Guillem Alb¨¤: ¡°El ¡®clown¡¯ es la risa, las ganas de vivir, mi bandera¡±
El payaso llena el Vict¨°ria con su sarao de buen rollo ¡®Jaleiu¡¯, presenta ¡®Celebrem¡¯ en TV3, y ya espera los bolos de ¡®Canto jo i la muntanya balla¡¯
¡°Hacer de la vida un juego¡±. Este es el mensaje que lanza Guillem Alb¨¤ (Vilanova i la Geltr¨², 1985) en Jaleiu, su potente espect¨¢culo junto con seis m¨²sicos de La marabunta que estren¨® en Temporada Allta y que ahora llena cada martes (hasta el 18 de mayo) de buenas vibraciones el Teatre Vict¨°ria del Mago Pop. Adem¨¢s, Alb¨¤ presenta, tambi¨¦n semanalmente desde el Teatre Principal de Vilanova, el programa de entretenimiento Celebrem, en TV3; dirige, junto con su amigo y tambi¨¦n payaso Joan Arqu¨¦, Canto jo i la muntanya balla, que acaba de bajar el tel¨®n en el teatro de la Biblioteca de Catalunya y que en oto?o ya tiene infinidad de bolos programados; y sigue con m¨¢s bolos, los de sus obras La Marabunta y Calma. Obras diferentes, lenguajes diferentes, formatos diferentes pero una misma alma, la del payaso. ¡°En mis espect¨¢culos propios siempre est¨¢ el clown, que es mi bandera, la risa, las ganas de vivir¡±, dice Alb¨¤.
Y esta bandera la encontramos tanto en Jaleiu, que es una explosi¨®n esc¨¦nica, como en otras propuestas, m¨¢s po¨¦ticas, on¨ªricas, como Calma, o Pluja, con Clara Peya, o el que dirigi¨® con Love of Lesbian (Espejos y espejismos), incluso con Canto jo¡ ¡°El problema son las etiquetas¡±, se queja el actor. ¡°Al principio hac¨ªa espect¨¢culos en los que lo m¨¢s importante era la risa [Sketchofrenia, por ejemplo, dirigido por Jango Edwards]. Cuando a?ad¨ª la poes¨ªa o marionetas, los programadores me preguntaban que qu¨¦ estaba haciendo, que lo m¨ªo era hacer re¨ªr. Pero siempre he tenido ganas de probas cosas. Y ojo: el payaso tiene esa doble versi¨®n, la po¨¦tica y la de hacer re¨ªr. Yo siempre he mantenido la sonrisa¡±. Pero a Alb¨¤ no le preocupa nada: ¡°Es cosa de programadores o de cr¨ªticos, porque el p¨²blico se deja llevar. Gente que hab¨ªa visto La Marabunta y viene a ver Pluja dice que no se lo esperaba, pero se deja llevar. Con lo de los Lesbian, claro, me conoci¨® gente que igual no hab¨ªa ido al teatro. Y seguro que gente que ve Jaleiu querr¨¢ ir a ver el Canto jo¡¡±
Para Alb¨¤, es importante conseguir que el espectador (¡°los adultos, sobre todo, que son los m¨¢s complicados¡±) antepongan la emoci¨®n a la raz¨®n. Viene de su esp¨ªritu de payaso. ¡°Est¨¢ muy bien que las cosas entren por la cabeza, a trav¨¦s del texto, porque es muy directo¡±, reconoce. ¡°Pero quit¨¢ndole texto, dejando paso a lo visual, a marionetas, a la po¨¦tica, a la m¨²sica, la cosa deja de ser algo cerebral y te entra por la emoci¨®n, por los poros. Es volver a ser ni?os. Intentar entrar por el coraz¨®n y llegar a la raz¨®n, a la mente¡±.
Intento entrar en el espectador por el coraz¨®n y llegar a la raz¨®n
El c¨®mico estadounidense Jerry Seinfeld, recuerda Alb¨¤, dijo que la comedia se tiene que hacer con prisas. No es que la obra de Alb¨¤ se haya hecho deprisa y corriendo, ni mucho menos, pero s¨ª tiene esa urgencia, esa rapidez, esa autenticidad a la que se refer¨ªa Seinfeld: ¡°Si te la piensas mucho, la comedia pierde espontaneidad, esa fuerza¡±, dice el clown de Vilanova, que se explica: ¡°Evidentemente, esto depende de muchas otras cosas, porque cuando llevas ocho a?os haciendo La Marabunta, has de ser espont¨¢neo igual. ?Cu¨¢ndo es demasiado pija la comedia? Cuando hay demasiado dinero ya no me hace tanta gracia, porque tiene que tener un punto cutre: el jovencito Frankenstein lleva una chepa cutre, un coj¨ªn en la espalda; si le hubieran construido una joroba perfecta con maquillaje, ya no har¨ªa tanta gracia. Quiero decir que, a veces, tener demasiado dinero convierte a la comedia en pija y pierde autenticidad¡±.
