Josep Bartol¨ª y Frida Kahlo
El pintor catal¨¢n republicano tuvo otras mujeres en su vida, pero recordaba a la mexicana como una de las ¡°m¨¢s inteligentes, leales, sensibles y valientes que hab¨ªa visto en su vida¡±
![[PIEFOTO]Josep Bartol¨ª y Frida Kahlo, en una fotograf¨ªa sin fecha ni autor conocido.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WSS3WEH7T6GMOPOFAJFABJK7SE.jpg?auth=74597338f4c535569b8cce19ed151f798b686b0abf43efad49540311dc7cd773&width=414)
Ahora puede verse en nuestras pantallas un film sobre Josep Bartol¨ª, pintor e ilustrador republicano, autor de numerosos carteles antifascistas durante la Guerra Civil. En 2016 ten¨ªamos el proyecto, con Circe Ediciones, de publicar la correspondencia de Frida Kahlo a Bartol¨ª, a la cual mi buen amigo y colega Salomon Grimberg, uno de los mejores especialistas en la artista mexicana, ten¨ªa acceso y permiso para reproducir. Diversos contratiempos quebraron nuestro bello proyecto. Pero el film (de Aurel, famoso dibujante en Le Monde) me ha hecho revivir esta bella y poco conocida historia de amor.
Bartol¨ª era hijo de un profesor de m¨²sica y de una madre que muri¨® pronto. Creci¨® en la Barcelona del anarquismo, estudi¨® arte en la Llotja, y empez¨® a publicar sus dibujos en La Veu de Catalunya, Papitu y L¡¯Esquella de la Torratxa.
Las cartas de Frida revelan una gran pasi¨®n, un deseo de fusi¨®n an¨ªmica, una gran admiraci¨®n por Bartol¨ª
Al inicio de la Guerra Civil organiz¨® el Sindicato de Dibujantes Profesionales y, m¨¢s tarde, como quer¨ªa ir a la primera l¨ªnea de fuego, se alist¨® en la columna organizada por Caridad Mercader, madre de Ram¨®n Mercader, quien asesinar¨ªa el 20 de agosto de 1940 a Le¨®n Trotsky con un piolet.
Con la derrota republicana, pas¨® a Francia y fue encerrado en los numerosos campos de concentraci¨®n que los franceses ¡ªa pesar de estar gobernados por el Frente Popular¡ª improvisaron para estos ¡°extranjeros indeseables¡±. En el de Barcar¨¨s, cay¨® enfermo debido a las condiciones infrahumanas del lugar: no hab¨ªa agua corriente, los propios prisioneros tuvieron que hacer letrinas bajo la arena y la falta de comida y de higiene hizo que muchos murieran de fr¨ªo, de tifus o de disenter¨ªa.
Bartol¨ª pudo escapar y, con la invasi¨®n alemana, huy¨® de Francia con la ayuda de Josep Tarradellas. Finalmente lleg¨® a M¨¦xico, donde conect¨® con otros exiliados catalanes, como Anna Muri¨¤ y Agust¨ª Bartra, y con el grupo de artistas en donde estaban Diego Rivera, Frida Kahlo, Alberto Gironella y Vlady, el hijo de V¨ªctor Serge. All¨ª har¨ªa una gran carrera como dibujante, ilustrando peri¨®dicos y revistas como Mundo y La Capital. Y en 1944 apareci¨® su libro Campos de concentraci¨®n 1939-194¡, en el que dibujaba las tr¨¢gicas experiencias en los campos de refugiados del sur de Francia. Cuando la empresa Curtis Publishing de Filadelfia le encarg¨® ilustraciones de ciudades para la revista Holiday, Bartol¨ª se fue a Estados Unidos, y fue all¨ª donde, en agosto de 1946, inici¨® su romance con Frida Kahlo, que convalec¨ªa de una de sus m¨²ltiples operaciones.
Bartol¨ª nos fue descrito por Anna Muri¨¤ como ¡°ut¨®pico, iconoclasta y reivindicativo¡±, por su amigo Jaume Ca?ameras como ¡°gran conversador, con una gran modestia y secretismo respecto a su vida privada¡±, y por Grimberg como ¡°discreto y todo un caballero¡±. De hecho, era tal su discreci¨®n que cuando le preguntaban si hab¨ªa conocido a Frida Kahlo dec¨ªa que no.
Ambos iniciaron su romance en Estados Unidos en 1946, donde ella convalec¨ªa tras una de sus operaciones
Las cartas de Frida revelan una gran pasi¨®n, un deseo de fusi¨®n an¨ªmica, una gran admiraci¨®n por Bartol¨ª, pero tambi¨¦n un perpetuo ruego casi infantil por no ser olvidada. Su amiga Olga Campos hac¨ªa de intermediaria en esta correspondencia y cuenta que cuando le daba la carta de Bartol¨ª a Frida, esta le¨ªa y besaba la carta. Y que estaba segura de que despu¨¦s destru¨ªa esta correspondencia (Frida estaba casada con Diego Rivera, un gran mujeriego pero muy celoso). Otra de sus intermediarias era su amiga Ella Wolfe, cofundadora, junto a su marido Bertram, del Partido Comunista en Estados Unidos, a quien Frida escrib¨ªa: ¡°A ti s¨ª puedo decirte que lo quiero de verdad y que es la ¨²nica raz¨®n que me hace sentir de nuevo con ganas de vivir¡±. Con Bartol¨ª planeaban ir juntos a Par¨ªs, un viaje imposible de realizar por las condiciones de salud de la pintora. Obviamente no puedo citar estas cartas (hoy en d¨ªa en manos privadas), pero s¨ª mencionar que en una de ellas le dice: ¡°Ojal¨¢ pudiera escribirte en catal¨¢n, pero ni as¨ª podr¨ªa decirte c¨®mo te acompa?o¡±.
Seg¨²n Hayden Herrera, Frida ten¨ªa dos personalidades: una, la risue?a, llena de vida y heroica, y otra, la de una ¡°manipuladora que en parte abraz¨® el rol de v¨ªctima para ser adorada en su condici¨®n de m¨¢rtir¡±. Seg¨²n Grimberg, ¡°era maravillosa para enamorarse. Pero enamorar y amar son dos cosas distintas¡±.
Bartol¨ª tuvo otras mujeres en su vida, pero Carles Fontser¨¦ recordaba que cuando lo vio en Par¨ªs en 1947, el dibujante solo le hablaba de Frida, de quien dijo que ¡°era una de las mujeres m¨¢s inteligentes, leales, sensibles y valientes que hab¨ªa visto en su vida¡±.</CW>
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