Joan Oliveras i Bagu¨¦s: ¡°En el patrocinio hay modas y hoy la gran perdedora es la cultura¡±
El presidente del MNAC considera que el museo necesita una ley propia que le permita ser m¨¢s ¨¢gil para ser m¨¢s competitivo
El empresario y joyero Joan Oliveras i Bagu¨¦s (Barcelona, 64 a?os) es desde enero presidente del Museo Nacional de Arte de Catalu?a (MNAC), en sustituci¨®n del abogado Miquel Roca. Con las ideas claras desde el primer d¨ªa llega al cargo con ganas de sumar y conseguir que el museo sea mejor.
Pregunta. ?Qu¨¦ representa para usted presidir el MNAC?
Respuesta. Un reto muy importante en el que tengo que hacer compatible el sentido del honor con el de la humildad de considerarme eficiente en la trayectoria de esta instituci¨®n que es referencia a nivel medieval.
P. ?Cu¨¢l es el papel del presidente del patronato?
R. Presidir los ¨®rganos de gobierno del MNAC, el patronato y las comisiones ejecutivas y delegadas; en realidad, representarlo institucionalmente y dirigir los ¨®rganos de gobierno del consorcio formado por Generalitat, Ayuntamiento y Ministerio.
P. ?C¨®mo ve esa tarea?
R. Todav¨ªa no se ha producido una convocatoria del patronato desde que soy presidente. Puede ser complejo al haber tres administraciones, pero mi misi¨®n es construir consensos favorables a la instituci¨®n; eso ser¨¢ una de las principales dificultades, generar sinergias en esas administraciones que pueden diferir en sus percepciones de la pol¨ªtica cultural muse¨ªstica.
P. ?El modelo de consorcio sigue siendo v¨¢lido?
R. El consorcio no es un obst¨¢culo. El problema no est¨¢ que la propiedad se comparta, si no en el modelo de gobierno y de toma de decisiones que permita la agilidad que un museo como este necesita para competir en la liga en la que compite. El marco jur¨ªdico del MNAC necesita una ley propia que le dote de los instrumentos de agilidad y toma de decisiones que facilite esta competitividad.
P. ?Hay un modelo a seguir?
R. No hay modelo. Es una ley propia, hecha a medida. Cada museo de esta divisi¨®n tiene un modelo propio que la define. En la distancia, El Prado la tiene, que es de primera liga mundial y el MNAC, en un apartado concreto de su contenido tambi¨¦n, con la ambici¨®n de mejorar y de aumentar.
P. ?Qu¨¦ es y qu¨¦ tendr¨ªa que ser el MNAC?
R. El MNAC es el museo nacional de arte de Catalu?a y ha de ser el museo que tenga el discurso de la creatividad art¨ªstica del pa¨ªs sin l¨ªmites cronol¨®gicos. Tenemos un reto para darle visibilidad y proyecci¨®n. Hemos de incrementar su presencia internacional, sin renunciar a extender otras colecciones, como el Modernismo, el Barroco y el Renacimiento, tambi¨¦n el arte de postguerra y de los a?os cincuenta, pero con los activos actuales, no ha de renunciar a ser el museo de referencia en arte medieval.
P. ?C¨®mo lo har¨¢?
R. Necesitamos incrementar recursos, no desde la perspectiva de las administraciones p¨²blicas, sino estableciendo nuevos marcos de pol¨ªtica de patrocino rompiendo con el habitual de que todos vamos a parar a los mismos repartidores que son limitados.
P. ?Ser¨¢ una de sus labores?
R. S¨ª. Mientras no tengamos una ley que fije unas reglas de juego diferentes, crearemos, de la mano del director dos organismos fundamentales: un consejo de mecenazgo y patrocinio, para conseguir aportaciones de nuevos recursos y un consejo de reflexi¨®n estrat¨¦gica, destinado a pensar el papel del museo en una sociedad nueva postrevoluci¨®n digital y postpand¨¦mica que dibujan un mundo nuevo y dif¨ªcil de interpretar para que los museos sigan siendo un lugar donde interrogar a la sociedad.