El espect¨¢culo La Marabunta, que ¡°era un poco m¨¢s punki que Jaleiu, a pesar de que son los mismos m¨²sicos¡±, se hac¨ªa tambi¨¦n en la calle, cosa que, de momento, no pasar¨¢ con Jaleiu: ¡°Aqu¨ª hay detalles t¨¦cnicos que, ?sin llegar a ser pijos!, no se pueden llevar a la calle¡±, explica. ¡°He apretado a los m¨²sicos para que se dejen llevar y se involucran en la historia, eso es lo guay, son m¨²sicos tan buenos que podr¨ªan estarse simplemente ah¨ª calladitos, pero han aceptado mezclar cosas y hacen de clown¡±.
Si el jovencito Frankenstein no llevara una chepa cutre no har¨ªa tanta gracia
Todo esto viene a ser improvisaci¨®n, de la que Alb¨¤ es un firme defensor: ¡°En La Marabunta [que lleva ocho a?os de gira] ya rompo por donde puedo, para no aburrirme. En Jaleiu voy forzando la m¨¢quina para romperlo al m¨¢ximo, pero todav¨ªa estoy siguiendo demasiado el guion (?que lo he hecho yo mismo, claro!). Creo que la improvisaci¨®n no puede faltar porque eso es el clown: ha de ser an¨¢rquica y asumir riesgo. Lo aprend¨ª de mi maestro, Jango Edwards, si no arriesgas es comedia, no es clown¡±.
¡°Hacer de la vida un juego¡±, ese es el mensaje. Carpe Diem. ¡°A m¨ª me va bien recordarlo. Me lo voy creyendo cada vez m¨¢s. Como payaso conf¨ªo en muchas cosas, quiz¨¢ muy idealistas, muy ut¨®picas, como lo que dec¨ªa Chaplin de que la risa sirve para demostrar que somos todos iguales. Me gusta militar aqu¨ª; a veces me cagar¨ªa en todos e ir¨ªa mucho m¨¢s a saco¡±.
Aprend¨ª de Jango que el clown debe ser an¨¢rquico y asumir riesgo
La adaptaci¨®n de la novela de Irene Sol¨¤ ha sido uno de los ¨¦xitos de la temporada teatral, cosa que a Alb¨¢ no ha sorprendido del todo: ¡°Soy el ¨²nico que dice que ya se lo esperaba¡±, dice, categ¨®rico. ¡°Tanto, quiz¨¢ no, pero estaba convencido de que funcionar¨ªa: ten¨ªamos un equipo de la hostia, la producci¨®n de la Perla 29, la dramaturgia de Cl¨¤udia Ced¨®, la m¨²sica de Judit Neddermann¡ ?No pod¨ªa salir mal!¡±.
Todos los formatos
Celebrem, en cambio, es televisi¨®n, aunque concebida desde un teatro. ¡°Es el primer proyecto propio en tele¡±, explica, aunque ya ha participado en otros programas. ¡°En cinco a?os lo hab¨ªamos intentado alguna vez. Y cuando nos encontramos con que los teatros cerraban, pensamos que era el momento de volver a intentar vender el programa a TV3. Y al final sali¨®¡±. Es diferente la energ¨ªa que transmite la televisi¨®n. ¡°Si le echo misma energ¨ªa que en el teatro, saturar¨¦ al telespectador, se preguntar¨¢ qu¨¦ hace este t¨ªo aqu¨ª saltando y sudando. Es otro lenguaje, y hay que asumirlo, igual que en la radio [donde colabora en el programa Isl¨¤ndia, de RAC1, con Albert Om]¡±.
En verano, Guillem Alb¨¤, por primera vez en muchos a?os, para. ?Es eso un privilegio? ¡°A ver, no por salir en la tele est¨¢s m¨¢s arriba o es m¨¢s interesante lo que haces¡±, argumenta. ¡°Llevo mucho tiempo picando piedra y ha llegado el momento de llevar a la pr¨¢ctica lo que reclamo en los espect¨¢culos, en Calma, sobre todo [que va de las prisas]: parar, tomarme una copa de vino mirando al mar, desconectar, vivir, pas¨¢rmelo bien. Todo es una bola de nieve que se ha ido haciendo grande... Recuerdo cuando llam¨¦ al Temporada Alta y pasaron de m¨ª, claro. Ten¨ªa que picar mucha piedra todav¨ªa¡±.
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