¡°No ten¨ªamos idea de la que se nos ven¨ªa encima¡±
Casi un a?o despu¨¦s del primer caso confirmado de covid en Catalu?a, Eleonora y los m¨¦dicos que la atendieron destacan la incertidumbre del momento y c¨®mo, en pocos d¨ªas, todo se desbord¨®
Eleonora empez¨® a sentir un intenso cansancio aquel s¨¢bado, 22 de febrero. Fue a trabajar igual, pero el agotamiento era tal, que hasta le costaba caminar, recuerda. Acababa de regresar de Italia de un viaje de trabajo, as¨ª que achac¨® los s¨ªntomas al trasiego de los ¨²ltimos d¨ªas. Pero el domingo empez¨® con molestias gastrointestinales y el lunes, con tos y dolores articulares. Por primera vez, brot¨® en su cabeza la amenaza de ese nuevo coronavirus detectado en China que hab¨ªa empezado a poner en jaque al norte de Italia, donde ella hab¨ªa estado. Poco cr¨¦dula a¨²n, el lunes entr¨® a las urgencias del Hospital Cl¨ªnic de Barcelona y una PCR confirm¨® el resultado: infecci¨®n por Sars-Cov-2. Aislada en el ¨¢rea de vigilancia intensiva, con fiebre y m¨¢s preguntas que respuestas barruntando en su cabeza, Eleonora se convirti¨® en el primer caso ¡ªoficial¡ª de covid en Catalu?a. ¡°No ten¨ªamos idea de lo que se ven¨ªa encima¡±, admite Pedro Castro, coordinador del ¨¢rea de vigilancia intensiva (AVI) del Cl¨ªnic.
Ha pasado casi un a?o desde aquel 25 de febrero en el que el entonces secretario de Salud P¨²blica, Joan Guix, confirmaba en rueda de prensa el primer caso de covid importado en Catalu?a. ¡°Lo est¨¢bamos esperando, no fue una sorpresa. Ya hab¨ªamos tenido varios falsos positivos. Pero esper¨¢bamos que, como ocurri¨® con el MERS o la gripe A, aqu¨ª llegar¨ªan casos muy espor¨¢dicos y tendr¨ªamos recursos suficientes. No fue as¨ª¡±, explica ahora Guix. Desde el inicio de la pandemia, la Generalitat ha contabilizado alrededor de 543.000 positivos y m¨¢s de 20.400 fallecidos a causa del virus.
Durante unos d¨ªas ¡ªpocos, hasta que lleg¨® la avalancha de contagios¡ª, Eleonora, de 37 a?os, se convirti¨®, a su pesar, en el foco de atenci¨®n. Su estado era leve, pero, por precauci¨®n, fue ingresada en una zona de alto aislamiento del Cl¨ªnic. ¡°Estuviera como estuviera iba a ir a la AVI, en parte por el desconocimiento de la enfermedad¡±, asume Castro. El virus era, todav¨ªa, un gran extra?o: no se sab¨ªa c¨®mo infectaba ni cu¨¢nto duraba el per¨ªodo de transmisi¨®n, tampoco c¨®mo tratarlo y, mucho menos, c¨®mo prevenirlo. ¡°Era una sensaci¨®n rara. Estaba el miedo, porque era algo ex¨®tico, lejano y que dejaba muchos muertos. Y, por otra parte, estaba el agobio por el rastreo de personas con las que hab¨ªa estado en contacto. Hab¨ªa estado en la semana de la moda de Mil¨¢n, hab¨ªa viajado en transporte p¨²blico¡ Yo pon¨ªa cero cuidado. No se sab¨ªa nada¡±, rememora Eleonora. El Departamento de Salud aisl¨® a una veintena de contactos estrechos.
Eleonora fue una paciente leve, pero estuvo enferma. Con fiebre y dolores. Estuvo un mes aislada porque, adem¨¢s de los s¨ªntomas, tard¨® mucho tiempo en dar negativo en la PCR. ¡°Los primeros d¨ªas no me daba cuenta del aislamiento porque me encontraba mal. A veces, ni siquiera contestaba al m¨®vil, que era mi contacto con el exterior. Cuando empec¨¦ a darme cuenta del aislamiento, ya me hab¨ªa acostumbrado a la rutina del hospital¡±, recuerda. De hecho, insiste, lo que m¨¢s le cost¨® fue desaislarse, volver a casa. ¡°Por todo el miedo que yo creaba a mi alrededor y, despu¨¦s de estar en un ambiente as¨¦ptico y muy controlado, ten¨ªa miedo de que, aunque ahora me encontrase bien, volviese a enfermar. Adem¨¢s, como fui la primera, todo el mundo me preguntaba c¨®mo era, qu¨¦ se sent¨ªa¡ Casi llegu¨¦ a ser como una atracci¨®n de circo¡±, lamenta.
