Acogidos, olvidados y rechazados
La llegada excepcional de refugiados afganos puede desbordar temporalmente los recursos de acogida. Pero es responsabilidad de la UE velar por el efectivo cumplimiento de las reglas democr¨¢ticas que nos hemos dado
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Sin cobertura es el t¨ªtulo de una novela escrita en 2010 por dos prestigiosos periodistas de investigaci¨®n catalanes, Jordi Bordas y Eduardo Mart¨ªn de Pozuelo. A partir de sus extraordinarios conocimientos como investigadores construyen un thriller de esp¨ªas del CNI al inicio de la guerra de Irak de 2003. El relato tiene algo de premonitorio: describe el drama de unos iraqu¨ªes colaboradores del CNI abandonados a su suerte ante el enemigo. Lo que hace 10 a?os imaginaron que ocurrir¨ªa en Bagdad ha sucedido en Kabul ahora, aunque con alguna diferencia.
Cuando los americanos decidieron irse de Afganist¨¢n, ellos y todos los dem¨¢s pa¨ªses que ten¨ªan fuerzas armadas desplegadas se apresuraron a evacuarlas, junto con sus pertrechos, incluidos sus colaboradores. Cocineros, sirvientes, auxiliares, interpretes, informadores y cooperadores de cada ej¨¦rcito ten¨ªan preferencia en los correspondientes repliegues oficiales, porque su colaboracionismo significaba un peligro m¨¢ximo. Pero, concluida la precipitada evacuaci¨®n, todav¨ªa quedan miles de colaboradores en Kabul. Los sinceros esfuerzos diplom¨¢ticos para su futura evacuaci¨®n depende de muchos factores, incluido el de la voluntad talib¨¢n. Los que no superen pronto semejantes obst¨¢culos, con el tiempo podr¨ªan constituir el desdichado grupo de los olvidados, como aquellos otros colaboradores que quedaron en Bagdad hace 20 a?os. Por eso el lamento y la insatisfacci¨®n expresados por la ministra Robles ante la dolorosa insuficiencia de la evacuaci¨®n contienen m¨¢s dignidad y sinceridad que la jactanciosa e inoportuna afirmaci¨®n de ¡°misi¨®n cumplida¡±.
Concluida la precipitada evacuaci¨®n en Kabul, todav¨ªa quedan miles de colaboradores en peligroConcluida la precipitada evacuaci¨®n en Kabul, todav¨ªa quedan miles de colaboradores en peligro
Por otra parte, adem¨¢s de los miles de colaboradores ya evacuados y los que quedan por evacuar, hay decenas de miles de afganos que no fueron colaboradores, y que tambi¨¦n necesitan o desean salir de su pa¨ªs. Son ciudadanos afganos, y especialmente ciudadanas, cuyo futuro con los talibanes es incierto, imposible o directamente peligroso. Especialmente si hasta la llegada de los talibanes ejercieron funciones de gobierno, judicatura, abogac¨ªa, docencia, periodismo, etc.
Finamente, gran parte de la poblaci¨®n disconforme o temerosa ante la perspectiva talib¨¢n tambi¨¦n desear¨ªa escapar de los insoportables rigores fundamentalistas. No es previsible que llegue a Europa un ¨¦xodo afgano similar al de 2015, pero los ministros de Interior europeos ya se han concertado. Pretenden evitar, a toda costa, que se repitan las dram¨¢ticas im¨¢genes de los refugiados de 2015 en las islas griegas, y que vuelvan a ser necesarios los meritorios y arriesgados trabajos de salvamento que nos estremecieron, protagonizados por la ONG de Badalona Open Arms y otras organizaciones europeas similares.
La comisaria europea de Interior propone que el flujo migratorio de afganos se quede en Ir¨¢n, Pakist¨¢n y Turqu¨ªa, sabiendo que soportan ya millones de refugiados y desplazados afganos desde hace d¨¦cadas. En Bruselas se ha dicho, c¨ªnicamente, que con la contenci¨®n del ¨¦xodo en los pa¨ªses lim¨ªtrofes se pretende evitar ¡°un viaje peligroso¡± a los que buscan refugio. Macron, por su parte, ya ha mencionado, peyorativamente, los ¡°flujos migratorios irregulares¡±, como si los que huyen de los talibanes pudieran atenerse a las normas administrativas francesas o europeas.
Las potencias europeas pretenden pagar a algunos pa¨ªses y volver a la t¨¢ctica de los estados-tap¨®nLas potencias europeas pretenden pagar a algunos pa¨ªses y volver a la t¨¢ctica de los estados-tap¨®n
Pretenden volver a la vieja t¨¢ctica de los estados-tap¨®n. Pagarles para que contengan la avalancha de refugiados, desentendi¨¦ndose, en la pr¨¢ctica, de la calidad humanitaria y legal del acogimiento. Los estados-tap¨®n son la externalizaci¨®n del rechazo, la primera pieza del engranaje de los espacios geopol¨ªticos de contenci¨®n a ambos lados de las fronteras o l¨ªneas de conflicto. El pa¨ªs de la UE receptor de refugiados es la segunda pieza de ese engranaje de contenci¨®n. En el caso de Turqu¨ªa, como estado-tap¨®n para Europa, la segunda pieza es Grecia. Los refugiados que superaron los obst¨¢culos de Turqu¨ªa en la crisis de 2015 quedaron apresados en las islas griegas. El campo de refugiados de Moria, en la isla de Lesbos, alojaba inhumanamente a 7000 refugiados con serios problemas de salud f¨ªsica y psicol¨®gica, especialmente para los ni?os. Tras su incendio, se est¨¢n realojando en otros similares.
Los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea que por su situaci¨®n geogr¨¢fica constituyen la segunda pieza del engranaje de contenci¨®n est¨¢n sometidos a las reglas rigurosas de la Uni¨®n y especialmente las relativas a los derechos humanos, y al respeto de la legalidad. Sin embargo, este sometimiento no siempre se observa escrupulosamente. Las circunstancias excepcionales de llegada de refugiados pueden desbordar temporalmente los recursos de acogimiento. Pero es responsabilidad de la UE velar por el efectivo cumplimiento de las reglas democr¨¢ticas que nos hemos dado, impedir que la condici¨®n de refugiado equivalga en la pr¨¢ctica a la de rechazado, evitar situaciones pr¨¢cticas de tratos inhumanos, expulsiones indocumentadas y devoluciones ¡°en caliente¡±, que, desdichadamente no solo se practican en Grecia.
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