Crisis de fe en los Mossos
El ¡°proc¨¦s¡± ha hecho que la polic¨ªa catalana pase del estado de gracia a los infiernos, mientras los consejeros de Interior se convierten en fusibles
Vivimos tiempos convulsos. Algunos pol¨ªticos independentistas juzgan a los mossos como un cuerpo represivo cualquiera, cuando ayer les entronizaban frente a las conductas de la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil. Con su actuaci¨®n en los atentados yihadistas de Barcelona de 2017, fueron beatificados. La canonizaci¨®n lleg¨® unos meses m¨¢s tarde con la respuesta al refer¨¦ndum del 1 de octubre: frente a la violencia empleada por las Fuerzas de Orden P¨²blico dependientes de la Administraci¨®n central, los Mossos d¡¯Esquadra tuvieron una actuaci¨®n exquisita. Luego se les ape¨® de los altares por su actuaci¨®n al reprimir las movilizaciones contra la sentencia de los l¨ªderes independentistas presos. A consecuencia de estas cargas sobre las manifestaciones por el fallo judicial de octubre de 2019, el president Quim Torra exigi¨® al entonces conseller Miquel Buch una investigaci¨®n. Como casi todo en el proc¨¦s, la auditor¨ªa se qued¨® en mero acto propagand¨ªstico, una iniciativa que ten¨ªa como objetivo contentar y tranquilizar a la feligres¨ªa pol¨ªtica. La c¨¦lebre investigaci¨®n interna fue un simulacro. En la que se denomin¨® ¡°la auditor¨ªa m¨¢s grande de la historia¡±, de todos los agentes investigados por la Divisi¨®n de Asuntos Internos solo uno acab¨® sancionado. Buch al final fue destituido y relevado por Miquel S¨¤mper.
Los titulares de Interior durante los a?os del proc¨¦s se han convertido en fusibles que protegen un circuito en el que pocas cosas cambian y donde hay zonas oscuras y con demasiada autonom¨ªa. Su tarea no es f¨¢cil. Se les exige bordear y en ocasiones sortear ¨Cverbalmente o con sus silencios¨C una legalidad que es precisamente la que debe defender el cuerpo policial del que son pol¨ªticamente responsables. Todo ese juego va acompa?ado de aforismos tan sinceros como carentes de inteligencia pol¨ªtica como la autonegaci¨®n de Quim Torra al afirmar que la autonom¨ªa es uno de los grandes obst¨¢culos para alcanzar la independencia. Aplicado ese pensamiento al terreno policial supone de echar de menos una buena polic¨ªa patri¨®tica, en l¨ªnea con la doctrina Fern¨¢ndez D¨ªaz.
Ahora el debate sobre la polic¨ªa catalana ha vuelto a estallar porque, en una manifestaci¨®n por la libertad de Pablo Has¨¦l, una joven ha perdido un ojo, presuntamente por una bala de foam, esas que los comunes y la CUP pidieron con escasa fortuna en el Parlament que se prohibieran. La novedad es que con el proc¨¦s cada vez que hay una v¨ªctima de la violencia policial, incluso quienes han desempe?ado su titularidad 15 de los 22 a?os desde su traspaso plantean la necesidad de reformular un modelo cuyos vicios y virtudes han contribuido a consolidar. Dejando al margen el car¨¢cter de las movilizaciones vividas en los ¨²ltimos d¨ªas, con destrucci¨®n de mobiliario urbano y saqueo de tiendas, una sociedad democr¨¢tica debe tratar de conocer siempre la verdad y m¨¢s cuando se producen hechos de gravedad. Tras el incidente de la p¨¦rdida del ojo, el comisario portavoz del cuerpo, Joan Carles Molinero, explic¨® que la polic¨ªa catalana ten¨ªa perfectamente controlados cu¨¢ntos proyectiles se dispararon, qui¨¦nes fueron los escopeteros y d¨®nde se efectuaron las actuaciones. Deben haberse mejorado mucho los mossos en los ¨²ltimos a?os porque sigue sin saberse ¨Ccon sentencia judicial de por medio¨C qu¨¦ escopetero dej¨® sin un ojo a Ester Quintana durante la huelga general de 2012 sin que mediara manifestaci¨®n ni incidente alguno. Claro que entonces tocaba hacer bandera de la contundencia.
Los cuerpos policiales dependen de los pol¨ªticos y la legalidad puede ser transformada por la acci¨®n pol¨ªtica. En 2007 cuando el conseller Joan Saura hizo instalar c¨¢maras de v¨ªdeo ocultas en las comisar¨ªas se le acus¨® de querer hundir la reputaci¨®n de los mossos. Saura se limit¨® a copiar el modelo vasco y con ello se evidenci¨® la existencia de malos tratos y torturas en centros de detenci¨®n. La derecha ¨Centonces hab¨ªa derecha catalana¨C mont¨® en c¨®lera. El diputado de CiU Quico Homs consider¨® ante el Parlament que dar a conocer p¨²blicamente la existencia de malos tratos vulneraba ¡°el principio fundamental del derecho a la presunci¨®n de inocencia¡±. Ahora los agentes ya se han familiarizado con las c¨¢maras y se han acabado los brotes corporativos contra esa exigencia de transparencia democr¨¢tica que todav¨ªa no se practica ni en las dependencias de la Polic¨ªa Nacional ni en las de la Guardia Civil. La polic¨ªa tiene delegado el monopolio de la violencia por parte del Estado desde que un contrato social as¨ª lo legitima. Otra cosa es que el poder tienda a cerrar filas para encubrir los excesos y que todas las democracias realmente existentes tengan, en este sentido, sus agujeros negros. A la ciudadan¨ªa el ¨²nico recurso que le queda es exigir transparencia y ejercer un eficaz control democr¨¢tico.
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