Libros antiguos bajo las palmeras y los peces del Ateneu Barcelon¨¨s
La entidad recupera un espacio de 1864, realizado por el arquitecto Elies Rogent, para ubicar su biblioteca patrimonial con 45.000 vol¨²menes


Los peces del estanque del Ateneu Barcelon¨¨s no entend¨ªan nada el pasado mayo: hac¨ªa meses que no ve¨ªan a los socios y luego los trasladaron a un vivero del Montseny, del mismo modo que sus cinco palmeras vecinas (cuatro Livistona Chinensis y una Palma Canaria) eran desenterradas y sal¨ªan volando, con unas gr¨²as que salvaron seis pisos, destino al Maresme. La explicaci¨®n era la necesidad de levantar el suelo del jard¨ªn rom¨¢ntico de la entidad para impermeabilizarlo y habilitar bajo ¨¦l un espacio donde ubicar cerca de 45.000 de los vol¨²menes m¨¢s preciados de su biblioteca, en un espacio abovedado que construyera en 1846 el reputado arquitecto Elies Rogent, quien ahora dar¨¢ nombre a la biblioteca patrimonial de la instituci¨®n, en el carrer del Bot, frente a la plaza de la Vila de Madrid.
¡°El del Ateneu Barcelon¨¨s es un edificio que te devuelve m¨¢s de lo que t¨² le pones¡±, define po¨¦ticamente el arquitecto Mateu Barba, encargado de una de esas operaciones que los t¨¦cnicos recomiendan no hacer nunca: ubicar un espacio como biblioteca o archivo cerca (o debajo) de algo que genera humedad, enemigo natural del papel. Pero hab¨ªa que amortizar: ¡°El espacio de la casa es finito y las necesidades de la biblioteca no paran de crecer¡±, resume el presidente de la entidad, Jordi Casassas. La operaci¨®n, con un coste de 792.000 euros, financiados por la Generalitat y la Fundaci¨® La Caixa, cumple ambos requisitos. El espacio recupera unos bajos que formaban parte de los edificios de la colindante calle del Bot, 23-25, que dos ricos industriales de Vic, los hermanos Serra Farreras, adquirieron en la segunda mitad del XIX para ampliar el Palau Savassona, sede del Ateneu Barcelon¨¦s y declarado Bien Cultural de Inter¨¦s Nacional por la Generalitat.

La fusi¨®n de ambos inmuebles se inici¨® en 1864 a cargo del arquitecto Rogent (1821-1897), que un a?o antes hab¨ªa empezado la construcci¨®n de la Universidad de Barcelona bajo la forma de un edificio neomedieval y luego dirigir¨ªa la restauraci¨®n del monasterio de Ripoll y tambi¨¦n las obras de la Exposici¨®n Universal de 1888. ¡°Los arcos de ladrillo est¨¢n muy bien hechos, la construcci¨®n es muy buena¡±, constata Barba ante el espacio de 284 metros cuadrados originales, con un ancho de casi 4,5 metros, que se ha respetado al m¨¢ximo tras haberse despejado todos los compartimentos del antiguo almac¨¦n arrendado que cobijaba. Al final, se han conservado incluso tres de las columnas de hierro originales que lo sustentaban, si bien sin funci¨®n. La burbuja antihumedad, el gran y costoso reto de la obra, est¨¢ compuesto por media docena de capas aislantes de diversa tipolog¨ªa que separan el techo abovedado del recinto del subsuelo del jard¨ªn
Como la edificaci¨®n que ahora acoge el Espai Rogent no ten¨ªa conexi¨®n directa con los espacios principales del Palau Savassona, se ha rehabilitado el antiguo ascensor-montacargas del jard¨ªn, que ahora llegar¨¢ hasta el nuevo espacio y lo conectar¨¢ con los servicios bibliotecarios de la entidad, en la tercera planta. Los armarios compactos que alberga ya acoger¨¢n en breve unos 45.000 vol¨²menes, mayormente ¡°libros de los siglos XV al XIX, con un especial cat¨¢logo del XVIII¡±, fija Casassas. Entre los que estrenar¨¢n la sala estar¨¢n una famosa Encyclop¨¦die, de Diderot y D¡¯Alembert, del XVIII, as¨ª como unos manuscritos de unos c¨¢nticos de Petrarca, del XV, en catal¨¢n, am¨¦n de otras joyas de una biblioteca con m¨¢s de 300.000 vol¨²menes, de las m¨¢s importantes de Espa?a en manos privadas y de la que casi un 30% de su fondo no puede hallarse en ning¨²n otro centro.
El nuevo equipamiento recibi¨® ayer mismo una visita-rel¨¢mpago de la consejera de Cultura, ?ngels Ponsa, que asegur¨® que las librer¨ªas deber¨¢n seguir sin poder abrir los fines de semana (ni ning¨²n d¨ªa las de m¨¢s de 400 metros cuadrados) en la pr¨®rroga de las medidas de confinamiento y cierres de comercios no esenciales por la pandemia hasta el 24 de enero, si bien la Generalitat declar¨® el pasado septiembre la cultura bien esencial. ¡°Desgraciadamente, no hay cambios¡±, dijo la consejera, tras una mascarilla negra en la que pod¨ªa leerse, parad¨®jicamente, ¡°M¨¦s cultura!¡±.
La del nuevo Espai Rogent no ser¨¢ la ¨²nica novedad arquitect¨®nica que vivir¨¢ el Ateneu Barcelon¨¨s, ya que Casassas avanz¨® que est¨¢ previsto que en mayo se inicien obras de ¡°racionalizaci¨®n¡± del uso de la Entrada de Carruatges, el acceso principal al edificio, en la calle de la Canuda. Ser¨¢ su ¨²ltimo legado, en tanto tras dos mandatos no podr¨¢ presentarse ya a las futuras elecciones a la presidencia de la entidad, que se han de celebrar el pr¨®ximo marzo. Mientras, las palmeras ya han vuelto a su lugar; no as¨ª los peces: las restricciones por confinamiento municipal les mantienen todav¨ªa, intrigados, en el Montseny.
Un pasadizo secreto para la guerra y el amor
Hasta diciembre de 2019, el Ateneu Barcelon¨¨s tuvo alquilado el ahora Espai Rogent al otrora carism¨¢tico caf¨¦ Moka de La Rambla. Las obras han hecho aflorar de nuevo un pasadizo subterr¨¢neo que lo cruzaba y que comunicaba el hist¨®rico local con la actual plaza de la Vila de Madrid. La leyenda le atribuye, al menos, dos funciones. Una, la v¨ªa por la que se prove¨ªa de comida y armas a los guardias de asalto parapetados en el Moka cuando los 'Fets de Maig' de 1937, lo que explicar¨ªa que aguantaran d¨ªas impert¨¦rritos apuntando el edificio de enfrente, el Teatro Poliorama, donde en cambio estuvieron sin comida ni tabaco los insurgentes del POUM, como sufri¨® George Orwell, apostado en el tejado del teatro, episodio que record¨® en su 'Homenaje a Catalu?a'. La otra supuesta funci¨®n del pasadizo, en una interpretaci¨®n m¨¢s antigua y maliciosa, habr¨ªa sido la de permitir las visitas clandestinas entre las monjas del convento de Santa Teresa que hab¨ªa en la actual plaza de la Vila de Madrid y los curas de la cercana iglesia de Betlem en La Rambla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
