La humillaci¨®n de Aragon¨¨s
ERC y Junts negocian un pacto de legislatura, pero de momento lo que hay son dos meses largos de sumisi¨®n de los republicanos a la derecha

Un mes despu¨¦s de las elecciones al Parlament y el aspirante de ERC Pere Aragon¨¨s sigue dedicando sus fines de semana a suplicar en p¨²blico a los dirigentes de Junts que se decidan a hacerle presidente de la Generalitat. Hasta ahora en vano.
La situaci¨®n de Aragon¨¨s es bastante chusca. Y no solo ahora, sino desde hace un a?o. Los avatares de la pol¨ªtica lo colocaron de rebote el 30 de septiembre de 2020 como presidente de la Generalitat en funciones cuando su antecesor, Quim Torra, fue cesado por el Tribunal Supremo. Solo en sue?os pod¨ªa haber imaginado antes que alg¨²n d¨ªa iba a ser presidente de la Generalitat. En su partido, el candidato veros¨ªmil era Oriol Junqueras, fact¨®tum omnipotente de ERC desde 2011. M¨¢s all¨¢ de su partido, quien lleva la batuta en el cosmos independentista desde hace cinco a?os es Carles Puigdemont y, en su defecto, los suplentes por ¨¦l designados. Una vez inhabilitados Puigdemont, Junqueras y Torra por el Tribunal Supremo, Aragon¨¨s era ese discreto vicepresidente que estaba ah¨ª en el momento de nombrar un presidente en funciones por obligado cumplimiento de la ley, cuando el 30 de septiembre de 2020 se agotaron todas las dilaciones posibles. Sin embargo, Junts, su socio de gobierno, se neg¨® a aceptarle el rango de presidente, ni que solo fuera en funciones. Junts quiso impedir que sobre el suplente se posara el aura del poder, algo que quiz¨¢ pudiera convertirlo en futuro rival. Ante el pulso, Aragon¨¨s decidi¨® tragarse el sapo. Ni siquiera se atrevi¨® ni a usar el despacho presidencial. Y as¨ª pas¨® mes tras mes oyendo como por TV-3 repet¨ªan sin cesar el sonsonete de ¡°vicepresidente en funciones de presidente¡± desde octubre de 2020 hasta las elecciones del 14 de febrero.
Consciente de su d¨¦bil situaci¨®n, Aragon¨¨s hizo su campa?a electoral pidiendo el voto no para su persona y su figura pol¨ªtica sino para su partido, Esquerra, apelando una y otra vez al recuerdo de Maci¨¤, Companys, Irla y Tarradellas. Y al de Junqueras, por supuesto. No ped¨ªa el voto a los ciudadanos para que lo hicieran presidente, no se sabe si por pudor o por c¨¢lculo, sino para que su partido recuperara la primac¨ªa que hab¨ªa tenido en la lejana d¨¦cada de 1930. Eso fue lo que hizo, con una elogiable humildad. El d¨ªa de las elecciones sucedi¨® sin embargo que, en contra de las expectativas que los sondeos previos hab¨ªan se?alado y alimentado durante el a?o anterior, los ciudadanos dieron el primer lugar al PSC y no a ERC. Y no al candidato Aragon¨¨s sino a otro, Salvador Illa. Lo m¨¢s extraordinario del caso es que, como el propio Aragon¨¨s, tambi¨¦n Illa era un a?o antes una figura pol¨ªtica de segundo nivel a la que ni por asomo se le pod¨ªa ocurrir que pronto iba a optar a la presidencia de la Generalitat.
Junts regatea la investidura a ERC porque sellar¨ªa el fin de la primac¨ªa de los sucesivos herederos del pujolismoJunts regatea la investidura a ERC porque sellar¨ªa el fin de la primac¨ªa de los sucesivos herederos del pujolismo
Despu¨¦s de haber conocido las etapas presidenciales de Jordi Pujol y Pasqual Maragall, figuras con fuerte personalidad y liderazgo pol¨ªtico reconocido incluso m¨¢s all¨¢ de sus respectivos ¨¢mbitos partidarios, es bastante comprensible y elogiable que Aragon¨¨s no haya querido aparentar lo que no era. Es incluso encomiable. Ahora quiere ser presidente porque Quim Torra se suicid¨® pol¨ªticamente ¨¦l solito sin que nadie se lo pidiera; porque Puigdemont est¨¢ en B¨¦lgica, Junqueras en la c¨¢rcel y Laura Borr¨¤s, la ¨²ltima opci¨®n de la di¨¢spora postpujolista, ha perdido las elecciones.
La situaci¨®n de Aragon¨¨s es fea, pero no solo por lo antedicho. Junts le regatea la investidura porque su acceso a la presidencia sellar¨¢ el fin de la larga etapa de primac¨ªa de los sucesivos herederos del pujolismo al frente de la Generalitat. El final de la etapa que inici¨® Maragall en 2003, la larga decadencia del poder de CiU. Y por eso quieren sujetarlo y verlo arrodillado. Tiene que pasar por el aro, ?recuerdan?
Pero es inc¨®moda tambi¨¦n porque, al fin y al cabo, en el Parlament hay una posible mayor¨ªa de izquierdas en la que, de articularse, ERC ser¨ªa el segundo partido, no el primero, aunque sea por muy poco. Para ser el primero tiene que serlo en una mayor¨ªa independentista, pero entonces Esquerra queda ineludiblemente en manos de la derecha. De Junts. En esta opci¨®n, Aragon¨¨s ser¨¢ solo lo que la derecha le deje ser. Ha intentado escapar de esta ecuaci¨®n mediante un pacto previo con la CUP que no vale nada si Junts no lo acepta. Y no lo acepta. De momento, la respuesta de Junts a Aragon¨¨s son dos meses largos de humillaci¨®n p¨²blica. Si ocupa el despacho presidencial ser¨¢ como el presidente sometido y demediado por la derecha. Lo que estamos viendo ya todos los d¨ªas.
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