Quinta ola: negacionismo y chuletones

Cuando hab¨ªa quien presentaba este verano como el de las vacaciones de nuestra vida por la recuperaci¨®n del viajar y de disfrutar de lo que no hab¨ªa sido posible tras m¨¢s de un a?o de pandemia, nos enfrentamos a una quinta ola llena de peligros e incertidumbres. ?C¨®mo es posible el gran contraste entre los dos escenarios? Lo que sabemos hasta ahora apunta a la desescalada y a la nueva variante Delta.

El final del toque de queda, la abertura del ocio nocturno y la vuelta a los contactos sociales amplios est¨¢n detr¨¢s de esta quinta ola. Tambi¨¦n una nueva variante del virus que, por lo conocido hasta ahora, es mucho m¨¢s transmisible. Cada nueva variante que se est¨¢ haciendo mayoritaria lo es. Se transmite a m¨¢s personas y puede llegar a afectar a personas vacunadas. Y, como en olas anteriores, hay pa¨ªses donde ya lo hemos visto con anterioridad y que nos deber¨ªan haber servido de alerta, el Reino Unido en este caso.

Deber¨ªamos saber que un resultado negativo en un test de ant¨ªgenos no significa estar libre del coronavirus

Deber¨ªamos saber que un resultado negativo en un test de ant¨ªgenos no significa estar libre del coronavirus

Pero hay un elemento m¨¢s all¨¢ de la desescalada y la nueva variante que explica la quinta ola: el negacionismo. Estamos actuando, en demasiadas ocasiones, como si neg¨¢ramos la existencia de la covid-19. Hemos identificado el negacionismo con personas que nos explican las llamadas teor¨ªas conspirativas. Historias que nos parecen muy alejadas de la realidad, de la ciencia, que ponen el foco en el mal que alguien quiere hacernos. Pero necesitamos pensar el negacionismo de otro modo. Tal vez no negamos la existencia de la covid-19, pero actuamos como si en la pr¨¢ctica la neg¨¢ramos. Se tratar¨ªa de un negacionismo pr¨¢ctico o efectivo: sabemos que existe la pandemia, pero nos comportamos sin asumir sus efectos.

Una de las ¨²ltimas medidas que se anunciaron de la desescalada fue la supresi¨®n de la obligatoriedad de llevar mascarilla al aire libre donde hubiera distancia entre personas. Todav¨ªa no hace un mes del anuncio y la Generalitat de Catalu?a ya ha propuesto recuperar esa obligatoriedad y recomienda su uso. Se argumenta que eliminar la mascarilla al salir a la calle ha tenido el efecto de pensar que ya no exist¨ªa pandemia o que ya no hab¨ªa que preocuparse. Hay pa¨ªses en los que no ha sido nunca obligatorio su uso en exteriores. Sabemos que no son necesarias al aire libre si hay distancia. Sabemos que son imprescindibles en otras circunstancias. Parece que las mascarillas tambi¨¦n hayan tenido cierto efecto para mitigar ese negacionismo efectivo o pr¨¢ctico.

En las ¨²ltimas semanas la desescalada, fruto de la reducci¨®n de la transmisi¨®n y el aumento muy significativo de la vacunaci¨®n, ha contribuido a que aumente la sensaci¨®n, la convicci¨®n, de que est¨¢bamos en una r¨¢pida recta final de la pandemia. El verano llegaba para poder volver a disfrutar y a partir de septiembre todo ser¨ªa diferente. Acab¨® el curso, llegaron las verbenas, las vacaciones y los viajes, se extendieron los encuentros, se rompieron las burbujas de convivencia para generar nuevos grupos¡­ Parec¨ªa que se pod¨ªa volver a tener pr¨¢cticas totalmente incompatibles con la existencia del coronavirus.

La ONU alerta de los efectos medioambientales y en la salud del exceso de consumo y producci¨®n de carne

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A esto hay que a?adir desconocimientos inaceptables a estas alturas de la pandemia. Deber¨ªamos saber que las pruebas de ant¨ªgenos tienen una fiabilidad inferior a las pruebas PCR y que un resultado negativo en un test de ant¨ªgenos no significa estar libre de covid-19. En el Canet Rock se daba una pulsera verde con el lema Covid Free a quien ten¨ªa un negativo en el test. Un negativo no significa que estemos libres de covid-19 y que podamos actuar sin medidas de precauci¨®n (distancia, mascarilla¡­).

Desde el inicio de la pandemia hay quien no ha dejado de asociarla con la crisis ecosocial que tambi¨¦n vivimos. Quedan conectadas por los negacionismos. Hemos llegado a reconocer el cambio clim¨¢tico. El Gobierno espa?ol present¨® hace pocos meses el informe de prospectiva Espa?a 2050, donde se dec¨ªa que ¡°en las pr¨®ximas d¨¦cadas, la poblaci¨®n espa?ola tendr¨¢ que reducir su ingesta de alimentos de origen animal¡±. Otra cosa es c¨®mo actuamos. Hemos tenido una evidencia muy clara de este negacionismo efectivo o pr¨¢ctico en las respuestas desde dentro y desde fuera del Gobierno a la propuesta del Ministerio de Consumo de reducir la producci¨®n y el consumo de carne por sus efectos medioambientales y en la salud. Hay informes de la ONU que nos advierten desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. Ni la crisis pand¨¦mica ni la ecosocial se podr¨¢n afrontar si no superamos los negacionismos que practicamos, aunque nos parezca que no tenemos nada que ver con las teor¨ªas conspiranoicas negacionistas.