P. ?Ha sido la pandemia una oportunidad?
R. Es el detonante de la urgencia. En un mundo con urgencias relativas, excepto el del cambio clim¨¢tico, se ha ido reflexionando con el tema del impacto digital con mucha calma y tranquilidad. Pero, de golpe, la pandemia ha acelerado estos procesos y nos permite avanzar en el sentido de que la desertizaci¨®n posible de los museos, quiz¨¢ por este impacto de lo digital, llegar¨ªa sin que se previniera como actuar frente a estos problemas.
P. ?15,9 millones de presupuesto son suficientes? ?Cu¨¢l ser¨ªa la cifra ¨®ptima?
R. El presupuesto es el que es, pero ha de aspirar a m¨¢s. Tenemos muchos proyectos para visibilizar el museo y muchas cosas que hacer. No s¨¦ cu¨¢l ser¨ªa la cifra ¨®ptima. No quiero hacer un titular f¨¢cil que no responda a un criterio serio. Hay que ser riguroso. Los presupuestos siempre son insuficientes para cualquier instituci¨®n cultural y se han de cumplimentar con recursos privados.
P. ?Qu¨¦ piensa de los presupuestos que se destinan a cultura en Catalu?a?
R. Si se llega a un 2% es peque?o [est¨¢ en un 0,7%]; hay muchas necesidades culturales, no solo para los museos enfrentados a la supervivencia para dotar a la sociedad de instrumentos de acceso a la cultura.
P. ?Qu¨¦ otros retos tienen en el museo?
R. Elementos colaterales que tienen que ver con su ubicaci¨®n, accesibilidad y ampliaci¨®n. La gesti¨®n de Montju?c tiene que ver con el uso que los barceloneses dan a la monta?a, porque siendo un magn¨ªfico jard¨ªn en mitad de Barcelona est¨¢ abandonado y con menos usos que Collserola. Y no lo tiene, porque los barceloneses no sabemos para qu¨¦ sirve y vamos a la monta?a a hacer pr¨¢cticas de conducir o a los actos que cada uno de los agentes, el MNAC, CaixaF¨®rum, la Picornell y el cementerio hacen. La monta?a est¨¢ condenada, es producto de un momento en el que se viv¨ªa de espaldas al mar, por eso es paradigm¨¢tico que las mejores vistas las tiene un cementerio. Hay que definir sus usos y llevarlos a cabo. No es un plan urban¨ªstico que salga de un departamento, sino de un dialogo que viene de una experiencia que lleve a la monta?a a ser utilizada por los barceloneses.
P. ?Tiene soluci¨®n?
R. Tenemos que esforzarnos para que los diferentes usos de la monta?a est¨¦n coordinados, porque nos interferimos, todo el mundo va a lo suyo. He comenzado a hablar con los diferentes actores y el Ayuntamiento. Con Montju?c pasa como con La Rambla; nadie est¨¢ en contra de su reforma, pero tampoco nadie est¨¢ decididamente a favor y no se considera prioritario para la ciudad.
P. ?Hablar con la idea de retomar la llamada Monta?a de los Museos?
R. Los proyectos fara¨®nicos hoy no son viables. Entramos en una situaci¨®n postpand¨¦mica de crisis social y econ¨®mica profunda. Los recursos de futuro son limitados y el pais ha de tener claras las prioridades, que han de ser culturales pero compatibles con las sociales. No se trata tanto de que sean proyectos m¨¢s o menos sobredimensionados, desde el punto de vista de las inversiones, sino que somos ciclot¨ªmicos y abandonamos los proyectos cuando entran en un cierto grado de conflicto o desacuerdo y, en cambio, lo que se ha de hace es insistir. El objetivo es afrontar los conflictos con la voluntad de construir consensos, y eso quiero decir compartir el objetivo que no ha de ser excluyente.