En aquellos primeros d¨ªas, una atm¨®sfera de incertidumbre rodeaba a Eleonora y sus m¨¦dicos. ¡°Con ella intentamos tener una actitud positiva porque se hizo famosa sin querer y estaba preocupada por saber si hab¨ªa contagiado a alguien. Tuvo mucha paciencia porque no sab¨ªamos muchas cosas: c¨®mo iba a evolucionar, cu¨¢ndo iba a estar fuera de peligro¡ No ten¨ªamos respuestas a sus preguntas¡±, admite Castro. El Cl¨ªnic, centro de referencia para enfermedades emergentes, estaba preparado y entrenado para tratar nuevas dolencias infecciosas, pero la inquietud pesaba en el ambiente. ¡°Desde enero ya est¨¢bamos muy presentes en urgencias, sobre todo en alerta por la gente que ven¨ªa de China. Cuando llegaron los primeros casos, nos sorprendi¨® que eran poco graves. Los aisl¨¢bamos por bioseguridad¡±, rememora Jos¨¦ Mu?oz, jefe del servicio de Salud Internacional del Cl¨ªnic. Pero nadie se pod¨ªa imaginar, insisten los m¨¦dicos, la pandemia que se avecinaba. ¡°Quien diga que se hubiese imaginado lo que ocurri¨®, miente. Nosotros ya empezamos a estar pendientes en diciembre e incluso llegamos a hacer planes por si ven¨ªan uno o dos casos a la vez. Tras el primer caso, pronto vimos que el m¨¦todo que ten¨ªamos [de aislar pacientes en la AVI] no funcionaba y se quedaba corto¡±, relata Mu?oz.
La disputa, en esos d¨ªas de febrero, se libraba entre los cl¨ªnicos y la Administraci¨®n para hacer pruebas diagn¨®sticas a los sospechosos. Los criterios para una PCR por sospecha de covid eran muy estrictos ¡ªsolo aquellos con s¨ªntomas compatibles y procedentes de China, Jap¨®n, Ir¨¢n, Singapur, Corea del Sur o el norte de Italia¡ª y el margen de maniobra era limitado. ¡°Hab¨ªa mucha tensi¨®n a tres bandas: entre el hospital, Salud P¨²blica de la Generalitat y el Ministerio. Cada prueba que quer¨ªamos hacer era como un via crucis. Ahora sabemos que, si se hubiera sido m¨¢s flexible, habr¨ªamos detectado m¨¢s casos¡±, se?ala Toni Trilla, jefe de Medicina Preventiva del hospital. Guix entona el mea culpa: ¡°En aquel momento, cre¨ªa que era lo que ten¨ªamos que hacer porque era lo que marcaba la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y el Centro Europeo de Control de Enfermedades. A posteriori, est¨¢ claro que nos pasaron por debajo de las piernas muchos casos¡±.
Probablemente, ni siquiera Eleonora fue el primer caso de covid en Catalu?a. El ascenso fulgurante de la curva de contagios en pocos d¨ªas revel¨® que, previsiblemente, hubo muchas entradas del virus. ¡°El 1 de marzo ten¨ªamos cuatro o cinco enfermos y a finales de ese mes, alrededor de 20.000. No ten¨ªamos stock suficiente de material, no hab¨ªa tratamiento para prevenirlo ni medicaci¨®n para tratar los casos graves. Mi sensaci¨®n era de impotencia y desesperaci¨®n. La vigilancia epidemiol¨®gica se desbord¨®¡±, recuerda Guix. El punto de inflexi¨®n, se?ala, fue el brote de la Conca d¡¯?dena, con foco en el propio hospital de Igualada y que oblig¨® a confinar a 70.000 personas de cinco municipios.
¡°Desde Salud P¨²blica no lleg¨¢bamos. Lo que habl¨¢bamos entonces en el Consejo de Direcci¨®n del Servicio Catal¨¢n de la Salud es que est¨¢bamos al l¨ªmite. Hubo que sacar recursos de debajo de las piedras¡±, cuenta Guix. Antes de la pandemia, en Catalu?a hab¨ªa unas 600 plazas de UCI. Durante la primera ola, se montaron camas de cr¨ªticos en quir¨®fanos, gimnasios o salas de reanimaci¨®n para atender el auge de enfermos muy graves. Catalu?a lleg¨® a tener, a la vez, m¨¢s de 1.500 pacientes cr¨ªticos por covid. ¡°Hubo momentos de miedo a no tener sitio para poner m¨¢s pacientes al d¨ªa siguiente¡±, admite Castro.
Un a?o despu¨¦s, con la perspectiva que da el tiempo, Guix, que dej¨® el cargo el pasado mayo por motivos personales, hace balance. De la soberbia con la que todos miraron aquel virus lejano los primeros d¨ªas y el exceso de optimismo sobre su impacto en Europa. De lo que fall¨® y lo que falt¨®. ¡°Faltaron recursos: no puedes improvisar un ej¨¦rcito de un d¨ªa para el otro. Y hab¨ªa un tap¨®n para realizar PCR. Adem¨¢s, las trabas burocr¨¢ticas del principio, como la centralizaci¨®n del material por parte del Ministerio de Sanidad, fueron un problema. La politizaci¨®n tambi¨¦n fue horrible y hubo bastante descoordinaci¨®n a todos los niveles. Tambi¨¦n la aparici¨®n de las redes dificult¨® que los mensajes llegasen a la gente: nunca he visto tantos expertos en una materia, que en realidad no ten¨ªan ni idea, emitiendo sentencias¡±, resume.
Tanto Trilla como Mu?oz coinciden en que toca prestar m¨¢s atenci¨®n ¡°a lo que pasa fuera¡± de Europa y reforzar la vigilancia epidemiol¨®gica y las plataformas diagn¨®sticas ante la amenaza de nuevos pat¨®genos. Guix avisa: ¡°Prepar¨¦monos porque vendr¨¢n m¨¢s pandemias¡±.
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