La fotograf¨ªa con otros ojos de Guido Guidi

La peque?a imagen inmortaliza un descampado sin rasgos especiales ni glamour, importante solo para quienes lo conocen. Sin embargo la foto llama poderosamente la atenci¨®n quiz¨¢s por los palos de la luz en primer plano, formando la ¡®A¡¯ de anarqu¨ªa. Es la misma geometr¨ªa que vuelve en una imagen de 60 a?os despu¨¦s, como si fuera el signo de un alfabeto ancestral inscrito en el paisaje. Las dos fotograf¨ªas abren y cierran el recorrido de Da zero, la exposici¨®n que La Virreina Centre de la Imatge dedica al autor italiano Guido Guidi (Cesena, 1941) referente de las pr¨¢cticas de renovaci¨®n de la fotograf¨ªa desde principio de los a?os 60. Se trata de la mayor retrospectiva nunca realizada sobre el trabajo de este fot¨®grafo que ocupa un lugar fundamental en la reflexi¨®n en torno al paisaje contempor¨¢neo, el urbanismo, la arquitectura y el propio medio fotogr¨¢fico.

En una sociedad fuertemente politizada como la italiana de aquella ¨¦poca, con su at¨ªpica reivindicaci¨®n de las ¨¢reas suburbanas y rurales, los territorios an¨®nimos y las carreteras secundarias, Guidi se convierte en una rara avis, decidida a poner el foco en aquello que no existe, simplemente por no tener un inter¨¦s paisaj¨ªstico, tur¨ªstico, cultural o econ¨®mico. ¡°Guidi no trabaja con esquemas preconcebidos, no busca plasmar una tesis, configurar un relato o trasladar una consigna pol¨ªtica. Tampoco quiere monumentalizar o dignificar los espacios de su propia cotidianeidad o las ¨¢reas sin connotaciones est¨¦ticas. Su politizaci¨®n es m¨¢s sutil, m¨¢s vanguardista¡±, explica la comisaria Marta Dah¨®, que del corpus de este prol¨ªfico autor ha seleccionado 250 im¨¢genes, desde sus primeras tomas, cuando ten¨ªa solo 15 a?os, hasta la actualidad. Incluso hay una obra realizada especialmente para La Virreina, donde apunta al paso del tiempo a trav¨¦s de un di¨¢logo visual con la Vieja del Giorgione.

Guidi no tiene una dimensi¨®n period¨ªstica, ilustrativa, pedag¨®gica o dogm¨¢tica, le interesan los detalles y los micro acontecimientos aparentemente irrelevantes. Para vivir nunca realiz¨® trabajos de publicidad, pero como fot¨®grafo t¨¦cnico acept¨® encargos de instituciones y universidades, lo que dio origen a trabajos de referencia como la larga investigaci¨®n sobre la Tumba Brion del arquitecto Carlo Scarpa. ¡°Con iron¨ªa Guidi asegura que su c¨¢mara es rebelde y maleducada y asegura que le permite aprender a ver la realidad de forma menos autom¨¢tica. Sin renunciar al di¨¢logo con la historia de la fotograf¨ªa, Guidi realiza continuas relecturas cr¨ªticas del medio¡±, contin¨²a Dah¨®, recordando que el italiano lleg¨® a ensayar con c¨¢maras construidas por el mismo.

¡°Dah¨® ha hecho uno de los comisariados m¨¢s brillantes y exhaustivos de los que hemos acogido. Es una exposici¨®n que podr¨ªa verse en cualquier grande museo internacional¡±, asegura Valent¨ªn Roma, director de La Virreina, que con esta muestra contin¨²a en la l¨ªnea de redescubrimiento de autores italianos, poco conocidos en Espa?a, as¨ª como en la revisi¨®n y el cuestionamiento de las pr¨¢cticas contempor¨¢neas en torno a los usos y el valor simb¨®lico e ideol¨®gico de la imagen.

La voluntad de investigar la cultura de la imagen a trav¨¦s de sus lenguajes y sus aparatos, se plasma en la muestra Conquista del in¨²til, que re¨²ne una selecci¨®n de proyectos de Adri¨¤ Juli¨¤, de 2006 hasta la actualidad. Se trata de obras muy complejas desde el punto de vista tecnol¨®gico y fascinantes en su formalizaci¨®n, que abordan la evoluci¨®n de las culturas de la imagen. Como Guidi tambi¨¦n Juli¨¤ se enmarca en la tradici¨®n micro hist¨®rica, rescatando aspectos desatendidos por los relatos dominantes, hasta el punto de poder parecer anecd¨®ticos. Como un prisma, las obras de Juli¨¤ ofrecen diversas perspectivas y claves de lectura, centr¨¢ndose en una suerte de arqueolog¨ªa tecnol¨®gica sobre la producci¨®n y el consumo de im¨¢genes y la relaci¨®n entre cuerpo y m¨¢quina. Aquellas m¨¢quinas, aparentemente obsoletas, que plasman en La Virreina mundos fantasmag¨®ricos. Organizadas por primera vez en una retrospectiva, estas instalaciones revelan un camino de b¨²squeda lleno de interrogantes, que parecen condensarse en la pieza final la C¨¢mara fundida, una ic¨®nica Eyemo que sirvi¨® para cubrir desde la Guerra Civil espa?ola hasta la de Vietnam, que el artista convierte en una reliquia tecnol¨®gica, un exvoto en el altar de la imagen.

Desaf¨ªo a Roland Barthes

Joan Fontcuberta, ¨²ltimamente a¨²n m¨¢s ubicuo de que costumbre, presenta tambi¨¦n en La Virreina un nuevo proyecto ?a-a-¨¦t¨¦? Contra Barthes, un ensayo visual en el cual b¨¢sicamente sostiene que todas las im¨¢genes est¨¢n a la espera de un texto. Fontcuberta, que lleva a?os investigando las nuevas pr¨¢cticas de la postfotograf¨ªa, rechaza una vez m¨¢s la incuestionabilidad de las im¨¢genes, afirmando que de por s¨ª siempre presentan ambig¨¹edades y posibles equ¨ªvocos de interpretaci¨®n. ¡°Barthes es el padre de la fotograf¨ªa moderna. Ya ha llegado el momento de matar al padre y seguir el camino¡±, afirma el artista que ha desarrollado su proyecto a partir del c¨¦lebre libro de Barthes, La c¨¢mara lucida.