien los problemas generales de la ¨¦poca sobre la que se centraban sus estudios monogr¨¢ficos. En este sentido, su dimensi¨®n acad¨¦mica fue el eje b¨¢sico de toda su vida, casi se puede decir que no le importaron otras cuestiones, en eso fue un universitario estricto, mod¨¦lico.
Hace un par de a?os le pregunt¨¦ a su hijo Miquel c¨®mo estaba su padre, de salud naturalmente, dada su provecta edad. Me dijo que estaba regular, como era natural, pero que segu¨ªa empe?ado en vivir porque su ilusi¨®n era acabar un libro sobre la empresa que fabric¨® los autom¨®viles Hispano-Suiza, esta maravilla de coches que en los a?os veinte del pasado siglo rivalizaban con los Rolls Royce en lujo y calidad. Era un proyecto que llevaba a?os entre manos y solo faltaba rematarlo. En estos meses pasados se ha publicado el libro y Jordi Nadal, un referente para los historiadores acad¨¦micos, un trabajador infatigable, ha podido descansar definitivamente en paz.
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