El debate sobre el traslado de La Ricarda enquista la discordia en torno a El Prat
¡°Es como si en un avi¨®n quitas un tornillo de un sitio y lo pones en otro. Seguro que tiene afectaciones¡±, afirma un experto
La ¨²ltima semana de septiembre supone alcanzar la fecha tope fijada para que el Documento de Regulaci¨®n Aeroportuaria (DORA 2022-2026) aterrice en la mesa del consejo de ministros. El instrumento que marca la definici¨®n de las infraestructuras y servicios aeroportuarios debe aprobarse ma?ana y no incluir¨¢ la inversi¨®n de 1.700 millones que hab¨ªa previsto Aena en el aeropuerto de Barcelona, para alargar la pista de mar y construir una terminal sat¨¦lite que permita alejar el fantasma de la saturaci¨®n de la instalaci¨®n. La ministra de Transportes Raquel S¨¢nchez dio por liquidado el tema hace 15 d¨ªas, cerrando la puerta a posibles especulaciones sobre una ¨²ltima negociaci¨®n a contrarreloj y un posible acuerdo sobre la bocina.
La ministra sigue defendiendo que la propuesta consensuada inicialmente entre Estado y Generalitat era buena porque preve¨ªa ¡°ampliar un 25%¡± la zona natural actual, dotando de protecci¨®n especial un ¨¢rea de 1.100 hect¨¢reas. Sin embargo, los s¨²bitos recelos de una parte del Govern, aludiendo a la afectaci¨®n que sufr¨ªa la laguna de La Ricarda, rompieron el pacto alcanzado y dejaron en nada la millonaria inversi¨®n anunciada por Aena.
Las impugnaciones pol¨ªticas han retroalimentado las desaprobaciones expresadas por entidades ecologistas y asociaciones vecinales. Sin atisbo de consenso sobre c¨®mo encajar la obra en el entorno natural, y con el foco fijado sobre La Ricarda, se dificulta la posibilidad de poder alcanzar, ni que sea a medio plazo, un pacto de m¨ªnimos para desarrollar el aeropuerto, por mucho que el Gobierno, Aena y la Generalitat digan que es una prioridad potenciar las pistas de Barcelona como hub intercontinental.
Aena ha mantenido reiteradamente que la invasi¨®n de La Ricarda por alargar 500 metros la pista de mar se iba a compensar con la renaturalizaci¨®n de otros espacios del delta del Llobregat. Una medida que contempla la propia normativa medioambiental europea. En concreto, es el art¨ªculo 6 de la directiva sobre h¨¢bitats naturales el que abre la puerta a alterar una zona reconocida con el sello Red Natura 2000, como es el caso del humedal que rodea el aeropuerto. El texto de la norma alude a proyectos que entra?an ¡°razones imperiosas de inter¨¦s p¨²blico de primer orden, incluidas razones de ¨ªndole social o econ¨®mica¡±. La compa?¨ªa, participada en un 51% por el Estado, defiende que su apuesta cumple con las exigencias de la Uni¨®n Europea en materia de compensaci¨®n. Sin embargo, el argumento nunca ha convencido a los detractores del proyecto de ampliaci¨®n. Y sigue sin convencer.
El Gobierno asume que no aprobar¨¢ este martes la inversi¨®n de 1.700 millones de euros para ampliar el aeropuerto
Joan Pino, bi¨®logo y director del Centro de Investigaci¨®n Ecol¨®gica y Aplicaciones Forestales (CREAF), razona que ¡°la laguna de La Ricarda es insustituible y no se puede compensar¡±. Defiende que el sistema hidrol¨®gico del delta del Llobregat ¡°ya se alter¨® con la construcci¨®n de la tercera pista¡±, en 2004, y afirma que ¡°las medidas compensatorias que entonces se propusieron no han pasado de ser un parche¡±. Considera que la teor¨ªa de reproducir el espacio afectado en otra zona cercana no se sostiene: ¡°Es como si en un avi¨®n quitas un tornillo de un sitio y lo pones en otro lado, seguro que tiene afectaciones en el funcionamiento del aparato¡±, ejemplifica.
A la pregunta de si el impacto natural ser¨ªa menor en el caso que el estiramiento de la pista se hiciera sin afectar la l¨¢mina de agua, el director del CREAF replica que ¡°lo importante es el ecosistema en su conjunto, la laguna solo es la afloraci¨®n del acu¨ªfero subterr¨¢neo del delta y cualquier alteraci¨®n es un riesgo¡±. Sin querer entrar en si, t¨¦cnicamente, ser¨ªa ¨²til para Aena una ampliaci¨®n de la pista inferior a los 500 metros proyectados, Prieto indica que ¡°la laguna no incluye solo la zona de agua visible, no es como un estanque artificial que tiene una dimensi¨®n concreta, sino que contin¨²a por la marisma¡±.
¡°La Ricarda no es un zoo. Hay que entenderlo: es un espacio de biodiversidad, de migraci¨®n de aves¡±, dice Mijoler, alcalde de El Prat
Llu¨ªs Mijoler, alcalde de El Prat, alerta que ¡°La Ricarda no es un zoo, hay que entenderlo, es un espacio de biodiversidad, de migraci¨®n de aves. Y las aves deciden donde van, no vamos a ser nosotros quien, de un d¨ªa para otro y porque alguien hace un dibujito en un mapa, les mande donde tienen que ir¡±. El Consistorio de El Prat, gobernado por los comunes, se ha quedado solo en el rechazo a los planes para ganar tr¨¢fico a¨¦reo. Solo Ada Colau desde el Ayuntamiento de Barcelona ha mostrado un rechazo frontal parecido. Las dem¨¢s poblaciones que lindan con el aeropuerto, caso de Castelldefels, Viladecans o Gav¨¤, gobernadas todas por el PSC, han ido modulando sus posiciones, hasta acabar aceptando una ampliaci¨®n. Solo exigen, a cambio, que se blinden las pistas segregadas, una para aterrizar y otra para despegar, un rol operativo que limita la capacidad del aeropuerto pero que aten¨²a el impacto ac¨²stico sobre la vecindad porque aleja los aviones de los tejados.
Mijoler se ha mantenido firme al descartar las posibilidades de recrear las condiciones de La Ricarda en otra zona del delta del Llobregat. Recibi¨® el espaldarazo de la vicepresidenta del gobierno, Yolanda D¨ªaz (Unidas Podemos), cuando en una visita a la Ricarda celebr¨® el fiasco del proyecto de agrandamiento aeroportuario, al que calific¨® de ¡°depredador¡± e ¡°invasivo¡±. M¨¢s all¨¢ del rechazo pol¨ªtico, el proyecto ha generado reproche social. Medio centenar de entidades proteccionistas convocaron un acto recientemente para denunciar que la ampliaci¨®n del aeropuerto por La Ricarda implicar¨ªa un ¡°desastre natural, agr¨ªcola y patrimonial¡±.
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