P. ?C¨®mo ve la relaci¨®n entre cultura y econom¨ªa?
R. La responsabilidad social de las empresas hoy es social y sanitaria. En el patrocinio hay modas y hoy la gran perdedora es la cultura. Hay que encontrar el mecanismo para reconectar empresa y cultura sin perjudicar los social y sanitario. Se han de generar recursos para mejorar la cuenta de resultados de las empresas que se planteen ayudarnos.
P. ?Una contrapartida?
R. Estamos en un mundo de intercambios en el que el mecenas altruista ya casi no existe. Tenemos que convertirnos en instrumentos atractivos para los recursos privados, que se han de buscar fuera de nuestras fronteras en empresas alejadas del mundo del arte. Pero sin pervertir nuestra funci¨®n ni nuestros contenidos, pero si ser capaces de tener departamentos de marketing internos para hacer trajes a medidas para los que tengan intenci¨®n de hacer un intercambio con nosotros. Se conseguir¨¢ m¨¢s por la v¨ªa del intercambio que pidiendo conciencia cultural a las empresas.
P. ?La boda india que cerr¨® el museo en 2013 se repetir¨¢?
R. No entrar¨¦ a valorar decisiones del pasado. Quiz¨¢ hubiera tomado la misma decisi¨®n. Cerrar un museo p¨²blico ha de ser por casos de fuerza mayor. Estamos obligados a hacer compatibles el uso, los ingresos y el inter¨¦s general.
P. ?Qu¨¦ piensa de los museos que venden obras para poder seguir abiertos o no despedir al personal?
R. Es un planteamiento que puede hacer un museo privado, no uno p¨²blico; no puede ser un mecanismo natural, se ha de evitar porque el objetivo del museo es la patrimonializaci¨®n de un pa¨ªs y eso va en sentido contrario.
P. ?Pesa sobre el museo el litigio por las pinturas de Sijena?
R. Pesa sobre toda la comunidad muse¨ªstica. Es un precedente tremendo, una gran trampa y una falsedad, que cuestiona la labor de preservaci¨®n y salvaguarda del patrimonio de todos los museos. Estas obras existen por la labor que ellos han hecho y ahora se las quitan como si su adquisici¨®n fuera por un expolio y pone bajo un prisma de reclamaci¨®n perversa las labores de futuro que puedan hacer estos museos. Obviamente estudiaremos todos los mecanismos que hagan falta para preservar la obra de arte.
P. ?Y ante una decisi¨®n judicial que obligue a devolverlas?
R. No queda m¨¢s remedio que reclamar por la v¨ªa judicial y finalmente la sentencia ser¨¢ la que ser¨¢, pero estamos abriendo esta caja de tronos. Es una mala noticia, un precedente hist¨®rico a nivel internacional, de una reclamaci¨®n de este tipo y espec¨ªficamente como se ha producido de todo el caso de Sijena. Esta es la gran reflexi¨®n colectiva que se ha de hacer m¨¢s all¨¢ del caso concreto.
P. ?Hermitage en Barcelona, s¨ª o no?
R. S¨ª, pero con condiciones. Todo lo que sea una oportunidad de incorporar nuevos elementos para la ciudad, es bueno. Pero se tendr¨ªa que afrontar desde una perspectiva diferente, apostando porque el proyecto ayude a recuperar una pieza del patrimonio arquitect¨®nico de la ciudad. Cuando comenc¨¦ el tema yo, como presidente de los Amigos de la Rambla suger¨ª al acalde [Xavier Trias] que se ofreciera el edifico de Aduanas abajo en el puerto, infrautilizado. Encuentro a faltar una visi¨®n pol¨ªtica en este tipo de oportunidad patrimonial.
P. ?Su cargo es pol¨ªtico?
R. ?Quiere decir si es de partido? No lo ha de ser nunca. Ir¨ªamos mal si sometemos la gobernanza de las instituciones culturales a los ciclos electorales. La tranquilidad de estas instituciones tiene que ir m¨¢s all¨¢ de las afinidades de partido. Entiendo que el objetivo es nombrar a la persona id¨®nea. Yo me lo he tomado as¨ª.
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