Un mar de falsas promesas engulle el Delta del Ebro
La desatenci¨®n que sufre el el territorio simboliza el sentimiento de abandono que sufren los habitantes del sur de Catalu?a
Por su naturaleza espectacular, clima benigno, playas kilom¨¦tricas y buena mesa, el Delta de l¡¯Ebre goza de atractivo como destino de escapada relajada. Pero con la fama no le alcanza. ¡°Siempre hemos sido un lugar de fin de semana, para venir aqu¨ª de visita y comer una paella, pero ahora es el mar el que se nos come a nosotros¡± manifiesta Llu¨ªs Soler, alcalde de Deltebre. El Delta se hunde y, con ¨¦l, zozobran las Terres de l¡¯Ebre, un territorio que concentra centrales nucleares y parques e¨®licos pero que tiene una econom¨ªa herida y un sentimiento de desatenci¨®n end¨¦mica.
En enero de 2020 el temporal Gloria asol¨® el litoral del Delta de l¡¯Ebre y el entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra, visit¨® las playas arrasadas y los arrozales anegados de salitre. Anunci¨® un ¡°plan de acci¨®n inmediato¡± para proteger la llanura de alto valor ecol¨®gico que abraza el tramo final del r¨ªo Ebro. Aquella borrasca dej¨® un rastro de da?os alarmante y sirvi¨® de amplificador de la fragilidad que sufre un territorio reconocido como Reserva de la Biosfera pero que se desmorona progresivamente bajo el empuje de las olas. ¡°La soluci¨®n no puede esperar m¨¢s¡±, proclam¨® Torra. Ha transcurrido un a?o y, Llu¨ªs Soler, alcalde de Deltebre, lamenta que las promesas no se hayan concretado en nada: ¡°estamos igual o peor¡±.Pese a que fue en L¡¯Ampolla donde se tomaron las im¨¢genes m¨¢s virales del descalabro, con decenas de atunes muertos sobre el paseo mar¨ªtimo, Deltebre concentr¨® los da?os m¨¢s cuantiosos del Gloria. La factura de reparar infraestructuras y servicios ascendi¨® a 4 millones de euros. La Generalitat le ha concedido al ayuntamiento una ayuda de 200.000 euros.
¡°Es una burla¡±, recrimina el alcalde. ¡°Nos reprochan que presentemos da?os en caminos de tierra y que no entran dentro de los supuestos, pero esto es el Delta, nos ponemos a asfaltarlo?¡±, se pregunta Soler, que lidera una lista vinculada a Junts per Catalunya. En total, los costes que ha sufrido el municipio, incluidas las p¨¦rdidas de arroceros y pescadores, suben a 11 millones de euros.El Delta languidece frente al envite del mar y los ayuntamientos, regantes, arroceros y mariscadores que viven de ¨¦l se preguntan porque la Generalitat no ha invertido los 6 millones de euros que presupuest¨® para, presuntamente, robustecer la franja costera. ¡°La protecci¨®n del litoral es competencia del Estado¡±, alega el consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat, Dami¨¤ Calvet. ¡°Estamos abiertos a colaborar y la Generalitat se compromete a aportar la misma inversi¨®n que haga el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica¡±, afirma, a la vez que denuncia de que la administraci¨®n del Estado act¨²a de manera ¡°unilateral¡±.
El Ministerio responde que ¡°no es cierto¡± que el Estado haya denegado la capacidad de actuar a la Generalitat, y que tampoco es correcto alegar que la Generalitat no est¨¦ autorizada a actuar con obras de emergencia. ¡°Con el Gloria vinieron aqu¨ª a decirnos que nos iban a ayudar, pero hemos pasado de la esperanza a la indignaci¨®n y eso es lo peor que puede pasar porque sin resolver el problema solo queda una movilizaci¨®n social¡±, critica Llu¨ªs Soler. Si alguien entiende de movilizaciones es la Plataforma en Defensa de l¡¯Ebre (PDE), una entidad que desde hace veinte a?os galvaniza un sentimiento com¨²n de los habitantes de la parte baja del Ebro: ¡°lo riu ¨¦s vida¡± (el r¨ªo es vida), es su mantra. Susanna Abella, una de las portavoces de la PDE argumenta que la reivindicaci¨®n constante, con populosas manifestaciones y marchas ciudadanas, ha sido clave para dar voz a un territorio relegado por las administraciones: ¡°nos tienen mucho m¨¢s en cuenta de lo que nos tendr¨ªan si no hubiera movilizaci¨®n ciudadana pero, pese a ello, se nos escucha menos de lo que merecemos¡±. La PDE ha logrado armar un frente com¨²n para frenar trasvases que adelgazaban los caudales en la desembocadura.
A¨²n hoy, evocar el controvertido Plan Hidrol¨®gico Nacional (PHN) que pactaron en 2001 el PP de Aznar y la CiU de Pujol equivale a mentar al diablo. Aquel acuerdo, paralizado luego por el gobierno de Zapatero, supuso un terremoto pol¨ªtico y los partidos responsables siguen purgando sus consecuencias. Jordi Gas era concejal por el PP en L¡¯Aldea y abandon¨® el partido por la pol¨¦mica del PHN. ¡°Independientemente de quien mande, todos dejan vendido al Delta¡±, afirma. ¡°Esta es una tierra de nadie¡±, sentencia.
La sensaci¨®n de desamparo que sufren los ebrenses es cr¨®nica.¡±El sentimiento de abandono es hist¨®rico y no es opinable, responde a una realidad¡±, se?ala Josep Caparr¨®s, alcalde por Esquerra Republicana en Sant Carles de la R¨¤pita. Las Terres de l¡¯Ebre suman 180.000 vecinos repartidos en las cuatro comarcas m¨¢s meridionales de Catalu?a. La precariedad de sus conexiones es otra de las reivindicaciones hist¨®ricas. Para llegar a Barcelona desde Tortosa y Amposta, las dos ciudades m¨¢s pobladas, hay casi 200 kil¨®metros. Si se pretende llegar en tren hay que hacerlo por una renqueante l¨ªnea que alarga el viaje hasta las tres horas.Mientras en la zona litoral las reivindicaciones se centran en el descuido del r¨ªo y de su desembocadura, en el interior los reproches tienen que ver con la acumulaci¨®n de infraestructura energ¨¦tica. En la Ribera d¡¯Ebre operan los dos complejos nucleares de Asc¨® y la Terra Alta clama para que no le planten m¨¢s parques e¨®licos.
Esta comarca concentra buena parte de los 328 molinos que hay en las Terres de l¡¯Ebre, el 40% de los instalados en Catalu?a. Tanto despliegue energ¨¦tico no evita que aqu¨ª se encuentren cuatro de los cinco municipios catalanes con la renta por c¨¢pita m¨¢s baja. Batea, con una media de 16.200 euros de ingreso anual, ocupa el vag¨®n de cola. Para escenificar el descontento por el trato que les da el gobierno catal¨¢n, el alcalde, Joaquim Paladella, lleg¨® a amenazar con pedir la anexi¨®n a Arag¨®n. La Generalitat ¡°menosprecia¡± a los vecinos, ha denunciado insistentemente Paladella.
Tras otro temporal, el Filomena, la Generalitat ha movilizado a sus consejeros hacia las Terres de l¡¯Ebre. La consejera de Agricultura, Teresa Jord¨¤, prometi¨® recientemente ayudas para paliar los da?os sufridos por los aceituneros pero sin concretar cu¨¢nto ni para cu¨¢ndo.
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