La novela polic¨ªaca suma un nuevo personaje: Fran, marqu¨¦s de Gules e inspector
El abogado Jos¨¦ Mar¨ªa Fuster-Fabra disecciona el mundo polic¨ªaco y de los juzgados en la novela ¡®Tu refugio en el infierno¡¯
La novela polic¨ªaca est¨¢ de enhorabuena. De la mano de Jos¨¦ Mar¨ªa Fuster-Fabra, un abogado que ama los uniformes m¨¢s que los juzgados y que debuta en el g¨¦nero con Tu refugio en el infierno (Espasa), ha nacido un nuevo personaje: Francisco de Borja Alba de Lauria, marqu¨¦s de Gules e inspector del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa. Fran, como le conocen en el cuerpo, es un hombre apasionado y un seductor, que combina la exquisita educaci¨®n de un arist¨®crata con la picard¨ªa de un tipo que conoce las calles (y las cocteler¨ªas) de Barcelona mejor que nadie, que siempre se mete en l¨ªos y que antes que inspector fue hippie en Ibiza y legionario en Ceuta.
La novela, construida sobre escenas fugaces, conduce con agilidad, a trav¨¦s de di¨¢logos inteligentes, por los pormenores de una investigaci¨®n policial que Fran lidera para aclarar el asesinato de Mariela Vegas, una prostituta colombiana. La trama se complica, claro, y por las p¨¢ginas asoman abogados, guardias civiles, esp¨ªas, traficantes de drogas, pol¨ªticos corruptos y hasta miembros del temible Batall¨®n de Operaciones Policiales Especiales (BOPE) de Brasil.
El universo de Tu refugio en el infierno (de una letra de Loquillo) es el universo de Fuster-Fabra. Algunos personajes, apenas perfilados, tienen una clara equivalencia en la vida real; empezando por ¡°Efe-efe¡±, un curtido abogado a quien, como Fuster-Fabra, le ha dado por ¡°defender a polic¨ªas¡± y, tambi¨¦n, a esp¨ªas y militares.
El libro es una oda al uniforme y una defensa de ciertos valores en retroceso: la lealtad, el sentido del deber, el sacrificio. Tambi¨¦n es la reivindicaci¨®n, con ribetes nost¨¢lgicos, de una cierta forma de entender la vida, una exaltaci¨®n de la amistad y una declaraci¨®n de amor a los bares y al gin-tonic.
Cuando regresa de ver en Madrid a una amiga con derecho a roce (Lena es su ¡°refugio¡± en el infierno de las tramas criminales), Fran se encuentra en el AVE con Ildefonso Falcones. El escritor le explica que, para escribir una novela, debe revisar ingente documentaci¨®n hist¨®rica. En un ejercicio de metaliteratura y autoparodia, el inspector le expresa su admiraci¨®n y el desprecio por los escritores que escriben tirando de memoria y de imaginaci¨®n, que es justo lo que hace Fuster-Fabra. Escrito a vuelapluma, fruto de recuerdos y experiencias vividas, la novela se lee tambi¨¦n de una sentada larga, sin que el ritmo decaiga hasta el final.
Situaciones reales
Sin que sorprenda en exceso su desarrollo, la trama tiene la gran virtud de ser cre¨ªble porque describe escenarios y situaciones que Fuster-Fabra, abogado penalista, conoce con detalle: el intercambio de favores (y, a veces, la tensi¨®n sexual) entre un polic¨ªa y una abogada; las suspicacias entre cuerpos policiales (¡°los verdes son muy verdes¡±, en alusi¨®n a la Guardia Civil); la compleja relaci¨®n entre abogados y fiscales que, tras zurrarse en el juicio se van a comer juntos; el manejo de los fondos reservados, la planificaci¨®n de una operaci¨®n policial, la cadena log¨ªstica que permite que un cargamento de coca¨ªna llegue al puerto de Barcelona; el papel a menudo vidrioso de los confidentes policiales; o la importancia del factor humano, porque Fran tiene amigos en el BOPE y as¨ª avanza el caso con la colaboraci¨®n internacional.
Fran, un arist¨®crata heterodoxo ¡ªo tambi¨¦n un inspector poco convencional, seg¨²n se mire¡ª es el emblema del mundo que Fuster-Fabra entiende y siente suyo; un mundo que tal vez se extingue pero que el marqu¨¦s de Gules quiere mantener vivo, aunque sea en forma de novela: ¡°Quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa, si esta les ha gustado¡±, toma la voz cuando la trama ya est¨¢ resuelta, como si fuera el derecho a la ¨²ltima palabra del procesado en un juicio, ¡°vuelva para contarles alguna que otra historia¡±.
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